“El teatro implica solidaridad y un montón de cosas más que son necesarias que el artista tenga”
Fin de semana en La Nonna
Diagonales / 08.09.2011 | El sábado presentará nuevamente el stand up Histeriotipos y el domingo estrenará en La Plata el infantil Canciones en tranvía
Anita Martínez vuelve a la Plata y, esta vez, con una doble propuesta teatral: el sábado hará el stand up Histeriotipos (a las 21.30) y el domingo el infantil Canciones en tranvía (a las 16.30), en el teatro la Nonna (47 esquina 3).
“Voy a estar nuevamente en La Plata y en el teatro La Nonna, que es una casa para mí y un polo cultural, y estoy feliz porque vengo a hacer nuevamente Histeriotipos y a presentar por primera vez en esta ciudad Canciones en tranvía”, contó la actriz a Diagonales.
–Cada vez se la ve más involucrada en la autogestión de sus proyectos…
–No me quedo esperando a que me llamen y trabajo para generar mi trabajo y poder hacer cosas que me gustan. Y ahora me di cuenta lo complejo que es la producción y lo importante que es que el artista colabore. El teatro implica solidaridad y un montón de cosas más que son necesarias que el artista tenga. Es como darse la mano con el otro.
–Es también un trabajo cultural…
–El teatro tiene una función, nuestra misión es entretener y dejar cosas buenas, más cuando te dedicás a los chicos, el mensaje tiene que ser bueno en su totalidad: arriba del escenario con lo que contás y abajo con lo que sos. Yo ahora estoy muy pendiente, sobretodo porque tengo un nene, de eso de que hay que transmitir ciertos valores y que es también una misión nuestra. El teatro tiene que estar bueno para todos, para el que lo ve, el que lo hace, el que lo produce, el que tiene una sala… Como misión de vida está bueno tomárselo así.
–Está haciendo un espectáculo para adultos y un infantil, ¿encuentra una conexión entre ambos?
–Lo que tiene de interesante esto es cómo uno necesita acomodarse a la situación. Eso está bueno para el actor, esa cosa de estar siempre en el mismo lugar no es bueno, hay que cambiar, ser versátil, y eso implica todo un trabajo de muchas otras cosas, pero lo que te da eso es cierta intuición, porque una vez que empezás a trabajar varios aspectos te transformás en una persona más intuitiva. A mí hacer infantiles me ayudó mucho a hacer lo del stand up y el stand up me modificó muchas cosas de mi relación con el público.
El infantil. Canciones en tranvía es un espectáculo para chicos –y grandes que no se olvidaron las canciones de su infancia– basado en los clásicos de María Elena Walsh.
“Incluye las canciones más lindas de María Elena Walsh, pedí que se me autorizaran las canciones que a mí me acarician el alma. Y ‘La Reina Batata’ para mí ocupa un lugar central”, contó Anita Martínez.
–¿Cómo está armado el espectáculo?
–Es un show musical de canciones pero hay una pequeña historia, que cuenta que un tranvía cargado con los integrantes de un circo imaginario llega a un pueblo para mostrar un show. Y ahí van pasando las cosas. Es un espectáculo con artistas circenses y hay titiriteros. Hay un número muy lindo de un globo gigante, que es bastante novedoso y muy piola. Y Pedro Cifuentes, un dotado para el arte visual, hizo la escenografía, el vestuario y los títeres corpóreos, que miden más de dos metros y los manejás como si fuera un cuerpo grande.
–¿Con qué canciones siente que se identifica más el público?
–Depende. Yo creo que “La Reina Batata” es un momento altísimo y a “Manuelita” no hay con qué darle. “El jacarandá” le gusta mucho a la gente más grande, y ahora que yo me estoy poniendo vieja a mí también.
–Son las canciones de su infancia…
–Son las de mi infancia y las de la infancia de mi hijo también.
–Usted ya había hecho antes espectáculos de María Elena...
–Hice seis temporadas, pero esta vez me largué a hacerlo sola, laburando con la autogestión aunque fuera un riesgo grande.
El stand up. “La obra habla de los hombres de los que las mujeres deberíamos escapar”, dice Anita Martínez sobre Histeriotipos.
–¿Desde qué lugar se habla de los hombres en este espectáculo?
–Está pensado según los prototipos de hombres. Claudia Morales, que es la autora, pone el punto en los hombres pero la mirada está en las mujeres, en por qué a veces elegimos algunas cosas que no nos hacen bien. En eso ponemos mucho humor. Y la obra es una especie de ceremonia en donde una se pregunta “por qué agarré eso”.
–¿Hay muchos “histeriotipos”?
–Están los clásicos: el viudo, el separado, el soltero, el casado enamorado fiel, el casado enamorado infiel. Están los vagos. También los de 40 y pico, que te dicen “somos un grupo de pendejos de 40”. Después están los nuevos, como el metrosexual. El histérico, que defino como el “Hystericman”, es ese que da vueltas, algo que antes era patrimonio de la mujer: no pero sí, sí pero no, un poco pero no tanto, vemos qué onda, van a comer y nunca concretan, pasan juntos todo un fin de semana y después no te contesta ninguno de los 400 mensajes que le mandaste.
–¿La obra también habla de los tipos de mujeres?
–Sí. Están las mujeres de 40 años que se plantean que su competencia son las chicas de 20, que andan con la pollerita cortita y van al gimnasio a hacer 40 minutos de speening; si una llega a hacer speening, cuando te bajás de la bicicleta te tienen que hacer una rectoscopía por como te quedó la cola, y ellas están divinas, con el Gatorade en la mano. Después está la de casi 40, que si todavía no agarró algo, ya no le queda nada, y encima tiene padres grandes, que la quieren ver ubicada aunque el tipo sea una mierda. Y una agarra cualquier cosa con tal de no quedarse sola. Después está la separada que tiene guita y se hace nueva. Y también están las mujeres que conocen al hombre de su vida y les va bien, pero acá hablamos de ellas a las que no les fue bien y no pueden estar bien solas.
Fuente: http://www.elargentino.com/nota-156833-Anita-Martinez-y-una-doble-propuesta-teatral.html
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