Para el gobierno, la medida permitirá recuperar la plaza seca; el Colegio de Arquitectos y otros sectores se oponen
5 de septiembre de 2015
Alejandro Cruz
LA NACION
En la enorme plaza seca del Teatro Argentino de La Plata se instalará una reja perimetral. En febrero, se lo anunció así: "Producto del reciente llamado a compulsa de precios por parte de la Fundación Teatro Argentino y la colaboración del Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires [que preside Jorge Telerman] se podrá observar el inicio de los trabajos en el exterior del edificio que culminarán con la instalación de la reja perimetral, destinada a permitir la recuperación de espacios, limpieza, seguridad y embellecimiento de nuestro querido Teatro".
Lo de embellecimiento, por lo menos, es discutible. Si vamos a la génesis de este enorme edificio de 60.000 metros cuadrados, sabremos que un jurado seleccionó cinco anteproyectos hasta que el 8 de agosto de 1979, el mismo jurado y por unanimidad, optó por el ideado por los arquitectos Bares (el mismo que también trabajó en el CCK), García, Germani, Rubio, Sbarra y Uca. En lo que hace al aspecto compositivo de la obra aquel comité aseguró: "El nivel del terreno se recupera casi en su totalidad para configurar una plaza pública de excelente conformación y fácil recorrido, que se incorpora en forma franca al aspecto urbano, unifica perceptivamente los diferentes accesos".
A 16 años de su inauguración, la morfología y la circulación inicial de esa explanada cambiarán. El anuncio de las instalación de las rejas generó varias voces contrarias. El Colegio de Arquitectos de la Provincia de Buenos Aires emitió un comunicado. En uno de sus párrafos, dice: "Este corazón [por la plaza seca], necesita para su explotación plena ser alimentado con actividades culturales y sociales que le den vida y justifiquen el esfuerzo que el edificio hace de perforarse y elevarse bajo la platea de la Sala, para dejar atravesarse por la ciudad". En otro párrafo, agrega: "Llama poderosamente la atención que justamente el organismo provincial que tutela nuestras edificaciones emblemáticas, no sólo no manifieste resistencia sino que es partícipe de este avasallamiento sobre un patrimonio arquitectónico contemporáneo. Una vez más, como en tantos otros edificios públicos, se ha elegido el camino más corto y menos comprometido".
El deterioro y estado de abandono de la fachada y del entorno del Teatro Argentino es más que evidente. Varias tribus urbanas coparon el lugar. Pero nada de esto es nuevo. En mayo de hace ya tres años, el Defensor del Pueblo de la provincia de Buenos Aires, Carlos Bonicatto, firmó un acuerdo para proteger el patrimonio histórico del Argentino con quien entonces era el director del teatro, con el responsable del Instituto de Cultura y con el Colegio de Arquitectos de la provincia.
Quien en aquel momento presidía dicho colectivo de arquitectos, Alberto Sbarra, dijo aquella vez: "El espacio público cumple un rol importante: hacer las ciudades más habitables disminuye la conflictividad social". Aquel acuerdo se proponía "generar una participación activa y coordinada en el marco del consenso". Los hechos indican que el acuerdo no prosperó.
Hace unas semanas se realizó la segunda edición del Festival Teatro Argentino sin Rejas. Para los organizadores, según dijeron al diario El Día, de La Plata, la idea del enrejado es "unilateral y arbitraria". Solicitaron una entrevista con Jorge Telerman y advirtieron que de no mediar respuestas acudirán a la Justicia. A lo largo de cinco años, el TAE (Espacio de Arte y Oficios del Teatro Argentino de La Plata) realizó actividades en la inmensa y abandonada explanada. El 19 del mes pasado emitieron un interesante comunicado que llamaron "La reja que te habita". Proponen, como otras tantas voces, un debate superador al hecho de enrejar la emblemática sala. Claro que si la única realidad es la verdad, frase tan artistotélica como peronista, la realidad que se viene en el Argentino es su versión enrejada.
Mientras las cuadrillas trabajan en la explanada, puertas adentro de la sala atravesada por demandas gremiales, hace una semana se anunció la reapertura del Tacec, el espacio de experimentación cerrado hace más de un año cuando Valeria Ambrosio asumió como directora artística. Lucas Borzi está presentando una instalación perfomática llamada Cascada y Jerónimo Búffalo una obra de circo/teatro llamada Acrómata. ¿Dónde se presentan? Paradójicamente, o no, en la fachada y en uno de los patios. O sea, en el territorio en discusión.
Fuente: LA NACION
No hay comentarios.:
Publicar un comentario