viernes, 18 de noviembre de 2011

“Me siento un usurpador en relación a mis libros”

Ricardo Piglia en el Teatro Argentino

Diagonales / 18.11.2011 | El autor piensa el homenaje como una travesía por la novela argentina

La reverberación de la palabra homenaje no logra eclipsar la oportunidad para hablar de lo que más le interesa al homenajeado, la literatura. El escritor enuncia lo que su interlocutor no se anima a poner en palabras “es cierto, no es muy frecuente que los homenajes se hagan en vida. Pero sin dudas tiene que ver con cierta edad que uno ya está transitando.

De todas formas podríamos darle a la palabra un sentido más irónico, para no tomarlo tan seriamente, porque en definitiva es una reunión de gente a la que le interesa la literatura y que se va a juntar a discutir algunos temas. Ese es el sentido más importante, generar un espacio de encuentro con el pretexto de que voy a estar ahí para seguir conversando y discutiendo sobre la literatura argentina”.

Ricardo Piglia está entusiasmado con el homenaje que organiza la Universidad Nacional de La Plata, más allá de los honores porque le permite volver a la ciudad en la que vivió cinco años, cursó sus estudios universitarios y transitó esas experiencias de la juventud que conforman “un recuerdo muy entrañable de la ciudad”.

A su turno de tomar la palabra, el historiador y autor de La Ciudad Ausente y Respiración Artificial, entre otros tantos libros disertará sobre la novela argentina. Un tema al que vuelve como a la ciudad donde desarrolla las primeras ideas sobre el tema. Cuenta Piglia que “las cuestiones de las que voy a hablar son las que he trabajando siempre, incluso cuando era estudiante y vivía en La Plata.

Así que va a ser una especie de pequeña travesía por mi propia manera de pensar la novela argentina, no sólo la que escribí sino más bien la tradición en la cual escribimos. Mi idea es tomar algunas escenas de distintas novelas, en definitiva podría haber llamado a la conferencia Escena de la Novela Argentina”.

Por donde pasa la cuestión es uno de los tantos causes que toma la conversación que lejos de establecer verdades cuestiona incluso el lugar ganado del homenajeado. Piglia concede una pista “la cuestión está en el adjetivo o sea qué particularidades tendría una novela que es argentina. Si es argentina básicamente porque la escribimos aquí o es argentina por alguna característica.

Me parece que por ahí va la discusión que se podría expandir a la literatura o incluso cultura argentina. Sobre todo en esta época en la que estamos tan conectados y ligados a la cultura o literatura mundial, es interesante pensar qué es la localización, desde dónde uno hace las cosas, qué relación se mantiene con el propio lugar”.

EN TIEMPO Y FORMA. Siguiendo las posibilidades que el propio Piglia ofrece para pensar la localización, una posibilidad es dentro de una generación. El escritor vendría después de Roberto Arlt y a la par de Miguel Briante, Juan José Saer y Manuel Puig. Para Ricardo en esa generación “hay que destacar que todos somos hijos de la escuela pública y de la universidad pública. Estamos agradecidos a la universidad porque fue muy importante en la formación de todos nosotros y por eso esta invitación me alegró tanto.

Con los escritores de la propia generación siempre hay relaciones especiales porque uno empieza a leer sus textos cuando son inéditos, es el caso de Saer, de Briante o de Puig. Luego uno avanza o sigue escribiendo sus libros en compañía de aquellos con los que ha comenzado a escribir, eso es lo que marca esta noción de generación.

Pero también para nosotros Roberto Arlt ha sido un referente muy importante, básicamente abrió la puerta para entrar en la literatura argentina a pesar de Borges. Una manera de entrar y de salir de la influencia por momentos excesiva que tenía Borges sobre los escritores. Una figura invasora, que ocupaba todo el espacio, ahí Arlt aparecía como una alternativa, otro tipo de concepción y para nosotros un referente central”.

Otra forma de situar a este autor son los lugares en sí mismos, los fundantes para su obra. Entonces la travesía sería de su Adrogué natal a la ciudad de Mar del Plata en 1955 con su familia, Piglia recuerda estos pasajes como iniciáticos porque “lo importante de las vivencias personales no es sólo la calidad de la experiencia sino como la vivió uno.

A veces elementos que son mínimos producen efectos múltiples. Por ejemplo, la mudanza a los 16 años a Mar del Plata que en un punto era muy módica, la viví como un gran exilio, un destierro. A esas experiencias del orden de lo iniciático agregaría la llegada a La Plata porque ahí empecé a escribir mis primeros relatos y un montón de experiencias de la vida juvenil.

Esas son un poco las historias que uno mismo se cuenta de uno mismo. Todos estamos siempre contando las historias de nuestra propia vida con momentos que son más definitivos que otros y siempre eso tiene algo arbitrario en un punto. Pero todo lo que uno vive en un momento de formación deja siempre su marca”.

Y aunque de alguna manera lo pase por alto por estar fuera de su punto de vista, los grandes reconocimientos también dejan sus marcas y definen lugares. Como el premio el Premio Hammett de novela negra de la Asociación Internacional de Escritores Policiacos que recientemente se llevó con su trabajo Blanco Nocturno, Piglia asume “por supuesto que el reconocimiento deja marcas, uno siente que es por el trabajo que uno ha hecho y es un aliento que lo que uno ha escrito produce algunos efectos”.

Aunque la relación entre el escritor y la figura pública “es extraña porque en realidad se trata más de los libros que de uno. El reconocimiento es a los libros que uno a escrito, a veces uno se siente un usurpador en relación a ellos porque son los que han hecho las relaciones y las amistades. Uno es como la sombra de esos libros, está en esos libros pero no al mismo tiempo.

Siempre tiene algo de misterioso el espejo público, es como cuando uno encuentra un espejo en una casa y de pronto se ve y se sorprende. Nunca está seguro de ser uno mismo el que está ahí. De todas maneras cuando uno comienza a escribir otro libro está más o menos en la misma condición porque se empieza de nuevo en una actitud de aprendizaje.

Por lo menos los escritores que me interesan están siempre pensando en que lo mejor aún no lo han escrito”. El futuro no es uno de los lugares donde situarlo pero sí donde el escritor tiene el horizonte.

CRONOGRAMA

HOY.

A las 9.30: Recepción de los participantes.

A partir de las 10. Conferencias a cargo de José Luis de Diego y Sergio Pastormerlo (UNLP) y Adriana Rodríguez Pérsico (UBA).

A las 14. Proyección Sobrevolando Eterna. Audiovisual del grupo La Fabriquera sobre la adaptación teatral de La ciudad ausente realizada y dirigida por Laura Valencia en 1998. Diálogo con la directora a cargo de Lucía Savloff.

A las 15. Hablarán Sergio Waisman de la Universidad de Washington y Laura Demaría de la Universidad de Maryland.

A las 15.40. Ricardo Piglia ofrecerá una conferencia titulada "La novela argentina".
Además se expondrán las ilustraciones de La Ciudad Ausente de Luis Scafati en formato de novela gráfica.

Con entrada libre y gratuita se realizarán en la Sala de Conferencias (3º piso del Teatro Argentino) Organiza la Universidad Nacional de La Plata y auspician el Instituto de Investigaciones en Humanidades y Ciencias Sociales (IDIHCS-CONICET) y la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la UNLP.

Fuente: http://www.elargentino.com/nota-167193-Me-siento-un-usurpador-en-relacion-a-mis-libros.html

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