Interés General | miércoles 09 de noviembre de 2011
No se trata de un juego
Así se denomina un proyecto de extensión de la UNLP para abordar la compleja temática de la violencia de género en escuelas secundarias. A través de talleres se proponen disparadores para que los jóvenes puedan reflexionar sobre las prácticas cotidianas violentas que se invisibilizan en la sociedad
La violencia de género es un flagelo presente en la sociedad contemporánea. No sólo se remite a la violencia física que puede ejercer un hombre contra su mujer, sino que tiene múltiples manifestaciones. Puede ser simbólica, económica, sexual y psicológica. ¿Cómo paliar esta problemática? La educación es un factor clave. Por eso, un grupo de docentes y alumnos de la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) comenzó a recorrer escuelas secundarias para abordar en talleres esta compleja temática.
Esta iniciativa se inserta en un proyecto de extensión denominado Punto y coma. Si se escondió te embroma. Y cuyo subtítulo es: “Los jóvenes reflexionan sobre violencia de género”. Esta propuesta nace del grupo Colectivo Lanzallamas, que está integrado por 25 personas y desde hace dos años viene trabajando en la temática de violencia de género. Pero este es el primer año como proyecto de extensión.
¿Por qué Punto y coma. Si se escondió te embroma? Según indicaron los miembros de esta iniciativa a Hoy, el nombre surgió por la escondida, que es algo que se juega en la escuela. Es para remitirlo al espacio aúlico. Y, a la vez, hace referencia explícita a las violencias de género cotidianas. A lo invisibilizado de ese tipo de prácticas. “La que te embroma es la violencia. Por eso, nuestro trabajo es para que no esté escondida”, explicó la directora del proyecto, María del Carmen Cosentino, profesora de Filosofía de la Facultad de Humanidades.
Cosentino señaló que el proyecto tiene un objetivo pedagógico, que es tratar de tomar acciones preventivas. Consideró que trabajando con adolescentes y jóvenes se puede “hacer explícito y consciente lo que está inconsciente o visible lo que está invisibilizado”. Añadió que “esto permite presuponer que es posible hacer una transformación en el modo de vincularse”.
Para ello trabajan con la concepción de “educación popular” que -según describió la profesora- es una educación eminentemente política. “No describe una realidad sino que intenta transformarla. Las prácticas que se están llevando a cabo con este taller tienen ese propósito”, afirmó.
En esa misma línea, Mariana Sorgentini, integrante del equipo, manifestó que “queremos que los jóvenes tengan un rol activo y no pasivo, con capacidad de transformación y de acción. La pedagogía que utilizamos se basa en los saberes mutuos del educador y el educando, que es una relación de ida y vuelta en la que se comparten los conocimientos que se ponen en la mesa”.
El grupo se capacitó primero en educación popular y ahora lleva adelante talleres en cuatro escuelas: una en Lisandro Olmos, otra en Hernández, una en Daireaux (provincia bonaerense) y la cuarta es el Bachillerato de Bellas Artes de la UNLP. Vienen trabajando con publicidades de la televisión, recortes de revistas e historietas, entre otros soportes. Siempre con el objetivo de trabajar sobre masculinidades, roles y violencia hacia la mujer. “A partir de eso vamos desglosando diferentes puntos a desarrollar sobre lo cotidiano. La idea es acercarles a los chicos materiales con los que están familiarizados y sobre los que quizás puedan hacer una nueva lectura sobre los contenidos que ahí aparecen”, coincidieron desde el equipo.
Cada taller tiene un tema como disparador sobre el cual los alumnos tienen que hacer una producción, y la clase se cierra con una reflexión. “Hasta ahora vimos que se puede rescatar una capacidad crítica de ellos, que revén la cotidianidad de la violencia de género a partir de lo que se trabajó en el taller”, concluyó Vianel García, otra integrante del proyecto.
Fuente: http://www.diariohoy.net/accion-verNota-id-44044
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