jueves, 28 de junio de 2018

Los comienzos del teatro independiente platense «Reconstruyendo el TID»

Arqueología de T.P.P.
PLATAFORMA DE TEATRO PERFORMÁTICO



ENTREVISTA PÚBLICA: 

«Reconstruyendo el TID (Taller de Investigaciones Dramáticas)»

Con la presencia de Graciela Sandoval, Susana Disalvo, Nora Oneto, Carlos Aprea y Oscar Vernales
Entrevistan: Carolina Donnantuoni y Gustavo Radice

Auditorio del Centro Universitario de Arte – 1° Subsuelo del edificio Karakachoff, calle 48 e/ 6 y 7
Entrada libre y gratuita

Junto con el Taller de Teatro Rambla, el Taller de Investigaciones Dramáticas (TID) puede considerarse, en una primera aproximación histórica, como los comienzos del teatro independiente platense tal como lo entendemos hoy en día. 

El TID comenzó a funcionar a mediados del año 1976, en el primer piso de un viejo edificio que ya no existe en diagonal 79 e/5 y 6; fue fundado por Carlos Lagos, hasta poco tiempo atrás docente de la Escuela de Teatro de la Provincia de Buenos Aires (ETLP) y de la Escuela de Arte de Berisso (ésta última clausurada temporalmente y luego intervenida, por el gobierno provincial surgido de la dictadura iniciada el 24 de marzo del 76, pero ya sin la opción de estudios de teatro dentro de sus posibilidades). 

En ese momento Carlos Lagos era ya un actor y director reconocido en la ciudad por algunas de sus puestas de carácter innovador. A Lagos lo acompañó buena parte de sus alumnos de la ETLP y otros jóvenes que provenían de experiencias teatrales también ligadas o interesadas en el estudio de las técnicas de Stanislavski, en contraposición a una formación más tradicional de carácter declamatorio y sin el suficiente compromiso personal del actor con su papel. 

La importancia del TID, dentro del campo teatral platense, es notoria en cuanto fue el lugar de formación de importantes actores y directores platenses como en su primer generación: Mario Vedoya, Cora Ceppi, Eduardo Hall, Susana Disalvo, Alberto Pais, Nora Balmelli, Oscar Vernales, Hugo Márquez, Leopoldo Russo, Gastón Carvallo, Felicitas Franchescoli, Bibi Arcaro, Alicia Pereyra, Carlos Aprea y Gerardo Fabris. 

Posteriormente, algunos de sus integrantes fueron: Soledad Barber, Cristina Crisorio, Silvia Guagliardo, Jorge Pérez Escala, Humberto Tanto, Diana Fainstein, Nora Oneto, Elsa Hernandez, Alfredo Fernandez, Cielito De Petris, Alejandra Aristegui, Alejandro Cancela. 

Estos son solo algunos de los centenares de alumnos que circularon por el TID en aquellos años. También Quico García formó parte del TID ya que, formado anteriormente como director de cine, abordó un breve curso para directores que Lagos decidió ofrecer en 1979 o 1980.


Actividad organizada por Plataforma de Teatro Performático (G. Radice/C. Donnantuoni)
Con el apoyo de: Instituto de Historia del Arte Argentino y Americano – Facultad de Bellas Artes – UNLP / Grupo de Estudios de Artes Escénicas del Instituto de Historia del Arte Argentino y Americano – Facultad de Bellas Artes – UNLP / Biblioteca Teatral “Alberto Mediza” / Taller de Teatro de la UNLP / Asociación Amigos del Taller de Teatro de la UNLP / Cooperadora de la ETLP / Escuela de Teatro de La Plata / Secretaría de Arte y Cultura de la UNLP / Centro de Arte de la UNLP.

Fuente: https://plataformadeteatroperformatico.wordpress.com/

domingo, 24 de junio de 2018

Gastón Re: el platense que se luce en París

 

El joven actor oriundo de Gonnet trabajó en teatro, cine y tevé, y fue cara de una centena de publicidades. Hoy es parte del elenco de “Berlin Kabarett”, protagonizado por la estrella de Hollywood Marisa Berenson

María Virginia Bruno
24 de Junio de 2018

En el Théâtre Poche de Montparnasse, el barrio parisino que enamora a los turistas con su aire pintoresco y bohemio, Marisa Berenson, “La chica de los ‘70” como la llamaba Yves Saint Laurent, protagoniza “Berlin Kabarett”, un musical creado y dirigido por Stephan Druet que, ambientado en los años ‘30 en la República de Weimar, está cosechando nada más que elogios en la Ciudad de la Luz, con entradas agotadas para el resto de la temporada. Dentro del elenco que acompaña a la eterna actriz norteamericana de filmes como “Muerte en Venecia”, de Luchino Visconti o “Cabaret”, de Bob Fosse, está Gastón Re (28), actor, platense y uno de esos privilegiados que supieron estar “en el momento indicado, en el lugar indicado y con la gente indicada”, según cuenta en diálogo con EL DIA.

Tímidamente, vía mail, Gastón se presenta sin saber bien “cómo funciona esto”, alejado de las formas y los usos de promoción periodística, a pesar de llevar una destacada trayectoria, con trabajos en teatro, cine y televisión, luego de una formación que lo llevó a recibir consejos formativos y de vida de grandes maestros como Analía Couceyro, Silvina Sabater, Guillermo Cacace y Guillermo Angelelli.

Egresado de la UNA, Gastón, oriundo de Gonnet, el barrio en el que encontró a sus primeros hermanos de la vida y en el que aprendió a andar en bicicleta, de chico manifestó intereses artísticos, a la par de esa faceta deportiva que heredó de sus padres, que lo llevó a encarar en paralelo actividades tan disímiles como el fútbol, el tenis y el rugby, disciplina en la que se desempeñó más formalmente, como parte de La Plata Rugby Club, a medio camino entre su casa y el colegio, el Estrada de City Bell, de donde egresó.

Amante de las plantas y de la vida al aire libre, incentivado quizás por sus jornadas de experimentación natural entre los recovecos del vivero Papini -negocio familiar- en el que se crió, reconoce Gastón, a través de la virtualidad de un intercambio de correos electrónicos que va y viene de París a La Plata y de La Plata a París, que “dehors (fuera de casa) hacía una vida ejemplar” aunque “dedans (en casa o puertas hacia adentro)” supo ser “un pequeño soñador”.

“Mi casa fue mi refugio favorito. Mi primer laboratorio actoral. Junto con mi hermana Carola creábamos todo tipo de espacios poéticos donde poder actuar. A los 15 años decidí llamar a una escuela de teatro en Buenos Aires. A escondidas. No sé por qué pero desde el comienzo que fue algo que quise guardar para mí, paradójicamente, ya que la actividad en sí exige pura exposición”.

Tomó clases de teatro para adolescentes en la escuela de Helena Nesis, quien no sólo le tatuó los diez mandamientos del teatro sino que también lo dirigiría, tiempo después, en la que fue su primera actuación oficial, ya entregado, con los brazos abiertos, a la actuación.

“Me enamoré de este arte y supe que sería para toda la vida. Un amor que te toca la puerta, te golpea, te estruja las vísceras y sin darte cuenta se acuesta al otro lado de la cama y vive con vos”, escribe, como quien hace poesía, con la sensibilidad propia que, asegura, tiene innata el artista, en su caso, el actor.

“Cuando te dedicás a la actuación, la mirada sobre las cosas cotidianas enfoca distinto, te hace estar sumamente sensible a situaciones que, quizás, te hieren más hondamente. Y otras que te generan una profunda satisfacción. Todo está un poco más a flor de piel (y con esto no digo ‘los artistas son especiales’). Pienso que si uno se dedica al arte, en general, es porque hay una sensibilidad que necesita encontrar un lugar que no halla en la realidad cotidiana”, argumenta.

Dice que tras su ingreso afortunado al IUNA en 2008, “el hobbie cobró carácter de profesión”. Estudió con “los más grandes maestros que jamás podría haber encontrado”, tomó talleres internacionales con referentes como Ariane Mnouchkine (fundadora del Theatre du soleil), Joy Morris, del teatro de los Andes en Bolivia. “Me tomé la formación como todo lo que me haría crecer como creador y como ser humano. Necesitaba conocer las distintas miradas para poder decidir. Tuve la fortuna de encontrarme siempre con gente que me aportó mucho y me enseñó a crecer un poco más cada vez”.

Durante todo el proceso que él llama “de aprendizaje y vínculo con la actuación” a Gastón se lo vio en televisión, en donde participó, desde los 17 años, de más de una centena de publicidades (Quilmes, Heineken, Coca Cola, Volkswagen, Nike...). También hizo ficción para la pantalla chica (“Educando a Nina”, “Conflictos modernos”, “Loco por vos”, “Los únicos”...) y para la grande, de la mano de directores como Paula de Luque (“Experiencia enamorar”), Hernán Belón (“La mamá de Ernesto”), Leonardo Brzezicki (“La noche de Leonardo”) y Marco Berger (“Un rubio”, “Taekwondo”).

En teatro trabajó con destacadas figuras como Alejandro Tantanian y Eva Halac. Aunque un lugar especial, dentro del universo de las tablas, guarda el trabajo que realizó con Guillermo Cacace, a quien asistió en la dirección del unipersonal de Santiago Loza, “El mar de noche”, protagonizado por Luis Machín.

Recuerda, emocionado, su paso por este proyecto, al que le dedicó tres intensos años (un año y medio de ensayos, y otro año y medio de funciones), que le dio la posibilidad de conocer a dos personas importantísimas en su vida, Romina Chepe (productora), y al propio Machín, “uno de los referentes más maravillosos que existen en cuanto a lo actoral, un ser humano implacable, que vive para el teatro”.

Cuenta Gastón que su paso por este espectáculo -que toca fibras sensibles- lo nutrió y le sirvió “como para entender que había llegado a un lugar de mi aprendizaje donde poder estar y bucear”. El contacto con Cacace, reconoce, “me abrió los ojos y, en algún punto, me ayudó a abrir la piel”. Aunque hubo algo más que le dejó: “Fue entender a la actuación como algo vivo, un cuerpo abierto, disponible y sensible que actúa”.

Entre “El mar de noche” y otros proyectos como la génesis de un nuevo espectáculo junto a su amigo Matías Pisera Fuster y aquellas esporádicas performances como bailarín junto a su amiga Paula Robles (la ex de Marcelo Tinelli) se encontraba Gastón cuando París, como la actuación en su momento, le golpeó la puerta...

Francia, para él, había sido “un amor pendiente” desde una visita en 2010 que le hizo a su hermano, Santiago, que por entonces vivía en un pueblo cercano a París. “Cuando conocí esta hermosa ciudad la adoré. Me conmovió lo suficiente como para prometerle que nos volveríamos a encontrar”. Y así fue.

Diciembre, 2017, mes de vencimientos de contratos de alquiler, Gastón dudaba si renovar o no la renta del departamento en Villa Crespo en el que vivía. Fue, reconoce, unas de las mayores decisiones de su vida, y se lanzó, sin expectativas más que el hecho de “ir, conocer y estar”. Con una visa de trabajo, el chanchito de varios años roto y una mochila repleta, partió.

El 15 de mayo pasado lo recibió la capital mundial del amor, con sus puentes casi ya sin candados. Se había llevado, de Argentina, el contacto de otro argentino, Sebastián Galeota, actor, bailarín y cantante radicado allá desde hace una década. “No nos conocíamos. Con él charlamos un poco y me contó que estaba por estrenar un espectáculo llamado ‘Berlin Kabarett’ junto a Marisa Berenson. Yo no lo podía creer. Cuando la vi a Marisa por primera vez entendí por qué era una estrella. Su belleza va mas allá de todos los límites”.

Pero antes de conocerla, pasó lo que tenía pasar. Sebastián lo mensajeó al día siguiente de haberse encontrado y le contó que buscaban a un chico para que se encargue del bar, de recibir a los espectadores. “Desde ya que acepté, el trabajo me venía bien. Cuando fui a ver un ensayo, conocí a Stephan Druet (actor, director y productor francés que dirigió en nuestro país ‘Una visita inoportuna’ con Moria Casán y Sebastián como protagonista), a Marisa y al resto del elenco. Todos me recibieron muy amorosamente. Luego del ensayo nos fuimos a almorzar. Charlamos mucho, un poco en francés, un poco en español. Al día siguiente, el director me propuso probarme en algunas situaciones dentro de la pieza. Faltaba muy poco para el estreno pero me divertía el vértigo del casi no-ensayo. A todo dije que sí, me aprendí las indicaciones de un día para el otro y algunos textos que me fue escribiendo. Stephane vio que la cosa funcionaba y me empezó a dar cada vez mas participación. Yo confiaba en él y él entendió que podía confiar en mi. Así que, sin darme cuenta, me encontré inmerso como otro personaje dentro del espectáculo. Lo que se dice estar en el momento indicado, en el lugar indicado y con la gente indicada”.

Desde el estreno, Gastón, Stephane y Sebastián van a cenar juntos al término de cada función. El restaurante Le Select -99 Boulevard- es testigo de sus encuentros en los que no faltan temas sobre vida, obra y proyecciones a futuro. De hecho, el verano los tendrá trabajando juntos, con el platense dictando talleres de actuación en City 27, un espacio dedicado a la cultura en el Barrio 11, en el que trabaja Galeota.

“Berlin Kabarett”, con funciones de jueves a domingo, estará en cartel hasta el 15 de julio, y se reestrenará en noviembre. Durante el 2019, Gastón y la compañía girarán por Europa en un largo periplo que, seguramente, los tendrá de este lado del Atlántico, y, quizás, también, del otro lado de la Autopista.

Fuente: EL DIA

sábado, 23 de junio de 2018

“Cosas como si nunca”: Beatriz Catani repasa la historia nacional en clave literaria

ESPECTÁCULOS | LA ESCENA LOCAL EN LA CARTELERA PORTEÑA

La dramaturga y directora platense acaba de estrenar en el Teatro Nacional Cervantes su nueva creación, un entramado en el que explora los vínculos entre material audiovisual original y escena en vivo

LA ESCENA EN VIVO Y LO AUDIOVISUAL DIFIEREN Y NARRAN HISTORIAS PARALELA

En el Teatro Nacional Cervantes, hasta el 19 de agosto, la siempre rebelde Beatriz Catani -actriz, dramaturga y directora platense cuya obra ha sido elogiada en países como Alemania, Austria, Bélgica, Brasil, España y Holanda- ofrecerá “Cosas como si nunca”, un abordaje a la historia argentina en clave literaria, con eje en la etapa prefundacional de la nación.

En la obra, que se ofrece en la sala Luisa Vehil de jueves a domingo a las 18, Catani se propuso explorar los vínculos entre material audiovisual original y escena en vivo, lenguajes que se independizan, dialogan, coinciden o difieren. Mediante personajes y situaciones que remiten a distintos pasajes de la literatura nacional, la autora corrobora aquello que Ricardo Piglia afirma en Crítica y ficción: “La realidad está tejida de ficciones”.

En diálogo con EL DIA, Beatriz Catani cuenta que su nueva obra, como la mayoría de sus creaciones, nació a partir de una imagen. “Hace tiempo ya, leyendo a Piglia, (escritor por el que siento especial inclinación), quedé fascinada con la mención a una actriz que en el siglo XIX lee Shakespeare en el desierto. Hay quienes dicen que fue una de las esposas de Calfucurá. De algún modo recrea la mitología de la cautiva. La cuestión es que en la Historia del Teatro Argentino, Beatriz Seibel cuenta esa crónica: una caravana de una compañía de teatro, en gira al interior, es asaltada por los indios y al parecer una de las actrices se extravía y no se supo más de ella”.

Según explica la autora, aquella idea de esa actriz que elige ese “paisaje bárbaro por antonomasia” y al mismo tiempo a Shakespeare, “amalgama de un modo paradojal lo que el Facundo ha logrado mantener como dicotómico durante años en la manera de pensar nuestra sociedad: el eje Civilización- Barbarie. De modo que esa imagen extraordinaria desde lo poético para mí tenía además un gran espesor y significancias detrás”.

Tras años y años de darle vueltas a la idea, Beatriz empezó a investigar inconscientemente, leyendo sobre el desierto, sobre todo a viajeros extranjeros, los que más escribieron en aquella época, como Hudson, Ebelot, Cann. Sin dejar de lado, claro, a Mansilla, y obras como Facundo y Martín Fierro. “Cada vez fui interesándome más en ese mundo, ese paisaje, y en la idea de trabajar en relación a la literatura de época y a su actualización en autores como Borges, Di Benedetto, Saer, Aira y otros”.

Define la autora a su creación como “un texto ambiguo, que juega con una cita y refiere a ciertos relatos -como los de Gaucho de una brutalidad y desprecio manifiesto a los ‘bárbaros’-, que vienen a evidenciar signos de repetición en los modos de nuestra historia. Aunque también encuentra un aspecto lúdico en el “como si” que nombra la pieza, con referencia a Borges y a El fin. “Se habla del agujero negro del poema de José Hernández, al referirse al momento en que Fierro mata a un moreno en una pulpería, sin que medie causa justa. Esa muerte no es moral, como otras donde lucha en adversidad. Borges actualiza esa problemática o la completa, en El fin, donde el hermano del Moreno, el Negro ahora, mata a Fierro”.

Para Catani, “la obra más importante siempre es la que está sucediendo”, aunque considera que cada proyecto está marcado por cuestiones personales. “Cosas como si nunca” se trata, así, de un proyecto “muy deseado”, no sólo por el tiempo que estuvo elaborándolo, aún sin saber si se llegaría a concretar, sino por el formato con el que decidió materializarlo, y que la posiciona, para su fortuna, lo más cerca que ha podido estar del cine, aunque no de una forma convencional, algo a lo que nos tiene acostumbrados.

Porque a la largo de su trayectoria, lo único que ha trascendido en su obra ha sido su código rupturista, esa necesidad de contar de una forma no habitual. ¿Por qué? “Básicamente me incomoda una condición inherente al teatro, la representación; y trabajo siempre en áreas de resistencia. Pedir al público sostener la ilusión de que esas personas son otras de las que son, esa idea de sustitución ‘de una cosa por otra’, de base no me interesa. Ver una obra, es para mí, ver un artefacto. Eso modifica la puesta y las actuaciones. Por supuesto siempre hay actuación, por ejemplo en esta obra hablamos con los actores de la actuación en los intervalos, no en el texto dicho. Ahí donde sucede el pensamiento del actor. Es una búsqueda que me interesa”.

De todos modos, remarca que la creación artística es, como todo, un hecho subjetivo, “muchas veces intuitivo y hasta caprichoso” en el que “hay gustos, hay lecturas que van haciendo aparecer necesidades” que dan origen a la obra. “Esto es fundamental para mí: cada obra surge de una necesidad. Es decir: porque hay una necesidad se inicia el largo proceso del que deriva la obra”.

Sobre su producción, dice Catani que piensa siempre “procedimientos, puestas, formas en definitiva, diferentes según los materiales que aborde, y que siempre parten de un lugar personal, es decir algo que profundamente resuene en mí”. Le parece interesante, en este sentido, “desprenderse un poco del intento de un entendimiento totalizador” con respecto al público, estimando “que hay una comprensión sensible, más accesible al tiempo de la obra; y que, desde esos lugares, -imágenes, texturas, músicas, palabras-, puede hacer cada uno su mapa propio. Habrá también quien se interese en algún aspecto o quien lea materiales previamente. Hay tantas obras como público”.

A su entender, “una obra es una construcción compleja pero el desciframiento de cada una de sus capas no es lo importante para mí. Hay un entretejido por detrás, otros relatos que sostienen, que arman una corporalidad de obra, pero no inevitablemente necesarios para comprender. Y mejor aún, diría que no hay nada que comprender, una obra es básicamente una cuestión de percepción”.

Con las actuaciones de Gabriela Ditisheim, Trinidad Falco y Juan Manuel Unzaga; música de Ramiro Mansilla Pons; sonido de Agustín Salzano; realización audiovisual de Nahuel Lahora, Marcos Migliavacca; iluminación de Leandra Rodríguez; vestuario de Gonzalo Giacchino; escenografía de Andrea Desojo, Inés Raimondi; actuación grabada de Trinidad Falco, Ricardo Ibarlin, Tomás Noe, Germán Retola, José Supera, Juan Manuel Unzaga, Alexis García, Sebi Guillaume, Nahuel Lahora, Gonzalo Giacchino Mora y Wendy; “Cosas como si nunca” se ofrece en la sala de Libertad 815, con entrada general a $180 y 50 % de descuento para jubilados, docentes y estudiantes de instituciones públicas, presentando acreditación.

“Y mejor aún diría que no hay nada que comprender, una obra es básicamente una cuestión de percepción”

Beatriz Catani, Dramaturga y directora platense

Fuente: EL DIA

sábado, 16 de junio de 2018

“Millones de segundos”: fuerte mirada sobre la incomprensión, con poética cinematográfica

 

Llega a La Plata la obra teatral del cineasta español Diego Casado Rubio: actuaciones de lujo y una historia conmovedoramente actual

María Virginia Bruno
16 de Junio de 2018
Escena de “Millones de segundos”,de Diego Casado Rubio / El Principito

Iluminado y desarmable, un cubo Rubik, ese de colores que rompe las cabezas de muchos en su intento por volver a armarlo una vez mezclado, es toda la escenografía de “Millones de segundos” porque es una de esas obras que no necesita de nada más.

Con un trío potente de actuación, en la que sobresale el trabajo de Raquel Ameri (no interpretando sino “siendo” Alan, un adolescente trans con síndrome de Asperger), excelentemente ladeada por Víctor Labra y María Rosa Frega, la pieza escrita y dirigida por Diego Casado Rubio -español, también cineasta y escritor radicado en Buenos Aires desde hace 13 años- llega este fin de semana a La Plata con una fuerte mirada sobre la incomprensión, eso que se padece aún más que la indiferencia.

Austera, sin golpes bajos ni estridencias, la pieza nos presenta al sensible Alan y a su perro Samson, dando batalla contra su madre y contra el mundo, “impulsado por 100 mil formas diferentes de miedo”, contando los segundos que le faltan para poder vivir en libertad, lejos de los sentimientos de asco, extrañeza y vergüenza con los que está acostumbrado a lidiar desde los cinco años, cuando supo “que era de otro planeta”.

La historia está basada en un caso real que el autor encontró en un video de YouTube viralizado, que mostraba “a un chico en una habitación de su casa autogolpeándose y a su perro tratando de evitar los golpes”, que terminaba “con un abrazo hermoso entre ambos: el perro totalmente entregado a la protección del chico que lloraba de angustia por la crisis nerviosa que acababa de sufrir”.

Según contó Casado Rubio en diálogo con EL DIA, el impacto y la conmoción que sintió en su cuerpo tras ver ese material lo llevó a querer conocer más de esa historia, descubriendo que se trataba de un adolescente en medio de una crisis producida por el síndrome de Asperger que, además, era transexual: nacido en cuerpo de mujer, pero autopercibido hombre.

Ahí encontró el dramaturgo “lo absolutamente necesario” para llevar a escena esta historia: “el gran conflicto entre su deseo, que es la reasignación de sexo, y la prohibición médica de llevarlo a cabo por consecuencia de su autismo”. La obra, sin embargo, no se reduce a esta temática en particular sino que se hace grande con cuestionamientos y críticas universales que, desde su estreno el año pasado en el porteño El Extranjero, se ha convertido en un fenómeno de reacciones y emociones entre el público, que vibra, sensible, a la par de estos tres personajes.

A Casado Rubio le gusta definirse como “un gran contador de historias”, entendiendo que “lo importante no es el medio que las transmite”, sino su contenido, decantándose por elegir aquellas que lo “emocionan y conmueven”, aquellas que le “generan la visceralidad del grito, de la denuncia, de la risa y del entretenimiento”.

En sus puestas, remarcó, le gusta “hacer partícipe a los espectadores, involucrarlos emocionalmente, hacerles creer que la historia va para un lado y sorprenderlos haciéndolos entender que va para otro, jugando así con su propio prejuicio. Me gusta la sorpresa, lo inesperado, la cachetada, lo poético, la mezcla de géneros y estilos”.

En este sentido, aseguró que le interesa al autor “apelar a la inteligencia del espectador”, usando herramientas como “el minimalismo como forma de actuación, la economía extrema de gestos, contar con las miradas, los abrazos, poetizar con la luz, la música y las imágenes corporales de los actores en escena, geometrizar movimientos”. Una forma de trabajo sensible y reflexivo que no deja de lado el entretenimiento.

La poética cinematográfica propia del autor se destaca en esta puesta con pantallas, música, videos y otros recursos que la modernizan y la ubican cercana al séptimo arte porque el director, admitió, hace teatro “apasionadamente como si estuviera haciendo cine”, haciendo de la luz -elemento imprescindible en el lenguaje cineasta- casi un personaje más.

“A mis actores y actrices siempre les digo durante el proceso de ensayos que estamos haciendo cine, que les voy a dirigir desde el detalle y desde la minuciosidad del plano cinematográfico. Es rara, en teatro, esa forma pero ante todo soy director de actores, me apasiona sobremanera el trabajo con el actor, moldearlos como arcilla y que se lancen al vacío sabiendo que la única red que tienen es la de la confianza en mi manera de dirigirlos”, explicó el director que encontró su faceta teatral cuando llegó a Buenos Aires, convirtiéndose “en adicto”.

En relación a las diferencias que le plantea uno y otro género, dijo que, a su entender, en este contexto, es sólo el aspecto económico los que distancia al cine y al teatro, ésta última de menor inversión y mayor seguridad de que “la gente la vea”, primera finalidad de cualquier autor. Por eso, manifestó, “elijo el teatro como forma de expresión, me posibilita contar la historia como se me antoje, sin limitaciones expresivas”.

“Millones de segundos”, tras su paso por La Plata, con funciones previstas para mañana y el próximo domingo a las 20 en Teatro Estudio, 3 entre 39 y 40, seguirá haciendo funciones en la sala porteña de Valentín Gómez 3378 los sábados a las 20.30. La obra, ganadora de la Fiesta CABA de teatro, formó parte de la Fiesta Nacional del Teatro, y en julio será parte del Festival Temporales Internacionales de Puerto Montt, Chile.

“Está empezando a girar, a expandirse. Quiero llevarla por todos los rincones del planeta, por más que suene pretencioso, es un deseo genuino que tengo”, cerró el director, convencido de que su criatura se resignifica de lugar en lugar, y se hace cada vez más fuerte con el correr de las presentaciones.

Fuente: EL DIA

sábado, 9 de junio de 2018

Llega al Pasaje Dardo Rocha una impactante obra de teatro sobre la trata de personas


La obra de teatro "Cautiva", la cual aborda la problemática social de la trata de personas, se estrenará en el Pasaje Dardo Rocha con dos funciones programadas para los domingos 10 y 17 de junio a las 21 horas, se informó desde la Municipalidad de La Plata.

Los interesados que deseen presenciar las funciones, podrán adquirir las entradas en las boleterías del emblemático centro cultural de calle 50 entre 6 y 7, a partir de las 17:30 horas, con un valor general de $150. 

"Cautiva", es una obra escrita y dirigida por Mercedes Grassi King, y refleja las emociones y los sentimientos de dos chicas que son secuestradas para ser sometidas a explotación sexual. Ambas construyen un diálogo, en el cual hablan de sus sueños, sus miedos y sus ansias de libertad.

Cabe señalar que la trata de personas con fines de explotación sexual es una problemática que se da en todo el mundo y que refleja lo más oscuro del sistema y el entramado de complicidades institucionales, que afectan casi exclusivamente a las mujeres quienes padecen el 98% de los casos.

En ese sentido, la directora Mercedes Grassi King, contó que "la idea nace a partir del compromiso con la realidad, de la mirada crítica y de la urgente necesidad de gritar por las que no tienen voz".

"Es un contrapunto de alguien que está entregada pero sabe que es más que un cuerpo y alguien que todavía tiene las ansias de salir y conserva ese sabor del afuera", adelantó Grassi.

Asimismo, subrayó: "No hay trata solamente porque alguien secuestra o engaña a una chica, hay trata porque alguien lo consume; y desde ahí, está planteada la obra".

Por último, se informó que la puesta en escena contará con la música original y el sonido de Martín González Volpe; producción de Milagros Grassi y la propia directora de "Cautiva", obra que lleva tres años impactando al público en diferentes salas.

Fuente: EL DIA

jueves, 7 de junio de 2018

Eugenia "China" Suárez en film "Abzurdah"

 

Abzurdah: una película basada en un hecho real entorno al drama adolescente


 

"Abzurdah" Copyright (C) MyS Producción, HC Films, Fenix Contenidos Audiovisuales, Telefé, INCAA

Por: Ramiro Ferreyra

Abzurdah es una película argentina dramática estrenada en 2015 basada en la novela autobiográfica homónima de Cielo Latini que fue un best seller en 2006. Dirigida por Daniela Goggi, la película está protagonizada por Eugenia “China” Suárez, Esteban Lamothe y Gloria Carrá. La película resultó un éxito absoluto de taquilla, ya que el día de su estreno fue vista por más de 30 mil personas. A sólo una semana de su estreno la vieron más de 240.000, quedando primera en la taquilla nacional y convirtiéndose en la mejor apertura del país en el primer semestre de 2015. También fue un éxito en Uruguay, Colombia, Chile y Perú.


Abzurdah cuenta la historia de Cielo (China Suárez), una estudiante adolescente de clase media alta que conoce por internet a Alejo (Esteban Lamothe), un chico nueve años mayor que ella, con quien inicia una relación y se enamora perdidamente. Su vida era aburrida pero con la aparición de esta persona sus días recuperan la alegría. Él es frío y distante con la chica, pero ella lo ama y su relación de amantes solo se sostiene en lo sexual. Para ella eso era suficiente, hasta que en un momento dado Alejo pierde interés dejando caer a Cielo en un abismo del que no puede escapar.

Sumergida en un ambiente superficial, sin amigas por su arrogante personalidad y en un mundo adulto que poco comprende del universo adolescente, la narradora nos conduce por una historia de amor no correspondido donde la opción de dejar de comer se vuelve la ilusión de una vida perfecta. A causa de eso, una anorexia nerviosa empieza a guiar su vida social hacia una ilusión de libertad, delgadez y autoflagelación con la muerte rondando.

María Eugenia Suárez, de gran actuación en la película, le aporta a la protagonista frescura, belleza y total naturalidad, llevando a su personaje al extremo en términos dramáticos a partir de la segunda mitad del film, que es donde el mensaje se intenta transmitir: la delgada línea entre la razón y la obsesión, el amor y el desamor. En general, el tema es tratado con cordura y sin exageraciones, lo que hace que la narrativa sea eficiente y muy respetuosa.

De todas formas, el guión no consigue convencer del todo la creciente patología de la protagonista (al borde de la autodestrucción) y su enfermiza relación/fascinación por Alejo, probablemente por el flojo trabajo realizado por Esteban Lamothe ya que su personaje, no resulta lo suficientemente creíble por la forma en la que lleva la historia con la chica. ¿Cómo puede enamorarse una persona de alguien que no ofrece nada a cambio ni tiene interés?

Abzurdah recibió críticas mixtas por parte de los especializados en el tema. Lo mismo pasó con los espectadores, ya que a la mitad les pareció interesante y la forma en la que se trata esta problemática es bastante respetuosa. A otros tantos, les pareció muy fuerte y no la recomiendan, menos a las chicas adolescentes, o no tanto, que ya pasaron por eso porque pueden causarle una recaída. De igual modo, todos elogiaron la actuación de la China Suarez. 

Este film cuenta una historia real como la que les toca vivir a cientos de adolescentes que creen encontrar en la bulimia, la anorexia y la autoflagelación la única vía de escape a sus problemas. El personaje de Cielo prima por sobre un problema que afecta a miles de jóvenes, a quienes los medios de comunicación no le terminan de dar la importancia suficiente como para prevenir que haya cada vez más casos como este. 

Los medios de comunicación, sumado a las redes, hoy en día son el “noticiero” de los jóvenes y todos se informan por esta vía. En mi caso, me tocó ver a dos personas allegadas que tuvieron este problema y lo mucho que les costó salir. Por eso desde esta humilde página les dedicamos este espacio para que, desde algún punto, no se sientan solas en esta lucha. El puntaje de la película es un 7.

viernes, 1 de junio de 2018

“Infiel, a costa de la cordura”: deseo y obligación, esa tensión eterna

ESPECTÁCULOS | HOY A LAS 21.30

La pieza debut de Mariana Ozafrain que tiene la fidelidad como eje se presenta los viernes de junio en el Teatro El Escape

“INFIEL, A COSTA DE LA CORDURA” SE MUDA AL TEATRO EL ESCAPE

¿Qué termina por devorar al hombre, la muerte o el paso del tiempo? ¿Hasta qué punto debemos callar o decir lo que pensamos? ¿Qué hace a un hombre fiel más allá del amor que profesa? Estas son algunas de las preguntas que se plantea “Infiel, a costa de la cordura”, la obra con la que debuta autoralmente Mariana Ozafrain y que, tras agotar sus funciones de mayo en el Teatro Estudio, se muda al Teatro El Escape (44 entre 23 y 24) para presentarse, desde hoy, durante los viernes de junio a las 21.30.

La pieza nos sumerge en la vida de Manuel, un hombre que busca replantearse ciertos cánones preestablecidos en el amor, repensar míticas reglas que se generan en torno a él y buscar una verdad que, descubrirá, no es una sola y no es igual para todos.

Una obra “desgenerada”, refiere Ozafrain en diálogo con EL DIA, es decir, sin un género establecido porque, dice la dramaturga, no quiere imponer una forma de ver: “La comedia se hace comedia, el drama se hace drama, cuando el público lo resignifica como tal”, explica.

La búsqueda de libertad formal se espeja con la búsqueda de libertad del protagonista de la obra, a la vez reflejo de la búsqueda de su autora al momento de escribir la pieza. Ozafrain cuenta que corría 2017 y se acercaba el momento de recibirse: “Sabía que me iba a quedar sin una gran parte de mi tiempo invertido en algo”, cuenta, y así empezó a trabajar en su “primer gran paso” post-facultad, un paso marcado por la voluntad de tener el control creativo.

“Siempre uno ha laburado en relación de dependencia, lo que implica hacer cosas con las que uno no está del todo de acuerdo, no tiene la libertad de decidir y de hacer lo que tiene ganas del todo”, cuenta su motivación Ozafrain.

LA TIRANÍA DE LA MONOGAMIA

Esa pulsión de desembarazarse de los (auto) controles sociales y materiales también plantó la semilla para la temática de “Infiel”. “Estaba escuchando hablar a mucha gente acerca de lo terrible que sería que su pareja le fuera infiel... y a mi me parecía cada vez más una pelotudez”, se ríe la autora, y se plantea: “¿Hasta qué punto uno tiene que hacer cosas que no tiene ganas de hacer? Por supuesto, hay un equilibrio entre respetar al compañero que uno tiene al lado y seguir su deseo. Yo estaba en ese mambo, de decir ‘tengo ganas de hacer lo que tengo ganas de hacer’”.Esa tensión entre deseo y obligación (“hasta qué punto hacemos las cosas porque está dicho que así tiene que ver, y hasta qué punto las hacemos porque tenemos ganas de hacerlas “) rigió la pluma de Ozafrain y rige la obra: la tensión no se resuelve fácilmente, claro, porque la infidelidad “no es un tema en el que haya un blanco y un negro”, por lo cual la obra procura “mostrar las dos caras, lo que se supone que está bien, lo que se supone que está mal. Por momentos empatizás, por momentos te genera rechazo lo que ves: el espectador sale conmovido”.

CONMOVER
  
Esa búsqueda de interpelar al público es para Ozafrain uno de los objetivos del teatro. Por eso, revela, “trabajamos las actuaciones carnalmente”, buscando alejarse explícitamente de la parodia, que “le advierte al público: ‘yo, actor, no soy lo que estoy parodiando’. En cambio, cuando vos actuás algo con verdad, estás jugando con ser eso. Y eso es lo terrible: el espectador toma ese material y lo percibe de otra forma, lo cree. Cuando vos lo parodiás, puede resultar gracioso, pero no crees lo que estás viendo”.

Gracias a ese movimiento, cuenta la dramaturga, “el espectador sale corrido: lo que acaba de ver lo atravesó realmente, vio una persona que sufría realmente”. Allí, dice, hay riesgo, pero hay valor en “jugar con lo peligroso del teatro”.

Conmover al espectador es el primer paso, explica, para cambiar los usos y costumbres. Un plan, confiesa, algo utópico, el de cambiar el mundo, y acepta que, al fin de cuentas, “cada uno se comporta como puede, no como quiere”. Pero los tiempos “y los paradigmas” cambian, la sociedad avanza hacia ciertas libertades conquistadas y, opina Ozafrain, “desde el arte es de donde más movimiento hay: para mi el arte tiene que servir para eso, para hacer reflexionar. No te digo cambiar el mundo, pero sí para hacerle click a dos cabezas por función, y que esas dos cabezas llamen a cuatro cabezas que les haga click.”

“El arte tiene que servir para hacer reflexionar. No te digo cambiar el mundo, pero sí para hacerle click a dos cabezas por función”

Mariana Ozafrain

Fuente: EL DIA

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