miércoles, 16 de diciembre de 2015

Sainete inoxidable

 

16 de Diciembre de 2015 

imagen: revista colegio de abogados facebook

“Tu cuna fue un conventillo”, de Alberto Vacarezza, por el Grupo de Teatro del Colegio de Abogados. Elenco: Rubén Vavarro, Víctor Colavitta, Pablo Espinosa, Oscar Rondina, Susana Trentin, Ana Larronde, Angelina Bogue, Edgardo Rainieri, Diana Berisso, Judit Pico, Graciela Cris, Guillermo Somonte, Héctor Servin, Mario Folino, Mónica Wlasiuk. Escenografía: César Gustavo Caggiano. Maquillaje: Beli Ortiz. Fotografía: Oscar Sierra-Mónica Wlasiuk. Sonido y luces: Diego Ferrero. Diseño gráfico: Juan Manuel Guerra. Ayudante de dirección: Graciela Cris. Dirección general: Roberto Conte. Auditorio del Colegio de Abogados, Avda. 13 entre 48 y 49.

Por IRENE BIANCHI

El público va tomando asiento en la bella sala del Colegio de Abogados, y los personajes ya están en escena, charlando, tomando mate, jugando al truco, chusmeando. El clima del conventillo ya está instalado. Ese microcosmos en el que conviven tanos, gallegos, turcos, rusos (el gringaje) y los criollos, cada cual con su dialecto, sus costumbres, sus mañas, sus nostalgias.

Alberto Vacarezza fue el autor más popular de sainetes, exitoso con una producción inagotable. Sus títulos más conocidos: “La otra noche en los corrales” (1918), “Vaca … yendo gente al baile” (1919), “La vida es un sainete” (1925), y su obra más conocida “El conventillo de la Paloma” (1929).

En “Tu cuna fue un conventillo” (1920) “El Gallo” (Somonte), que ahora “pelechó” y tiene “vento”, quiere organizar un bailongo en el conventillo, para recordar los viejos tiempos. Para eso cuenta con la complicidad de “Doña Prudencia” (Bogue), una suerte de celestina del conventillo. Llega con su guardaespaldas, “Aberasturi” (Servin). El rival del Gallo, “Maldonado” (Rainieri), vuelve imprevistamente, tras haber estado a la sombra por alguna tropelía. El motivo de la disputa entre ambos malevos: “Rosalía” (Cris), la bella percanta, cuya cuna fue precisamente ese conventillo, y mejoró su status social al lado del Gallo.

Al dueño del conventillo, “Don Antonio” (Rondina) se le cae la baba por “Encarnación” (Trentin), mujer del “Palomo” (Espinoso); “Rancagua” (Vavarro), es alérgico al laburo y vive guitarreando, cosa que su novia, “Filomena” (Larronde), le recrimina sin pausa, mientras Aberasturi le arrastra el ala. La joven “Rosita” (Pico), hija de “Don Julián” (Colavitta), ceba mate y sufre el acoso del Gallo.

Más allá de grescas, enfrentamientos y duelos, todo termina bien, y las parejas le sacan lustre al piso del patio, al compás del dos por cuatro.

Está muy bien ambientado este sainete. El director monta escenas en las que todos y cada uno de los actores tienen su momento de lucimiento, mecanismo que le imprime ritmo a la puesta.

Y lo más jugoso: las emocionadas palabras de Roberto Conte tras los aplausos del público que colmaba la sala, resumiendo el objetivo del hecho teatral. Si no lo sabe él, animal de teatro como es, con más de 30 años al frente de este grupo, ¿entonces quién? Entretener con buenas armas, divertir, emocionar, promover la reflexión, olvidar por poco más de una hora, las vicisitudes del “mundo real” para zambullirse en un universo de ficción, en una mentira consensuada entre actores y espectadores. Tarea cumplida, Maestro. Sobradamente.

Para terminar, citemos al mismísimo autor: “Y el que se atreve a decir que no hay arte en un sainete, no sabe dónde se mete, ni por dónde ha de salir” .

Fuente: EL DIA

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

“Compañía”: en la cartelera, un regreso cargado de sentido

  Esta versión de la obra de Eduardo Rovner vuelve como un homenaje a la memoria de Gaby Ade, su director 30 de Abril de 2025 María Inés Por...