jueves, 29 de agosto de 2019

"Brasita, perro chagualo": teatro, clown y diversión para toda la familia en La Plata

 

La divertida obra vuelve a presentarse en la ciudad con una producción artística platense a cargo del grupo de teatro "La Joda", en el Centro Cultural Estación Provincial de 17 y 71. La cita será libre y gratuita, este viernes y desde las 20.

29 de agosto de 2019

El espectáculo dirigido por Emilia Benítez presenta una propuesta lúdica que conjuga el realismo mágico con lo absurdo y lo clownesco con lo onírico, a partir de las aventuras de dos interesantes personajes que conviven encerrados en un taller de zapatos, extrañando una vida que jamás tuvieron y anhelando un progreso que nunca llega.

"Brasita, perro chagualo" fue reconocida con el galardón del Concurso de la Comedia Municipal 2017 de La Plata, con la mención a mejor actor (Flavio Bosco), a mejor dirección general (Emilia Benítez), mejor dramaturgia (Emmanuel Burgueño) y mejor música (Nahuel Doménica); además de mención literaria por el guión en el III Concurso Nacional de Teatro "Enrique Santos Discépolo" en 2014.

La pieza teatral, estrenada en el año 2015, pone el énfasis en la problemática del trabajo esclavo, irrumpiendo en la vida cotidiana de dos trabajadores clandestinos, inmigrantes provenientes de Braliguay, un país antiguo de algún rincón de América Latina, que llegan a la urbe en busca de mejores condiciones de vida, que nunca logran conseguir.

Con una atrayente escenografía a cargo de Valentina Rodriguez Kees y la asistencia coreográfica de Diego Leandro, registro audiovisual de Pablo Kauffer y música de Nahuel Domenica; la propuesta artísitca, recorre las historias de vida de "El Bajo" y "el Alto", dos hombres inmersos en la pobreza que deciden dejar su lugar de origen para iniciar una nueva vida en la ciudad, con la ilusión de encontrar empleo, progresar y vivir dignamente, como lo hace el resto del mundo.

Al llegar al lugar deseado, la realidad les devolverá días enteros de sometimiento y opresión, en un oscuro sótano en el que prevalece el abandono y la desidia. Esta situación será peor aún, con las crueles exigencias de un patrón omnipresente que demanda siempre un poco más y los constantes atropellos a sus derechos laborales. En medio de una situación tan indigna como desesperante, los obreros recurrirán a sus recuerdos, a las memorias de añorados amigos y a los relatos de amores perdidos, para sobrellevar un presente desolador y transformar su desaliento en un canto de esperanza.

Las entradas, gratuitas, podrán retirarse una hora antes del comienzo de la función, por orden de llegada y hasta llenar la sala, en el Centro Cultural Meridiano V, en 17 y 71.

Fuente: 0221

jueves, 22 de agosto de 2019

“Casada con la vida”: una historia con final feliz que comenzó con una amputación

 

Hace un año y medio se quedó sin una pierna y, ahora, la platense Juana Rodríguez Abadie (20) llevará su experiencia de superación al teatro, acompañada por Federico Barón y con producción de Nazarena Vélez

María Virginia Bruno
22 de Agosto de 2019

Si hay algo que esta historia no se merece es un golpe bajo porque su protagonista, Juana Rodríguez Abadie, es una oda a la alegría. A los 18, un virus contraído en una de las catorce cirugías que debió afrontar para tratar de combatir una extraña afección en los músculos de sus piernas, la dejó a ella y su familia, como en el final de una serie, en un cliffhanger: era la pierna o la vida. Obvia fue la elección.

Un año y medio después de haber salido del Hospital Italiano, tras 45 días en terapia intensiva y otros 15 en coma, la joven platense está atravesando esas puertas que, la remanida frase hecha, le vaticinaba que se iban a abrir.

La historia de Juana trascendió, llegó a la tevé y Nazarena Vélez, conmovida por su experiencia, la contactó por las redes sociales, y, a través de su productora, Frida, le ofreció llevarla a las tablas.

Amparándose en la formación artística que Juana había recibido durante su infancia y adolescencia, en la que también hizo natación y running, no dudó en aceptar.

Así nació “Casada con la vida”, una propuesta que, para Juana, se transformó en “el cierre ideal” de toda su experiencia personal, a partir de una trama basada en su propia historia, con mensajes alentadores y resilientes universales, sobre cómo, a pesar de la adversidad “hay que seguir apostando por la vida, hoy y siempre”.

En escena, Juana estará acompañada por Federico Barón, el hermano de Jimena, con quien, además de edades parecidas, comparte intereses en común. En la obra, el actor se pone en el cuerpo de una ex pareja que, tras enterarse “de lo que le pasó”, va a su rescate, pensando encontrarla como una piltrafa, sumida en un pozo depresivo, pero se sorprenderá con el cuadro real.

Ese será el inicio de una trama que “está buenísima”, según advierte Juana, y que verá la luz por primera vez mañana a las 21 en el Teatro La Nonna, 3 esquina 47, a donde volverá para una segunda función el viernes 30 de agosto.

Está convencida Juana de que, como dice su amiga, “tu peor momento puede convertirse en el mejor momento”, dependiendo la actitud con la que enfrentes lo que vendrá. Su canchera prótesis dorada y con brillos habla por sí sola de ella.

Se ríe recordando cómo todos se la miran cuando llega a algún lugar. “Pero eso no me avergüenza, al contrario, me encanta que la gente me pregunte qué me pasó, para qué sirve, porque me parece que va por ahí el lado de la inclusión”, reconoce la joven que cursó el secundario en el Normal 1 y que, a través de su cuenta de Instagram (@juanirodrigueza), pudo ponerse en contacto con personas que han -o están- atravesado alguna situación similar.

Confiesa Juana que, hasta que le tocó a ella, jamás había visto en la calle a una persona usando una prótesis, ni siquiera sabía qué era. Por eso, sostiene, es bueno darle visibilidad.

“Cuando nos pasan estas cosas, uno tiende a querer esconderse, pero por el hecho de que no es algo cotidiano. Entonces, mi misión es naturalizarla. Quiero que se vea, que se conozca que es algo que puede pasar, que se entienda que no es el fin del mundo, que no es algo grave”, reconoce, convencida de que ese aparatito “es lo que me hace estar de pie, y lo que me permite tener una vida normal”.

Inquieta, demandante y con el “ya” marcando la pauta, así era la Juana anterior porque la nueva ya no viste esas pilchas. La de ahora, dice, es equilibrada, madura, reflexiva y, sobre todo, paciente.

Tras dos meses en el hospital, pasó luego otros tantos para rehabilitar la pierna sana para poder despedirse de la silla de ruedas y, aunque camina con normalidad, todavía le quedan varias visitas a la rehabilitación.

Confiesa que fueron difíciles esos primeros días en los que debió enfrentarse al gran enemigo de las mujeres, sobre todo, en la adolescencia: el espejo.

“Me amputaron la pierna a los 18 años, la edad en la que las mujeres empezamos con todos los complejos, ‘qué la celulitis, qué la estría, qué el rollito’… La primera imagen fue shockeante pero después empecé a aceptarme y a amarme como soy. Yo me miro al espejo y me encanta lo que veo. No me da tristeza, no me da enojo. Me siento más completa que nunca”.

Dice que, como en la película, aprendió a encontrar el lado luminoso de la vida, aún en la adversidad. “Yo no miré la pierna que se fue, miré la pierna que se quedó; me quedé con que tengo salud, que me salvaron la vida, que tengo amigos”, analiza.

Su vida, cuenta, es completamente diferente a la que tenía hace un año y medio. “La Juana con dos piernas no es nada que ver a la Juana con una pierna. Yo cambié para bien. Soy una mejor persona”, remarca.

La rabdomiólisis, la rotura masiva del tejido muscular que le diagnosticaron cuando llegó aquel febrero al hospital con las dos piernas hinchadas y con un dolor insoportable, quedó atrás. Con ella se fue una Juana pero nació otra.

Convencida de la certeza del dicho de que “toda crisis es una oportunidad”, Juana entiende que lo que le tocó atravesar tuvo un significado profundo y lo cuenta.

“Fue la puerta a una vida mucho mejor. Cuando me anoté en la Facultad -se había inscripto en Derecho- no me sentía muy cómoda, no estaba convencida. Después pasó todo lo que tenía que pasar, y cuando me llegó esta oportunidad de la actuación, que fui a conocer el teatro donde voy a debutar, sentí una sensación que nunca había vivido. Me dije ‘acá soy, acá pertenezco’. Siento que encontré mi camino en la vida. Siento que tuve que pasar por esa situación para poder hallarlo”.

Foto: “Casada con la vida” / FFF
Fuente: EL DIA

martes, 6 de agosto de 2019

Tras una década, Berisso recuperó un espacio cultural para la comunidad

LA CIUDAD | UN EMBLEMA DE LA VECINA CIUDAD

Se trata del Cine Teatro Victoria, de avenida Montevideo entre 12 y 13, que reabrió con distintas propuestas artísticas

CON EL ESPECTÁCULO “MI BERISSO” REABRIÓ EL CINE TEATRO VICTORIA/ MB

Después de más de una década, el Cine Victoria, ahora “Teatro Municipal Cine Victoria”, volvió a abrir sus puertas y su sala recibió al público que colmó las 600 butacas de su planta baja. Hubo un amplio abanico de opciones artísticas para disfrutar y los vecinos de Berisso lo vivieron como un logro de la comunidad.

Este día llegó luego de numerosas gestiones efectuadas para su reapertura. El punto culminante fue la firma de un contrato entre la administración comunal y la familia propietaria del Cine Teatro Victoria

Carlos Leveratto, representante de la familia propietaria del cine y el intendente Jorge Nedela sellaron el vínculo para que vuelva a abrir las puertas este espacio cultural.

De ese modo, la Municipalidad de Berisso se hizo cargo del uso de la sala de Avenida Montevideo entre 12 y 13.

Las puertas del Cine Victoria se abrieron a la comunidad de Berisso el 5 de septiembre de 1939. Fue parte de uno de los tantos proyectos vinculados al Cine de Domingo Leveratto y que su familia mantuvo vivo a lo largo de los años.

Bautizado con el nombre de una de las salas anteriores y con una capacidad de 1050 personas en sus inicios, permitió disfrutar de los estrenos más importantes de las distintas épocas.

El llamado “Cine nuevo” rápidamente se transformó en una gran atracción. Por su pantalla pasaron las novedades del séptimo arte y su escenario recibió a destacados artistas nacionales e internacionales.

El cine también sirvió de refugio a los berissenses que se alojaron en la planta alta de la sala, esperando que bajen las aguas durante la crecida de 1940.

Con 68 años, Domingo Leveratto falleció el 15 de abril de 1942, dejando a Carlos a cargo de la empresa.

Desde el 2003 llegaron obras teatrales y reformas en las instalaciones. Se amplió el escenario, se armaron vestuarios y se extendió una nueva línea de energía eléctrica, entre otras reformas. En el 2008, por distintas razones el Victoria cerró sus puertas, pero su corazón siguió latente.

En la mañana del 5 de junio de 2019, el intendente de Berisso firmó junto a Carlos Leveratto, representante de la familia propietaria del Cine Teatro Victoria, un contrato por el cual la Municipalidad de Berisso se hizo cargo del uso de la sala de Avenida Montevideo entre 12 y 13. Ese acontecimiento tuvo como testigo directo al actor Luis Brandoni, quien se acercó a la vecina ciudad para participar del cierre del acuerdo.

APLAUSOS Y MAGIA
Este fin de semana, el Teatro Municipal Cine Victoria con el espectáculo “Mi Berisso”, volvió a abrir sus telones, para disfrutar de los aplausos y para recuperar su magia.

Así pasaron por el escenario distintos espectáculos que permitieron a los vecinos de esa ciudad disfrutar y recordar los mejores tiempos de ese espacio cultural que tiene fuerte pertenencia con los residentes en el distrito vecino.

La noche del sábado 3 de agosto pasará a la historia cultural, artística y patrimonial de Berisso, en la que se reabrieron las puertas para cientos de asistentes que siguieron con entusiasmo, pasión y emoción las distintas propuestas que tuvo ese momento mágico.

Fuente: EL DIA

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