Las mil noches y media es una comedia que estrena esta noche el grupo de abuelos. Teatro musical hecho por gente común de la tercera edad.
Al atardecer de ayer, antes de la fresca, el grupo de Papelnonos bajaba las escalinatas del Pasaje Dardo Rocha, directo pa’ casita a calentar el ambiente y la comida. Ninguno firmó autógrafos, ni lo hará mañana. No son artistas, más que nada aventureros que en la tercera edad probaron con “hacer algo nuevo” y hoy están fascinados.
“Tulita” (Julia Carassale), a los 80, exdocente, además de bailar folclore y frecuentar otro grupo de adultos, tiene el honor de estar “desde la fundación” (en septiembre serán nueve temporadas). “Pero Papelnonos nació hace 25, en Mar del Plata”, añade “Mimí” (Katz), que ayer cumplió 76 años.
La obra musical humorística empezará a las 20 en la sala A del Pasaje (piso 2), en la que nos cuentan cómo a pesar de las dolencias y adversidades se puede conservar un espíritu alegre y optimista. Como el del vecino Raúl Carrió, a los 66 pirulos diciéndole adiós a su profesión -la ardua abogacía que le embromó el corazón en 1997- y “también este viernes será mi despedida del grupo”, dice, aunque las voces femeninas pretenden acallarlo. “No puedo seguir viniendo tarde a los ensayos, sería una falta de respeto, pero entre la salud y temas de trabajo...”.
La excelentísima onda fue la mejor, como para que el estreno sea presenciado por un periodista de este medio (ya nos engancharon). “La historia empieza con dos hermanas en un pueblo que estaba en la decadencia, una se llama Dolores y la otra Remedios...”, comenta Raúl, boina y sonrisa, que es el mejor consuelo para ese corazón.
El guionista Alejandro Dinamarca y el coreógrafo Manuel Caminos hicieron la otra parte, para que el mágico clima de cuentos enmarcado en una música oriental y un colorido vestuario hagan de Las mil noches y media un espectáculo muy divertido.
“Me toca hacer de gay”, larga la carcajada Raúl, vecino de 32 y 9. Y detrás Julia aporta más bocadillos: “Mirá este instrumento, está hecho de cartulina”. Sopla una melodía y luego explica: “Todos los instrumentos que hacemos son de papel, cartón, cartulina o cartapesta”.
Internacionales
Papelnonos nació en Mar del Plata de la mano del profesor de Música y psicólogo Jorge Estrada. “El vino un día y nos inspiró”, recuerda Julia, quien también alaba la figura del director Dinamarca: “Un cerebro privilegiado, es profesor de Música, de orquestas, de coros, escribe partituras...”.
Este original modo de hacer “teatro musical” hizo que los copiaran en México, Perú, Chile y Ecuador. “Y se hacen congresos, ya van ocho”, dice “Mimí”. Durante el año actúan en jardines, colegios primarios y secundarios, hospitales, geriátricos y el asilo Marín.
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