domingo, 30 de noviembre de 2014

30 de Noviembre – Día Nacional del Teatro


El teatro en la Argentina, aunque con aislados antecedentes en ritos indígenas, manifestaciones africanas y representaciones coloniales y poscoloniales de origen español-americano, nació como tal del circo criollo en las últimas décadas del siglo XIX, con un carácter eminentemente popular, combinando elementos provenientes de diversas disciplinas dramáticas, como la pantomima, la farsa y el monólogo crítico. El teatro argentino tomó identidad a través de expresiones particulares como el sainete -principalmente-, la pieza cómica, el grotesco, y la revista criolla. Una variedad dramática de gran importancia para la cultura popular han sido el radioteatro y el teleteatro.

Época colonial


En las tierras que componen a la Argentina, no se hallaron, a diferencia de otras zonas de América, expresiones de accionar teatral por parte de los pueblos nativos, más allá de danzas y ceremonias religiosas impulsadas por los misioneros católicos para evangelizar y adaptar a los nativos al régimen colonial español.1

El 30 de noviembre de 1783 el virrey Juan José de Vértiz y Salcedo mandó crear en Buenos Aires una casa de comedias. En los fundamentos de la medida dispuesta, decía el virrey, refiriéndose al teatro que “no solo lo conceptúan muchos políticos como una de las mejores escuelas para las costumbres, para el idioma y para la urbanidad general, sino que es conveniente en esta ciudad que carece de diversiones públicas”.

La sala, que fue la primera que existió en Buenos Aires, se levantó en la esquina de las calles San Carlos y San José, actuales calles Alsina y Perú, y se la conoció como Teatro de La Ranchería.

La sala se la habilitó en forma provisoria en lo que era un galpón de depósito, con la idea de construir más tarde un recinto definitivo, pero ese proyecto nunca se llegó a concretar. Juan María Gutiérrez, en el tomo 7 de la Revista de Buenos Aires, dice: “La casa de comedias se construyó bajo un humildísimo techo de paja en La Ranchería (…) [el terreno] pertenecía primitivamente a los P.P. de Jesús y [era] lugar de depósito de los frutos y productos de sus misiones.”

Desde un principio bastante humilde y cuestionada, la sala, poco a poco se fue transformando en el centro de la actividad lírica y teatral de la ciudad, gracias a la buena elección de obras y autores de la lírica y el teatro clásico español.

Además de la excepción de los días festivos, una vez a la semana, los domingos, entre las 16 y las 19:30 , el teatro abría sus puertas para albergar a los ciudadanos, es decir los integrantes de la burguesía porteña, que concurrían al teatro para asistir a veladas de ópera o a disfrutar de las obras de teatro. Se representaron obras de Lope de Vega, entre los más destacados y del porteño Lavardén. Éste se consagró en 1786, cuando presentó en el Teatro de La Ranchería su tragedia en verso Siripo, primera obra de teatro de tema no religioso escrita en el territorio de la actual Argentina. Como complemento de los dramas y comedias, se ofrecían tonadillas –como se hacía por la época en España– que cantaban las actrices y los actores con acompañamiento de guitarra y concluían con el baile de boleras y seguidillas.

Como una forma de publicidad, en la botica de Los Angelitos, en la esquina de las calles San Pedro y San Carlos, actuales calles Chacabuco y Alsina se ponía un farol que servía para anunciar las funciones.

En la sala del teatro, en 1788, debutó la actriz María Mercedes González y Benavides, que al momento se hallaba viuda y era madre de tres hijos. El padre de María Mercedes, descontento con el oficio elegido por su hija, se presentó ante la justicia para impedirle que actuara ante el público porque según él, actuando, su hija , “no sólo echa sobre sí la nota de infamia sino que la hace trascender a todos sus parientes“. El pedido del padre fue aceptado, pero, después de seis meses de apelaciones de ambas partes, finalmente se falló en favor de la hija.

Durante la época de carnaval, después que el teatro quedaba inactivo, se realizaban en la sala los famosos Bailes Populares de Carnaval, a los que acudía el público disfrazado a bailar la danza favorita de la época: el fandango.

El Teatro de La Ranchería permaneció hasta 1792, cuando un incendio lo destruyó por completo. Juan María Gutiérrez, en el texto antes citado dice que “se incendió en la noche del 16 de agosto de 1792, con uno de los cohetes disparados desde el atrio de la iglesia de San Juan Bautista del convento de Capuchinas, cuya colocación se celebraba. Algunos comentarios piadosos debieron hacer las madres y sus capellanes sobre aquel fuego del Cielo que reducía a cenizas la casa del error y de los placeres mundanos”. Lo cierto es que nunca se supo bien si fue un accidente o un atentado. Es de destacar que la jerarquía católica no veía con mucha simpatía la presencia del teatro, por considerarlo pecaminoso, ni compartía la política progresista del virrey Vértiz quien, además, había introducido la imprenta en la ciudad.

Para homenajear permanentemente al Teatro de La Ranchería, cada 30 de noviembre, día de su inauguración, se celebra en Argentina el “Día del Teatro Nacional”. También a modo de homenaje, el centro cultural de la municipalidad de la ciudad de Junín, Argentina, también lleva el nombre del primer coliseo argentino, véase Teatro de la Ranchería.

Teatro de la Emancipación


El 1º de mayo de 1804, se inauguró una nueva sala: el Coliseo Provisional.

Tras la Revolución de Mayo, el repertorio español fue dejado de lado –a excepción de Leandro Fernández de Moratín y El Sí de las Niñas– y se impuso el gusto francés, donde brillaba Molière.

En el segundo aniversario de la Revolución, se estrenó allí El 25 de mayo o El Himno de la Libertad de Luis Ambrosio Morante. También subió a escena el sainete El Detalle de la Acción de Maipú, de autor desconocido, que dramatizaba el parte de San Martín a Pueyrredón anunciándole la victoria. Pero el énfasis rebelde de la época lo marca el estreno de Túpac Amaru, tragedia en verso atribuida a Morante, convertido también en actor, apuntador y director, que daba cuenta de la revolución indígena de 1780 en el Alto Perú.

Durante la época de Rosas


Durante su gobierno se levantaron el Teatro de la Victoria, el del Buen Orden y el de La Federación; sin embargo, ello no implicó el fortalecimiento de una dramaturgia propia, ya que se llevaban a escena variedades, espectáculos circenses y melodramas. Proliferó el teatro propagandístico y la mejor expresión de estos años fue el Don Tadeo de Claudio Mamerto Cuenca. Los autores que optaron por el exilio (José Mármol, Bartolomé Mitre, Pedro Echagüe) poco aportaron a la escena nacional. La excepción fue Juan Bautista Alberdi, quien prefiguró el grotesco en la dramaturgia argentina con El Gigante Amapolas y sentó además las bases para la crítica teatral desde las páginas de la revista La Moda.

La Organización Nacional y el Fin del Siglo


En los años posteriores a Caseros, las compañías europeas frecuentaron el país con un repertorio prolijo y cuidado que abarcaba diversas especies dramáticas y de la lírica, aunque con poco espacio para los autores nacionales. Martín Coronado (La Piedra del Escándalo; Parientes Pobres) sólo era representado por elencos españoles y Nicolás Granada (¡Al Campo!; Atahualpa) hubo de traducir sus obras al italiano para montarlas en escena. Faltaba pues, la compañía nativa para la dramaturgia nacional. Y llegó de la mano del circo criollo.

Éste, también introducido por compañías europeas, gozaba de gran aceptación popular. El primer artista nacional del género fue Sebastián Suárez, quien levantó su carpa con bolsas de arpillera, iluminándola con tela embebida en grasa combustible de viejos envases. Se trató del Circo Flor América, donde actuaba vestido de forma estrafalaria y con el rostro pintado.

Sin embargo, la gran figura fundadora de la arena autóctona fue José Pepe Podestá, creador del payaso “Pepino el 88″, quien desarrolló y dirigió la puesta de la pantomima basada en la novela Juan Moreira de Eduardo Gutiérrez. Estrenada con parlamentos en Chivilcoy, Provincia de Buenos Aires, en 1866, dio nacimiento al verdadero circo criollo que comenzó a recorrer los caminos del país. Con los años, Pepe se quedó con el repertorio gauchesco (que incluía lenguaje y ambientación rural combinados con danzas folklóricas), variedad que se cerró en 1896 con Calandria de Martiniano Leguizamón.

La inmigración, por su parte, había traído consigo el auge del sainete español, origen del sainete criollo, testigo de los conflictos urbanos que planteaba la nueva realidad circundante: conventillos, calles, cafés, se convirtieron en centro de la escena. Autores como Nemesio Trejo (“Los Políticos”), [(Carlos Mauricio Pacheco)] (“Los Disfrazados”) o Enrique García Velloso (“Gabino el Mayoral”) dieron los primeros pasos en el denominado “género chico”, que pasando por [(Alberto Vacarezza)] (Los Escrushantes, “[(El conventillo de la Paloma)]“) concluirá bien entrado el siglo XX en el grotesco de [(Armando Discépolo)] (“Mustafá”, “Muñeca”, “Stéfano”).

Teatro independiente


Los comienzos del siglo XX inauguran la época de oro, donde brillaron los nombres de Roberto J. Payró (Sobre las Ruinas; Marco Severi), Florencio Sánchez (Nuestros Hijos; En Familia) y Gregorio de Laferrere (¡Jettatore!; Las de Barranco), quienes dieron gran impulso a la actividad escénica, basados en una estética costumbrista de alto impacto en el público.

El gran hito se produjo en 1930, cuando Leónidas Barletta fundó el Teatro Del Pueblo, piedra fundamental del movimiento independiente, ubicado en las antípodas de lo comercial. La iniciativa tuvo su período más fructífero entre 1937 y 1943, con un repertorio universal que no descuidaba la producción de autores nacionales como Roberto Arlt (Saverio el Cruel; 300 Millones; La Isla Desierta), Raúl González Tuñón (El Descosido; La Cueva Caliente), Álvaro Yunque (La Muerte es Hermosa y Blanca; Los Cínicos) y Nicolás Olivari (Un Auxilio en la 34).

La década del 40 se caracterizó por la afirmación del teatro independiente y la proliferación del vocacional. Además de Barletta, cabe citar elencos como La Máscara y el Grupo Juan B. Justo. Nuevos dramaturgos como Andrés Lizarraga (Tres Jueces para un Largo Silencio; Alto Perú), Agustín Cuzzani (Una Libra de Carne; El centroforward murió al amanecer) o Aurelio Ferreti (La Multitud; Fidela) estrenaron sus primeras obras. Se afianzó también el teatro de títeres, con la producción de Javier Villafañe (Títeres de La Andariega) y Mane Bernardo (Títeres: Magia del Teatro), que luego continuarán Ariel Bufano (Carrusel Titiritero) o Sarah Bianchi (Títeres para Niños).


La Consolidación del Teatro Independiente


Una segunda etapa del teatro independiente se desarrolló en los umbrales de los años 50. A la entrega de la primera época, se agregó el afán de capacitación, estudio y formación por parte de actores, directores y dramaturgos. Los nuevos elencos: Teatro Popular Fray Mocho, dirigido por Oscar Ferrigno; Nuevo Teatro, conducido por Alejandra Boero y Pedro Asquini; Los Independientes, fundado por Onofre Lovero; a los que se sumó la producción del Instituto de Arte Moderno (IAM), de la Organización Latinoamericana de Teatro (OLAT), del Teatro Telón o del Teatro Estudio, encontraron su réplica en el interior del país.

En 1949, Carlos Gorostiza (El Pan de la Locura, Los Prójimos, El Acompañamiento) estrenó El Puente. A esta segunda etapa corresponden también las primeras producciones de autores como Pablo Palant (El Escarabajo), Juan Carlos Ghiano (La Puerta del Río; Narcisa Garay, Mujer para Llorar), Juan Carlos Gené (El Herrero y el Diablo) y Osvaldo Dragún (La Peste viene de Melos; Historias para ser Contadas).

Los ´60, años de cambio y de cuestionamientos sociales, éticos y estéticos, produjeron una renovación en la escritura teatral y en la puesta en escena, que se perfilará en tres direcciones diferentes:

El teatro de vanguardia y experimentación, a la luz de las búsquedas iniciadas en el Instituto Di Tella, con las producciones de Eduardo Pavlovsky (Espera Trágica, El Señor Galíndez) y de Griselda Gambaro (El Desatino, El Campo), que vigorizaron nuestra escena;

El realismo social, representado por Soledad para Cuatro de Ricardo Halac, Nuestro Fin de Semana de Roberto Cossa o Réquiem para un Viernes a la Noche de Germán Rozenmacher;

El nuevo grotesco, representado por La Fiaca de Ricardo Talesnik, La Valija de Julio Mauricio, El grito pelado o Encantada de conocerlo de Oscar Viale o La Nona del propio Cossa.

El neo Baroco, con “La Juanetarga”, “El Cuiscuis”, “La Pindonga”, “La Bristol”, “La Magdalena del Ojon”, “Tango Macbeth” de Emeterio Cerro.

También en aquella época cobró auge el café concert, que incluía música, varieté y sketches diversos y que tuvo su centro en La Botica del Ángel de Eduardo Bergara Leumann, La Recova, donde se impusieron Carlos Perciavalle, Enrique Pinti, Antonio Gasalla y Edda Díaz, EL Gallo Cojo y La gallina embarazada y el Teatro Latino de San Telmo.

Teatro Abierto


Con la dictadura militar de mediados de los años ´70, soplaron aires sombríos. Muchos actores y gente del oficio se vieron obligados a emigrar, los empresarios sólo llevaron a escena comedias livianas y en los teatros oficiales se impusieron “listas negras” que influyeron en directores y productores.

La resistencia se recluyó en pequeños teatros, se destaca la actividad del Teatro Escuela Central, con dirección de Federico Herrero y fue el movimiento independiente el que oxigenó el ambiente: autores como Osvaldo Dragún (Al Violador, Como Pancho por San Telmo), Roberto Cossa, Carlos Somigliana (El Avión Negro, El ex alumno) y Carlos Gorostiza, con el apoyo de otros dramaturgos y actores, crearon Teatro Abierto, inaugurado el 28 de julio de 1981 en el Teatro del Picadero. Desde la primera función la convocatoria desbordó las 300 localidades previstas en un horario insólito y a un precio exiguo. Una semana después un comando de la dictadura incendió la sala y esto provocó la mayor solidaridad social. Casi veinte dueños de salas, incluidas las más comerciales, se ofrecieron para garantizar la continuidad del ciclo y más de cien pintores donaron sus obras para recuperar las pérdidas. Teatro Abierto continuó y cada función fue un acto antifascista cuya repercusión estimuló a otros artistas y así surgieron, a partir de 1982: Danza Abierta, Poesía Abierta y Cine Abierto.

El Regreso a la Democracia


El retorno democrático permitió el surgimiento de nuevas búsquedas. Un teatro trasgresor modificó la estética escénica a partir de las experiencias del Parakultural y en el Teatro Escuela Central de San Telmo, que incorporó otros lenguajes, en especial, el humor corrosivo y crítico. Son figuras de este movimiento La Organización Negra (antecedente de De La Guarda), El Clú del Clawn, Batato Barea, Alejandro Urdapilleta, Humberto Tortonese, Verónica Llinás y Alejandra Flechner, por citar sólo algunos.

El fin de siglo heredó estas propuestas y ofrece además un teatro basado en una mayor destreza física del actor, al que acompañan títeres y muñecos. El caso más emblemático es el de El Periférico de Objetos.

El Teatro Argentino en la Actualidad


Actualmente el teatro sigue siendo una actividad muy fecunda en la Argentina.

El teatro alternativo de Buenos Aires es todo un movimiento singular a nivel mundial. Creadores como Mauricio Kartun, Rafael Spregelburd, Daniel Veronese, Ricardo Bartís, Rubén Szuchmacher, Javier Daulte y Alejandro Tantanian entre otros, viajan con sus espectáculos por el mundo recibiendo todo tipo de reconocimientos. Ellos allanaron el camino para que luego, creadores más jóvenes como Federico León, Mariano Pensotti, Lola Arias, Romina Paula siguieran el mismo camino. Otro director de índole más popular que también viajó por el mundo prematuramente fue Claudio Tolcachir. Helena Tritek, Adrea Garrote y Patricia Zangaro, entre otras creadoras se destacan también en la escena porteña. Ciro Zorzoli, Guillermo Cacace, Alejandro Catalán, Bernardo Cappa, Luis Cano, Sergio Boris, Marcelo Savignone y Diego Starosta son directores/autores cuyos trabajos han sido muy valorados a nivel Nacional en los últimos años.

Durante este último período han surgido una camada de creadores jóvenes y prolíficos que se perfilan como los grandes referentes de la escena porteña en el futuro: Ariel Farace, Juan Pablo Gómez, Alejandro Acobino, Lautaro Vilo, Matías Feldman, Santiago Gobernori, Maruja Bustamante, Martín Flores Cárdenas, Santiago Loza y Marcelo Mininno, entre otros.

Aquellos primeros teatros de Buenos Aires

Teatro La Ranchería
Autor: Felipe Pigna

Si bien hay antecedentes de representaciones teatrales en fiestas patronales y oficiales, tales como la coronación de Fernando VI, pasos de compañías de cómicos ambulantes y frecuentes representaciones en los patios de las casonas coloniales, el teatro llega a Buenos Aires en 1757 cuando se edifica el Teatro de Operas y Comedias en las actuales Alsina entre Defensa y Bolívar. Allí se representaron desde obras de marionetas hasta la ópera Las variedades de Proteo de Antonio Texeira y  Antonio José Da Silva. Hay pocas noticias de este primer intento previo al virreinato que durará apenas hasta octubre de 1761 cuando la sala fue clausurada por orden el obispo de diócesis de Buenos Aires que venía insistiendo sobre la inmoralidad que propagaban las artes escénicas y logró su cometido argumentando que las representaciones terminaban muy tarde. Recién en noviembre de 1783 quedó inaugurada la Casa de Comedias, nombre elegante que será convertido por el público en el menos prosaico de La Ranchería. El famoso virrey de las luminarias, el mexicano Juan José de Vértiz y Salcedo, había autorizado a Francisco Valverde para encarar la construcción del teatro en las actuales esquinas de Perú y Alsina, en la zona conocida como “la ranchería de las Misiones”, porque allí los jesuitas hasta su  expulsión tenían depósitos donde comercializaban algunos productos de sus famosas reducciones.

¿Cómo era aquel teatro de 1783? Para imaginárnoslo tenemos que empezar por dejar de lado cualquier tipo de lujo. Era una especie de galpón con techo de paja y paredes de ladrillo asentado en barro de 26 varas de frente por 55 de fondo 1. El escenario no era muy alto, con la garita del apuntador y en su parte superior podía leerse en dorado: “Es la comedia espejo de la vida”.El palco oficial, destinado al virrey y las autoridades, estaba decorado con cenefas rojas y amarillas. Para iluminar la sala se usaban velas de sebo distribuidas en candilejas al borde del escenario y arañas ubicadas estratégicamente para que ningún rincón quedara a completamente a oscuras. La entrada costaba dos reales y para saber si había función en aquella Buenos Aires que no tenía periódicos, había que acercarse hasta la farmacia de los Angelitos en las actuales Chacabuco y Alsina y fijarse si el farolito estaba encendido. En ese caso, los aficionados al teatro podían caminar una cuadra más y disfrutar de la función.

Allí, Manuel José de Lavardén, uno de nuestros primeros autores teatrales,  estrenó en 1789 sus obras Siripo y La Inclusa basadas en temáticas históricas locales.

En un principio los papeles de mujeres los representaban hombres hasta que las chicas se fueron animando y así pudo verse a nuestra primera actriz, la “damita joven” Josefa Pepa Ocampos de la que sabemos que había nacido en Buenos Aires hacía 18 años y que su ingreso a la compañía teatral vino de la mano con su casamiento con el tercer galán Angel Martínez. En aquel contexto cargado de prejuicios en el que se asimilaba el oficio de actriz al de prostituta o a “mujeres de la vida”, la notable investigadora de la historia de nuestro teatro Beatríz Seibel, da cuenta de una demanda judicial presentada por el padre de la joven Mercedes González Benavídez para que su hija no pudiera ejercer públicamente su vocación de “actuar, cantar y bailar”. Don Benavídez, que, además de todo lo que las lectores y los lectores están pensando, era abogado, exigía en su escrito que las autoridades locales le impidieran actuar a Mercedes: “no sólo se echa sobre si la nota de infamia, sino que la hace trascender a todos sus parientes”. Decía también: “la compañía se completa con las personas más viles y despreciables como son las mulatas esclavas, siendo tal una de las cómicas”. Lo de despreciables y viles corre por cuenta de Benavídez. Lo cierto es que era habitual que los esclavos y las esclavas participaran de las obras de teatro y los libertos se integraran a alguna compañía. La demanda marchó con bastante celeridad para los tiempos judiciales y teniendo en  cuenta que Mercedes no era una menor dependiente del demandante sino una madre de tres hijos y viuda de dos maridos, el tribunal dictaminó que  podía “dedicarse a cualquier ejercicio con que sufragar su manutención”. 2

La Ranchería estuvo en pie nueve años hasta que se incendió a raíz de un cohete disparado el 15 de agosto de 1792 durante una festividad desde el campanario de una iglesia que impactó de lleno en el techo de paja del teatro.

La ciudad se había quedado sin teatro y varios años después todavía se preguntaba el Telégrafo Mercantil: “¿Y es creíble que una capital populosa, fina, rica y mercantil, carezca de un establecimiento donde se reciben las mejores lecciones del buen gusto, y de una escuela de costumbres para todas las clases de la sociedad?”. 3

Recién en mayo de 1804, durante el virreinato de Sobremonte quedará inaugurado el Coliseo, llamado  Provisional porque se había proyectado uno definitivo, en las actuales esquinas de Reconquista y Rivadavia, en el terreno que hoy ocupa el Banco Nación. Pero el “definitivo” nunca se construyó.

El “Coliseo Provisional”, propiedad de Don Olaguer y Feliú, era más amplio que su antecesor.  El público estaba repartido en palcos, galerías, tertulias, cazuelas, bancos, gradas  y las más baratas, las entradas de pie.  El teatro le dio nueva vida a la ciudad y sumó variedad a las no muchas diversiones de la elite de “vecinos” y “vecinas”, en un espacio de sociabilidad nuevo que, además de su aspecto de cultura y entretenimiento, significaba un lugar donde “lucirse”, en la vestimenta y los modales y para las chicas, junto con el sagrado recinto de la Iglesia, cruzar miradas  con algún muchacho en edad de merecerlas. Trajo además una nueva categoría de personajes a la ciudad: los comediantes o artistas, término que incluía a actores, actrices y músicos,  tramoyistas, escenógrafos y empresarios teatrales, gente de mundo, con la mente más abierta y portadora de muchos menos prejuicios que la media de la ciudad puerto.

Pero la sociedad seguía siendo muy pacata y conservadora y las actrices estaban en el ojo de la tormenta. Por ejemplo, Antonina Montes de Oca, que había iniciado su carrera en los cafés cantantes, remotos antecedentes de los cafés concerts de los 70, fue desterrada a Montevideo en 1805 por  llevar una “vida escandalosa” y cultivar “amistades pecaminosas”. A su colega Anita Rodríguez Campomanes le dijeron públicamente que estaba “condenada al mayor descrédito público por su punible y detestable profesión”.

En 1803, Petronila Serrano, que provenía de una familia rica venida a menos, sólo consiguió la autorización de su padre para trabajar en el teatro, ese sitio “pecaminoso” “donde sólo milagrosamente puede conservarse la virtud y la inocencia”, a cambio de firmar un contrato que le reportaba un salario, casa y una esclava. 4

En aquel contexto tan moralista e intolerante para algunas cosas, y tan laxo y tolerante para otras como el contrabando y la corrupción, nadie debía siquiera intentar aprovechar el espectáculo para otros menesteres como vincularse con las damas. Para evitar el trastorno, ahí estaba el reglamento emitido por Vértiz y reforzado por Sobremonte que obligaba a la separación de los sexos en los palcos y en los camarines. Se prohibía la venta ambulante y la entrada de niños de pecho para evitar molestias a los espectadores. Se aclaraba especialmente que no estaba permitido a los hombres pararse en las zonas de acceso de las espectadoras pare evitar “verlas subir o bajar” y para preservar la moral se había puesto un tabique que impedía ver los pies de las actrices. Para guardar las formas también se prohibía gritarles a los actores durante la representación –cosa que no se cumplía demasiado- y “el decir voces impropias”. Funcionó también una comisión de censura que durante algún tiempo estuvo a cargo de don Domingo Belgrano, el padre de uno de los más notables defensores de la libertad de pensamiento en estas tierras.

La cazuela estaba por encima de los palcos y era más popular pero algunas mujeres distinguidas optaban por la cazuela cuando no querían ponerse de punta en blanco ni lucir todas sus joyas. Era un lugar ideal para chusmear sin ser tan vistas y eso también era un aliciente para alternar cazuela y palco.

Comenzaba una larga y rica historia, la del notable teatro argentino, una marca indeleble de identidad cultural que abarca gran parte de país y que tiene en Buenos Aires un destacado centro de producción que ostenta con orgullo su récord mundial de tener en temporada unas 400 obras en cartel entre teatros oficiales, cooperativos, privados, a la gorra, siempre a pulmón y corazón.

Día del teatro nacional

Se instituye el "Día del teatro nacional"  en conmemoración a la inauguración del Teatro de la Ranchería el 30 de noviembre de 1783, El primer teatro de Buenos Aires se construyó en tiempos del Virrey Vértiz en la esquina de San Carlos y San José, (hoy Perú y Alsina). La también llamada "Casa de comedias" se incendió el 16 de agosto de 1792. Su techo de paja entró en combustión al recibir un artefacto con el que celebraban en una iglesia vecina.Referencias:

1 Una vara equivale a 84 centímetros.

2 Beatriz Seibel, Historia del Teatro Argentino, desde los rituales hasta 1930, Buenos Aires, Corregidor, 2002.

3 “Sobre la necesidad que hay en Buenos Aires de un teatro de comedias” en “El Telégrafo Mercantil”, Buenos Aires, 19 de diciembre de 1801.

4 Beatríz Seidel, op. cit.

sábado, 29 de noviembre de 2014

46xx.Variaciones Hamlet

 

29 de Noviembre de 2014 
 

Por IRENE BIANCHI

“46xx Variaciones Hamlet”: últimas funciones de una particular versión de la obra de William Shakespeare, con el sello innovador y experimental de Gustavo “Tati” Vallejos, en la que las cocineras y maitres de Palacio, comentan las vicisitudes e intrigas de la realeza, los poderosos de arriba. Graciela Martínez Christian, Ana María Haramboure, Nora Oneto, Cora Ceppi, María Laura Belmonte, Ricardo “Mono” Ibarlín y Pablo De La Fuente, componen el elenco de esta travesura shakespiriana, musicalizada por Daniel Gismondi, bellamente enmarcada y vestida por Eugenia Kublic. Hoy a las 21 y mañana a las 20 en la Sala Armando Discépolo, 12 entre 62 y 63.

Fuente: EL DIA

viernes, 28 de noviembre de 2014

“Tosca” baja el telón en el Argentino

 

La ópera de Puccini tendrá este fin de semana sus últimas funciones en la Sala Alberto Ginastera

28 de Noviembre de 2014 
“TOSCA”, EN VERSIÓN DE VALERIA AMBROSIO/Teatro Argentino

Tras un exitoso debut, la moderna versión de “Tosca” presentada por Valeria Ambrosio en el Teatro Argentino tendrá este fin de semana sus últimas funciones en la Sala Alberto Ginastera. Con esta ópera de Puccini, que tendrá funciones a hoy y mañana, a las 20.30, y el domingo a las 18.30, bajará el telón de la temporada lírica 2014.

Con libreto de Victorien Sardou, Luigi Illica y Giuseppe Giacosa, y música a cargo de la Orquesta Estable bajo la dirección de Carlos Vieu, esta “Tosca” busca crear nuevos públicos y acercar la lírica y las expresiones artísticas más variadas a diferentes públicos, con la inclusión de 4 pantallas LED gigantes de 8 x 10 que ambientan de modo particular a este clásico mundial.

Junto a “Madama Butterfly” y “La Bohème”, “Tosca” es una de sus creaciones más logradas y populares. Se cuenta entre las más representadas en los teatros líricos del mundo y también entre las que registra mayor cantidad de grabaciones a lo largo de la historia del género.

El reparto está constituido por Patricia Gutiérrez (29) y Amparo Navarro (28 y 30) como Floria Tosca, Juan Carlos Vassallo (29) y José Azócar (28 y 30) como Mario Cavaradossi, Luis Gaeta (29) y Hernán Iturralde (28 y 30) como el barón Scarpia, Sebastián Sorarrain (29) y Fernando Santiago (28 y 30) como el sacristán, Oreste Chlopecki (29) y Víctor Castells (28 y 30) como César Angelotti, Santiago Bürgi (28 y 30) y Carlos Iaquinta (29) como Spoletta, Felipe Carelli (29) y Fernando Nuñez (28 y 30) como Sciarrone, Leonardo Palma (29) y Oreste Chlopecki (28 y 30) como carcelero y Ana Laura Menéndez (29) y Sonia Stelman (28 y 30) como un pastor.

Fuente: EL DIA

jueves, 27 de noviembre de 2014

La mujer, según Giacomo Puccini

 

27 de noviembre de 2014
Momento de la representación de 'Tosca' de Puccini'/Teatro Argentino

LA NACION
Pola Suárez Urtubey

La casualidad, esa combinación de circunstancias que no se pueden prevenir ni evitar, ha provocado (afortunadamente para nuestra avidez) que en el curso de pocos días los espectadores de la ópera hayamos podido acercarnos a Tosca (desde el domingo último) en el Teatro Argentino de La Plata, y dos días después, a Madama Butterfly, con la que termina el Teatro Colón su temporada de ópera de este 2014. Las dos siguen en cartel en estos días.

Tosca y Butterfly ocupan el quinto y sexto lugar en la producción de Giacomo Puccini, que en su totalidad abarca doce títulos. Una transcurre en Italia (Roma) y la otra en Nagasaki, Japón. Sus protagonistas son dos mujeres, dos caracteres femeninos que arden bajo la pasión del amor. Se ha advertido que las heroínas puccinianas son fuertes o débiles, aunque esa fortaleza o debilidad las conduce a quemarse siempre en la pasión amorosa. En el fondo, la fortaleza femenina es el sello de la producción pucciniana.

Este casual encuentro de dos óperas del mismo autor nos muestra justamente ambos matices. Floria Tosca encarna a la protagonista firme, sólida y de espíritu indomable. Avasallante y segura en su fiereza. En cambio Cio-Cio-San (Madama Butterfly) muestra la otra faz de la femineidad pucciniana. Al comienzo de la obra es imprudente, precipitada, inmadura. Preparada desde su infancia de huérfana para una vida de geisha, que no desea, se lanza en brazos del primero que la seduce. Infiel a su familia, a su país, a su religión, Butterfly, reflejo, en principio, de la debilidad en el teatro pucciniano, crece luego bruscamente. Hacia el final de su obra creadora, Puccini crea un caso semejante, el de Liú en Turandot. También con ella, la fragilidad es aparente. En el momento de las grandes definiciones no la detiene nada.

* * *

Confieso que me resultó emocionante encontrarme, con diferencia de 48 horas (del domingo al martes pasados) con dos de los más extraordinarios personajes femeninos puccinianos. A veces puede ocurrir que las versiones no respondan estrictamente a nuestra concepción de la protagonista. Pero nuestra imaginación completa lo que a nuestro juicio (individualísimo) falta o sobra. Recordemos que Tosca es el vértigo. Es la pasión, el emblema de los celos. Desde el comienzo mismo parece condenada a lanzarse al vacío como lo hará en aquella madrugada del parapeto de Castel Sant'Angelo. Habituada, como cantante de ópera, al arrojo y a las explosiones escénicas, nada la arredra y si es preciso defender su honra, asesina a Scarpia, uno de los pocos personajes masculinos puccinianos de real envergadura teatral.

Por su parte el suicidio de Cio-Cio-San es la sanción que ella misma se inflige y el reencuentro, a través del rito de la autoaniquilación, con sus milenarios ancestros culturales. Espléndida experiencia verlas casi al mismo tiempo.

Fuente: LA NACION

Más allá de la escena

 

GUSTAVO VALLEJOS

Actor, director, “dramaturgista” e investigador en antropología teatral platense, “Tati” le rinde homenaje a las mujeres y a las actrices veteranas de la Ciudad con “46xx. Variaciones Hamlet”, el título con el que la Comedia de la Provincia baja el telón de su temporada

27 de Noviembre de 2014 
Foto archivo 2011

Surgido de la última camada independiente importante entre las décadas del 70 y 80, Gustavo Vallejos tiene 58 años y 37 de trayectoria dentro del universo teatral. Actor, docente, director, “dramaturgista” e investigador en antropología teatral platense, “Tati” asegura que los grupos ya no existen y se inclina más por la cooperativa, una figura que apunta a crecer hacia el horizonte, sin líder a quién seguir, amparado en la absoluta libertad.

Convocado por la Comedia de la Provincia de Buenos Aires estrenó “46 xx. Variaciones Hamlet”, la obra escrita y dirigida por él, basada en el clásico de William Shakespeare, y que tendrá sus últimas funciones mañana y el sábado a las 21, y el domingo a las 20 en la Sala Armando Discépolo, 12 entre 62 y 63.

Protagonizada por María Laura Belmonte, Cora Ceppi, Graciela Martínez Christian, Ana María Haramboure y María Oneto, además de las notables actuaciones de Ricardo Mono Ibarlín y Pablo de la Fuente, la propuesta de Vallejos se presenta como un homenaje a las mujeres, a las actrices veteranas que nutren su elenco y a los emergentes, esas personas que desde abajo gritan por hacerse escuchar, en apariencia invisibles pero tan necesarias para hacer la vida andar.

En diálogo con EL DIA, Tati Vallejos se refirió a su propuesta, a su forma de hacer y ver el teatro y a los planes futuros con este elenco con el que, asegura, volverá a trabajar.

-¿Qué es 46xx. Variaciones Hamlet?

- 46 xx es el cromosoma femenino y me pareció que estaba bueno, por un lado, hacerle un homenaje a las mujeres y, por el otro, también a las actrices más viejas de La Plata, que son con las que trabajo. Esta variación del clásico shakespereano marca un quiebre en la producción de la Comedia de la Provincia con la producción de un lugar diferente que no es de investigación sino de experimentación, un espacio para el que se necesitan muchos más tiempos, porque los convencionales no alcanzan.

“Todo lo que pasa es atípico, desde la entrada del público a la sala, hasta lo que sucede en el escenario. Ni mejor, ni peor, sino fuera de lo común...”

-¿Cuánto tiempo llevó el proceso?

- Justo un parto, nueve meses, un trabajo muy importante que, además, hay que aclarar que se hizo con la buena voluntad de todos, empezando por Eduardo Scarsella, el director artístico de la Comedia, pero también de los actores y yo mismo. Y digo la buena voluntad porque trabajamos muy particularmente, con encuentros de cinco horas tres veces a la semana. Antes de encarar el proyecto yo expliqué cómo iba a ser el trabajo, para que evaluáramos una cosa que en otros términos era bastante complejo de hacer, pero como es gente de mucho laburo y con ganas de seguir trabajando, entusiasta, se pudo concretar sin dificultades.

-¿Cuál es la variación que proponés?

- Es una mirada de Hamlet absolutamente diversa porque esto lo cuentan las cocineras del palacio. A veces se usa la palabra aggiornar y no me parece bien porque los cambios son cambios, no se aggiornan. A veces son excelentes y otras veces son transiciones espantosas. A mí me pareció que era interesante, más allá de homenajear a las mujeres, hablar de los que estamos siempre abajo, como metáfora. A tal punto que el público se va fascinado, pero no en el sentido ególatra de los que hacen teatro, sino que llegan a un lugar en donde creen que van a ver una obra ortodoxa, pero ya se sorprenden de entrada, porque rompemos todos los espacios.

-¿Cómo es la puesta?

-Todo lo que pasa es atípico, desde la entrada del público a la sala hasta lo que sucede en el escenario. Ni mejor, ni peor, sino fuera de lo común. El lenguaje me llevó mucho tiempo armarlo porque lo trabajé basado en una tarea que acá en Argentina no se utiliza mucho y que es la de dramaturgista, diferente del dramaturgo. El dramaturgista es el que generalmente toma un texto que ya existe y lo rehace según diferentes perspectivas como los tiempos, que fue esta propuesta, o su manera de ver esa situación, entre otras posibilidades. Es una tarea que a mí me encanta hacer, de ponerle los ojos del hombre -hombre en el sentido antropológico- de estos tiempos.

-¿Creés que los clásicos son una fuente inagotable?

-Estoy totalmente convencido de eso porque los clásicos, en realidad, persiguen al hombre, es decir, a medida que van pasando los años, y los tiempos, y los siglos, no pierden vigencia, tocan puntos que son inherentes al hombre. El ser humano siempre está rodeado de pasiones, emociones, y es poco ecuánime, generalmente. Y Shakespeare, además, tiene una cosa que no se encuentra en otros grandes autores y que es la permanente acción activa del hoy. Eso es maravilloso. Shakespeare es muy popular, aunque crean que no y aunque lo hayan hecho sacralizar en situaciones estéticas, sobre todo, pero era re contra popular. Y nosotros tomamos esa faceta.

-¿Cómo fue el proceso creativo?

-Es un laburo que vengo haciendo desde hace cuatro años, es medio como el cine, lleva mucho tiempo, tenés que estudiar mucho pero es algo que me encanta, por eso no me cuesta. Lo hacía con mucho placer, algunas cosas probaba en casa solo con Pampa (González, su compañera de vida y profesión) e iba modificando un poco el texto. Pero yo sabía que en algún momento cuando se hiciese iba a ocurrir una explosión. Este proyecto tuvo dos intentonas pero no se dio. Y ahora, cuando Eduardo me llamó para dirigir algo, le dije que no quería hacer otra cosa más que esta.

-Y surgió solo…

-Sí, creo que antes no era su momento. Y después el texto se parió a sí mismo. Yo trabajé los primeros cuatro meses con las mujeres solas, y los varones se integraron después, a sabiendas de que iba a ser así. Todas ellas, menos María Laura, no habían trabajado nunca conmigo, y fue complejo al principio porque yo tengo ese método del fútbol que no es para nada convencional.

-¿Cómo es el método del fútbol?

-Es un método que tiene que ver con mis investigaciones sobre antropología teatral. Y cuando me separo de mis dos grandes maestros, Renzo Casali y Eduardo Barba, empiezo a trabajar con mi experiencia y necesito bucear en lo que más creía yo. Entonces, como soy futbolero, pensaba cómo puede ser que un futbolista malo rinda y a un actor que dicen que es malo no le den una oportunidad. Entonces de ahí surgió este método que es muy simple: Reconocer que el cuerpo del actor se ubica en lo que es el teatro, que es el espacio, porque hay mucha gente, todavía hoy, que cree que el teatro es la obra escrita, la representación de los actores -espantosa palabra-, y el público en un lado determinado y ya.

-Una convención...

- Claro. Y nosotros consideramos que debe salirse de la convención para generar una fiesta, celebrar la vida, un hecho concreto, que es lo que pasa con la gente en “46 xx...”. Entonces les conté a las señoras de qué se trataba y que era un acto de fe, porque si no lo consideraban así mejor no hacerlo, y fue muy cómico, simpático y dolido de a ratos porque todas se quebraron. Yo, por supuesto, más allá del trabajo, voy anotando cosas que me sirven para mi investigación. Si bien no son ancianas, son cuerpos de mujeres mayores, lo que significa que vienen de una escuela estática. Al tomar un sentido propio el cuerpo, es decir, como un instrumento por fuera y por dentro, hay que empezar a trabajar para que ese cuerpo se vitalice y se mueva en el espacio con tranquilidad. Los primeros tiempos ellas esperaban que yo diga cosas y yo no les decía nada, solo les mostraba dibujitos, y les decía “este espacio es tuyo, hacé lo que quieras”.

-Libertad total.

-Absolutamente. Una vez, en un receso, una de las actrices, con mucha ternura, se me acerca y me dice “Tati, no nos des tanta libertad, no estamos acostumbradas”. Y yo paré el ensayo, nos reunimos, tomamos mate, y les dije que no podía ser que ninguneemos a la libertad. El arte es un acto de libertad, no digo que lo que me dicen está mal, pero no debería ser así, nunca es tarde para aprenderlo. La verdad es que fue un día muy bueno porque cambió el laburo, no en su forma sino en su contenido. “Para estar en equilibrio con el entorno es indispensable poder estar en paz con uno mismo, regalarse un tiempo para poder encontrarse con su yo interior...”

-O sea que fue una experiencia muy enriquecedora…

-Sí, totalmente, para todos. De hecho, con las viejas tenemos la ilusión de generar una cooperativa teatral. Yo vengo de los grupos independientes, de la última camada importante, entre el 70 y el 80, yo me formé así. Y ya hace rato que vengo sintiendo que hay una transición en el arte del teatro. Cuando el otro día charlábamos la posibilidad de seguir trabajando juntos, una dijo “¡Qué lindo, volver a ser grupo!” y a mí me hizo ruido. No entendía qué era lo que me había molestado hasta que me di cuenta que los grupos ya no existen. Me parece que cooperarnos a nosotros mismos es mucho más interesante que agruparnos. Un grupo, sin querer, necesita un líder, y yo no quiero ser más líder de nadie ni nada, porque lo fui durante 18 años. Creo que la vida, y no sólo dentro del teatro, se trata de horizontalizar.

Director durante casi dos décadas de la compañía “Devenir”, Gustavo Vallejos asegura que para estar en equilibrio con el entorno es indispensable poder estar en paz con uno mismo, regalarse un tiempo para poder encontrarse con su yo interior. Y para lograrlo, y aplicarlo en todos los órdenes de su vida, más allá de la escena, tiene una fórmula sencilla y exitosa: “Durante una hora un minuto, durante un día una hora, durante una semana un día, y durante un mes, una semana” . ¿La probamos?

Fuente: EL DIA

martes, 25 de noviembre de 2014

“MIKA”: teatro contra la trata de mujeres

 

25 de Noviembre de 2014 
UNA ESCENA DE “MIKA”

Desde las 19.30 en el Teatro Luz y Fuerza, sito en 3 entre 41 y 42, vuelve a la ciudad la obra teatral “MIKA”, que se presentará hoy para conmemorar el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres y las Niñas.

“MIKA” es una producción de la Dirección de Cultura del Senado de la Provincia de Buenos Aires, creada y dirigida por Jimena Duca, protagonizada por Sofía Boué, Micaela Suarez, Malena Sandy Hernández, Agustín Tellechea, Gabriel Schapiro y Eduardo Spínola, e inspirada en la lucha de Susana Trimarco, madre de Marita Verón y creadora de la Fundación María de los Angeles.

HISTORIAS REALES

Su hija Marita fue secuestrada y desaparecida el 3 de abril de 2002 por una red de trata para la explotación sexual. Su hija Micaela da nombre a la obra: “MIKA” narra la lucha incansable de Trimarco por encontrar a su hija y la forma en que ella se paró frente a la adversidad generando desde sus acciones individuales cambios radicales en leyes, protocolos de asistencia y de búsqueda.

En ese contexto, y acorde al subtítulo de la obra, “Historias reales de trata y violencia de género”, la obra de Duca repasa varias historias reales que Trimarco conoció e hizo conocer a través de sus arriesgadas investigaciones. “MIKA”, como proyecto del Estado, tiene como objetivo convertirse en un disparador para la concientización, el debate y la exploración de posibles soluciones sobre esta epidemia de nuestros días.

Por eso mismo, la obra se presenta gratis y se ha interpretado frente a diversos actores de la sociedad, hacer llegar el mensaje a un público lo más amplio posible.

Estrenada en noviembre de 2012 en el Anexo del Senado Bonaerense, “MIKA” viene recorriendo desde entonces toda la Provincia de Buenos Aires y algunos otros puntos del país.

DE GIRA

El 3 de abril de este año la obra fue presentada en la capital tucumana, invitada por la Fundación María de los Ángeles, en el marco de la conmemoración de los 12 años de la desaparición de Marita.

En su extensa gira por la provincia de Buenos Aires la obra fue presentada para estudiantes (en octubre se presentó en el Colegio Esquiú de City Bell), trabajadores del poder judicial, médicos, organizaciones sociales, fuerzas de seguridad y público en general y en sitios tan dispares como teatros, escuelas, hospitales, playas, plazas, centros culturales, entre otros espacios.

“MIKA”, incluso llegó a estrenarse en la Sede de Naciones Unidas en 2008, como parte de la Campaña “Unidos para terminar con la violencia contra las mujeres”, impulsada por el Secretario General de la ONU, Ban ki-Moon, en lo que significó el estreno mundial de la obra de Jimena Duca.

Fuente: EL DIA

Exaltación del melodrama

 

TOSCA

25 de Noviembre de 2014 
Por Pedro Garay
'Tosca' de Puccini/Teatro Argentino

Opera de Giacomo Puccini. Primera representación: Teatro Costanzi de Roma, 14 de enero de 1900. Elenco: Amparo Navarro: Floria Tosca; José Azócar: Mario Cavaradossi; Hernán Iturralde: Barón Scarpia; Víctor Castells: Cesare Angelotti; Santiago Burgi: Spoletta; Fernando Santiago: sacristán; Fernando Alvar Núñez: Sciarrone; Oreste Chlopecki: carcelero; Sonia Stelman: pastor. Orquesta y Coro Estables del Teatro Argentino. Director de Orquesta Carlos Vieu. Director de Coro: Hernán Sánchez Arteaga. Director del Coro de Niños: Mónica Dagorret. Dirección escénica: Valeria Ambrosio. Diseño escenográfico: Ana Repetto. Diseño y contenido multimedial: Maximiliano Vecco. Teatro Argentino. Noviembre, 2014.

Pasión, celos, intrigas y muerte: “Tosca”, la ópera de Giacomo Puccini que se representó el domingo en el Teatro Argentino, mostró bajo la novedosa puesta en escena de Valeria Ambrosio, en su debut como regista de ópera, todo su potencial melodramático. La apuesta de la directora artística del Teatro fue recibida, al finalizar la obra, con una ovación de pie en reconocimiento a un trabajo al sentimiento exhudado en esta “Tosca” respetuosa, tradicional en cuanto a la ubicación de la obra, pero aggiornada por el uso de tres enormes pantallas LED que operaron a la vez de escenografía y escenario de los sentimientos de Floria Tosca, Mario Cavaradossi y el malvado Scarpia.

A cargo de Maximiliano Vecco, el contenido multimedial, centro de la puesta en escena, duplicó y amplificó los operáticos sentimientos de ira, amor y tristeza que atraviesan esta ópera en tres actos, narración del trágico destino de dos amantes celosos y celados; pero brilló particularmente cuando las imágenes de las pantallas se alejaron de la literalidad, volviéndose abstractas pero igual de poderosas. Por caso, el momento casi cinematográfico en el segundo acto en que Cavaradossi es llevado hacia la tortura, en el cual las tres pantallas se encendieron y apagaron simultánea y epilépticamente mientras, en “cámara lenta”, el actor se dirigía hacia el inexorable principio del fin, continuó transitando la hipérbole operática, el placer catárquico del melodrama, pero sorprendió con un recurso casi vanguardista para la ópera.

Una novedad en la puesta que tuvo que ver en alguna medida con la ajustada coyuntura económica que vive el Teatro, pero más aún con una institución que intenta un nuevo rumbo, más popular, en sus propuestas artísticas. “Quisimos meternos en el interior de los personajes y ayudar al espectador a empatizar más con la emoción”, explicaba antes de su estreno Ambrosio a EL DIA.

El plan de la regista pasó por enfatizar las pasiones a flor de piel de esta ópera de Puccini a través del uso de las pantallas, pero también a partir de subrayar lo teatral de la obra. Ambrosio trabajó este aspecto actoral con los intérpretes, buscando y consiguiendo que las miradas de la Tosca de Amparo Navarro, el Cavaradossi de José Azócar y el Scarpia de Hernán Iturralde se busquen y se pierdan, perforen, lastimen, sangren, en el peligroso juego de la pasión. Y en este sentido lució particularmente Iturralde: cómodo en su interpretación musical, impactante en el cierre del primer acto, su Scarpia se volvió juguetón en su elegante maldad.

Y la propuesta de la regista debutante no fue dicotómica: como Scarpia, también dieron lugar a lo actoral Navarro y Azócar, y lucieron igual en la parte técnica vocal, ganándose el trío una atronadora ovación en el cierre. Y el aplauso eufórico fue también para el Coro de Niños a cargo de Mónica Dagorret, el Coro Estable de Hernán Sánchez Arteaga, y la dirección del Maestro Carlos Vieu, que brindó junto a su orquesta una impecable presentación.

El público había recibido, más allá de algunos detalles técnicos menores, de muy buena gana las sorpresas propuestas por Ambrosio para esta “Tosca” recargada de excruciante pasión. Ahora, podrá volverla a ver desde el jueves 27 al domingo 30, la función que marcará el cierre de la temporada de ópera en el Teatro Argentino.

Fuente: EL DIA

sábado, 22 de noviembre de 2014

“Ostinato”

 

22 de Noviembre de 2014 
 
Teatro Estudio

Por Irene Bianchi

Dos seres solitarios y un encuentro fortuito. Citados por el destino en una esquina cualquiera de la gran ciudad, un hombre y una mujer se sostienen y rescatan mutuamente, mitigando sus respectivas penas. Hay humor, ternura y mucha humanidad en esta pieza de Febe Chaves, que vuelve a escena tras muchos años, protagonizada por los mismos actores: Alejandra Bignasco y Diego Aroza, con música de Daniel Reinoso y dirección de la autora. Hoy y mañana a las 22 hs en Teatro Estudio, calle 3 Nº 386, entre 39 y 40.

Fuente: EL DIA

viernes, 21 de noviembre de 2014

Una “Tosca”, entre la tradición y la renovación

 

21 de Noviembre de 2014 

“Tosca” llega a la Ciudad. El domingo 23 a las 18.30, en la Sala Alberto Ginastera del Teatro Argentino se presentará el clásico de Puccini con dirección musical del maestro Carlos Vieu y una novedosa puesta a cargo de Valeria Ambrosio, la directora artística del Teatro que, respetando el libro, preparó una actualización a partir del uso de 4 pantallas LED que servirán para ambientar el clásico y enfatizar lo teatral, los sentimientos.

“Tosca es una de las óperas más teatrales y que ofrece más posibilidades de jugar con lo actoral. Con esta obra asumimos el desafío de tratar de acercar al Teatro más gente de la que usualmente concurre a los espectáculos líricos, sabiendo que no se trata de cambiar el repertorio sino de abordarlo de una manera que implique levantar más puentes hacia el espectador no habituado”, explicó Ambrosio.

Esta nueva apuesta del Teatro Argentino, que busca crear nuevos públicos y acercar la lírica y las expresiones artísticas más variadas al público, tendrá nuevas funciones el jueves 27, viernes 28 y sábado 29, a las 20.30, y el domingo 30, a las 18.30.

Fuente: EL DIA

La trilogía de intervenciones llega a su fin

 

21 de Noviembre de 2014 

Nelson Mallach y el grupo AGITE (Agrupación de Intervención Teatral) estarán a cargo de completar, este domingo desde las 20.30 en el Conservatorio Gilardo Gilardi con “El arte de la fuga / Los nombres”, la trilogía de intervenciones teatrales que incluyó a “El espacio indecible / Traducciones”, en la casa Curutchet, y a “Ecce Homo / Construcción Almafuerte”, en el Museo Almafuerte.

El grupo busca realizar planteos dramáticos en espacios públicos cruzando el lenguaje teatral con los distintos lenguajes que propone cada edificio: en este caso, el contacto semántico, realizado a partir del término “fuga”, será con la música.

Fuente: EL DIA

jueves, 20 de noviembre de 2014

“EL FRUTO”: Dando vueltas a la noria de las penas


por Irene Bianchi

“El Fruto”, de Patricia Suárez. Elenco: Julieta Mora, Leticia Ramos, Florencia Zubieta, Karina Yalungo. Diseño de vestuario: Analía Seghezza. Realización de vestuario: María Giovanna. Diseño de maquillaje y peinado: Flor Gangoiti. Edición de sonido: Vacho Gamboa García. Audiovisuales: Brazo Amado Cine. Diseño de programa: Laura Magliaro. Asistente de dirección y musicalización: Viviana García. Dirección general: Rafael Garzanitti. Espacio 44, Avda. 44 Nº496, entre 4 y 5.

Este melodrama de Patricia Suárez se sitúa en un pueblo de provincia en los años ’40. Las protagonistas son cuatro mujeres: “Petrona” (Ramos), la dueña de casa, mujer autoritaria, modista de profesión, y comadrona a pedido. Su hija “Rita” (Zubieta), jovencita soñadora e ingenua, sojuzgada bajo el yugo de su madre. “Felisa” (Yalungo), hermana y también víctima de Petrona, “rara avis” en ese ambiente pacato y pueblerino. Y “Bertina” (Mora), atractiva jovencita que sueña con huir y triunfar como actriz en la gran ciudad.

Son cuatro mujeres frustradas, confinadas, opacadas, dolientes, que seguramente habrían querido tener otras vidas, otros destinos. Han amado y aman, pero esos amores no han sido plenamente retribuidos. Todo gira en torno al hombre, el gran protagonista ausente en esta historia de celos, traiciones, engaños, simulaciones, mentiras y resignación.

Y “el fruto” al que hace referencia el título de la obra, es un fruto no querido. No es “el bendito fruto de tu vientre”, sino el maldito fruto que le impide a Bertina convertirse en una estrella y escapar de esa vida chata, gris y polvorienta. Un fruto no buscado, no deseado, que le impide levantar vuelo.

Petrona es el símbolo de esas mujeres de campo aguerridas, curtidas, versátiles, que le hacían frente a las tareas más arduas sin mosquear. Su lenguaje coloquial la enmarca en una época. Tiene algo del despotismo de “Bernarda Alba” esta mujer dura, mandona, que decide los destinos de las otras y manipula su entorno a su antojo, aun cuando ella también sea una víctima de mandatos ancestrales.

Las actrices construyen personajes creíbles, medulares, ricos en matices y transiciones. Las cuatro se lucen por igual. Tanto el vestuario, como el maquillaje y los peinados, constituyen valiosos aportes que enriquecen la caracterización. La musicalización, con milongas de la época, suma e ilustra. También la ambientación y los elementos que manipulan. No es casual que el vestido de novia en el maniquí presida la escena. Tal vez lo use Bertina en su “mariage forcé”. ¿Es acaso el que Rita habría querido ponerse si “el yugoslavo” hubiera correspondido a su amor? ¿O el que las hermanas habrían compartido (como compartieron tantas cosas que no conviene develar aquí)?

La puesta de Garzanitti es precisa. La escena del frustrado aborto es de muy fuerte impacto visual. Su marcación actoral da como resultado cuatro desempeños nítidos y contrastantes.

 “El fruto”: cuatro almas en pena.

Fuente: https://irenebianchi.com.ar/

miércoles, 19 de noviembre de 2014

Una “Tosca” diferente en el Argentino

 

VALERIA AMBROSIO, DIRECTORA ARTÍSTICA DEL TEATRO ARGENTINO, TENDRÁ A SU CARGO LA DIRECCIÓN ESCÉNICA DE “TOSCA”, LA ÓPERA DE PUCCINI CON LA QUE CIERRA LA TEMPORADA LÍRICA

Con el debut de la directora artística del teatro, Valeria Ambrosio, como regista, la famosa ópera de Puccini sube a escena en la Sala Ginastera, en una versión novedosa que, sin modificar el espacio temporal original, incluirá pantallas LED en su diseño escenográfico

19 de Noviembre de 2014 

Las últimas producciones del Teatro Argentino han abierto el juego a un concepto novedoso que tiene que ver con el objetivo al que apunta la nueva dirección artística: ofrecer alternativas para todos los públicos. En este sentido, y tras algunas experiencias exitosas como una reciente gala de ballet en la que el cuerpo de baile se movió al ritmo de una orquesta de rock en vivo, ahora llegó el turno de “Tosca”, la ópera de Puccini con la que se cierra la temporada lírica y que marca el debut de Valeria Ambrosio como regista de ópera tras una vasta trayectoria en el mundo de la comedia musical.

Con música de Giacomo Puccini y libreto de Victorien Sardou, Luigi Illica y Giuseppe Giacosa (basado en la obra teatral homónima del primero), que será ejecutada por la Orquesta Estable a cargo del maestro Carlos Vieu, la gran historia de amor, pasión y traición que imaginó Puccini se estrenará este domingo a las 18.30 y tendrá nuevas funciones el jueves 27, viernes 28 y sábado 29, a las 20.30, y el domingo 30, a las 18.30.

En diálogo con EL DIA, Valeria Ambrosio, quien desde septiembre se hace cargo de la dirección artística del primer coliseo bonaerense, se refirió a cómo vive este estreno en la lírica, el concepto en el que basó su puesta, las expectativas generadas en torno a su debut y el cambio de perfil al que apunta el teatro.

-Debutás con “Tosca”, ¿Cómo estás atravesando este desafío?

-Intensamente, sobre todo porque se trata de aplicar la energía para las dos tareas, no sólo la dirección del teatro sino también la dirección de la ópera. La dirección de la ópera es lo que me recarga de energía para lo otro porque es lo mío. Y “Tosca”, justamente, es de las óperas mas teatrales y te da mucha posibilidad para jugar lo actoral.

-¿Cómo surgió la propuesta?

-Fue una autoconvocatoria, sobre todo teniendo en cuenta que era necesario ayudarnos en esta instancia económica que estamos atravesando, porque lo hago sin cobrar el honorario del director. Al resignar ese dinero, pudimos ir reciclando vestuarios existentes, escenografía. De esa manera quedaba como “más en casa”, no tenía que enfrentar la instancia de hablar con un regisseur y explicarle y coartarlo en su creatividad. Al estar adentro y conocer la situación desde el interior me parecía mas útil y, de paso, me interesaba también la experiencia, que no me es ajena, porque no me siento que me falten herramientas para llevar a cabo esta misión.

-¿Utilizaste algún recurso de la comedia musical para llevar a cabo tu puesta?

-Ninguno. A lo mejor en lo visual intenté acercarme a un lenguaje más moderno, y entre comillas, porque de hecho no hay una modernidad de concepto. Es más, me quedo en el 1800, en esa Roma, en esa época y respetando absolutamente la idea del libro original.

-¿Se respetan los tres actos?

-Se respetan los tres actos, se respeta la temporalidad, la cronología. No me metía en extrapolar la historia sino en ser fiel a lo que está escrito pero a lo mejor utilizando algunos recursos visuales un poquito más aggiornados, justamente, donde puede existir esta interface de mezcla de una visión de un teatro más popular.

-Esos recursos visuales tienen que ver con la inclusión de pantallas LED, ¿Cómo se aplican a la historia?

-Le encontré lógica siendo que Puccini era un interesado en los avances tecnológicos de su época y me pareció que era acorde utilizar esas herramientas para poner al servicio de un relato, y que las pantallas sean protagonistas. Indagar y ver qué podemos sacarle a un recurso que está muy a la mano y muy al servicio para sumarle a la propuesta general. Ahí es donde está la búsqueda y la novedad: meternos en el interior de los personajes y ayudar al espectador a empatizar más con la emoción, o con un pensamiento, una desesperación, una imaginación porque, en ese sentido, tenemos toda la libertad porque uno imagina atemporal, uno no imagina de época. Vos cuando soñás, soñás sin límites, entonces ahí nos podemos tomar libertades, y sobre todo en las arias, que son el momento de la emoción.

-¿Qué devolución tuviste de los artistas, acostumbrados a hacer una “Tosca” más convencional?

-Se súper interesaron y se entregaron con mucha generosidad, lo cual a mí me dio felicidad porque no hay nada peor que trabajar con alguien que no está siguiéndote en la propuesta. Y ellos, los cuatro, se tiraron a la pileta y me acompañaron con interés y con todo lo que tienen a disposición para dar.

-¿Cómo vivís la expectativa que hay alrededor de esta puesta?

-Con ansiedad, mucha ansiedad, sobre todo porque espero no decepcionar porque abordé el tema con mucho respeto y cuidado, entonces no debería suscitar nada más que alegría. Cuando las cosas se hacen desde un lugar de honestidad y sinceridad me parece que el resultado matemáticamente tendría que ser positivo.

-¿Creés que la ópera debería apuntar a ser cada vez más teatro cantado en vez de menos canto teatralizado?

-Sí, porque sino no justifico que haya tanto gasto en puestas, en vestuarios y luces cuando lo podrías hacer en forma de concierto. Para mí es más importante, más allá de la dificultad musical o de la dificultad técnico-vocal, la historia que estás contando. Entonces, lo que me interesa, es que se lleve más hacia el terreno teatral.

-¿Esta producción va a marcar un quiebre en el Argentino?

-Espero que sí porque no es sólo la puesta de “Tosca” sino la manera en que estamos tratando de trabajar en equipo en todas las producciones que se hagan. Ahí sí es donde puedo sentir que puede haber un punto de inflexión, en el hecho de sentir que el teatro le pertenece a todos, y que somos todos parte de algo y que todas las áreas tienen que estar laburando en colaboración. Y si estamos en una situación de bajo presupuesto eso no nos tiene que impedir nada, y tenemos que trabajar de una manera coherente, aprovechar lo que tenemos, porque en el mundo se están extinguiendo estos teatros, y que se siga sosteniendo, aún no en las mejores condiciones económicas, es casi un milagro.

-¿Te sorprendió la convocatoria que te hicieron para hacerte cargo de la dirección artística del teatro?

-Sí, claro, me sorprendió mucho. Fue algo que no estaba en mis planes, no era una ambición ni una meta personal. Pero la vida te pone siempre en circunstancias en las que te preguntás ¿qué quiere Dios de mí? ¿Por qué me pone en este lugar? Pero yo asumo eso y trato de entender. En principio siento que hasta el momento voy entendiendo, trato de dar lo mejor.

Fuente: EL DIA

La Noche de los Teatros fue una gran fiesta

 

Las salas locales se colmaron anoche de público ansioso de participar de la tercera edición de esta movida cultural, que se afianza como una tradición en la previa del aniversario de la Ciudad

19 de Noviembre de 2014 

Las amenazas de lluvia no impidieron que anoche se llevara a cabo en La Plata la tercera edición de La Noche de los Teatros, un evento que acaba de sortear con éxito su tercera edición, afianzándose como una tradición en la previa del aniversario de la Ciudad.

Desde temprano, las inmediaciones de las salas locales participantes -La Nonna, Sala 420, Espacio 44, Arte Vivo, El Bombín, La Lechuza, Saverio, Taller de Teatro de la UNLP, El Altillo del Sur y El Obrero- se fueron llenando de diferentes públicos ansiosos de participar de esta movida cultural que busca dar a conocer la cocina del teatro local, una usina en permanente producción artística.

Para Daniel Gismondi, miembro de la Asociación de Teatristas del Plata, el balance fue más que positivo y definió al clima con el que se vivió como “una verdadera fiesta” en la que el gran protagonista fue el teatro.

“Reventaron las dos funciones de público, quedó gente afuera, pero, a diferencia de las dos primeras ediciones, se llevó a cabo de una forma más organizada: la gente ya conoce cómo es el mecanismo y, al comprender que las salas en general no tienen capacidad para más de 60 personas, si llegaban y se encontraban con que no había más lugar, se iban en busca de otra sala”, aseguró Gismondi, sobre la experiencia que vivió en Espacio 44.

En La Nonna, por ejemplo, se hicieron presentes alrededor de 400 personas, quienes, en dos tandas, pudieron presenciar diez escenas teatrales y otros tantos cuadros de comedia musical, además de recorrer el histórico edificio y conocer detalles de sus 23 años de actividad teatral.

“Fue otra excelente experiencia, la gente cada vez se interesa más por conocer lo nuestro y agradece este tipo de propuestas desinteresadas”, explicó Leo Ringer, director del mítico espacio de 3 esquina 47

Fuente. EL DIA

martes, 18 de noviembre de 2014

Con las puertas abiertas de par en par, los teatros viven su gran noche

 

UNA RECORRIDA TEATRAL BAJO LA LUZ DE LA LUNA

Diez salas locales ofrecerán hoy, entre las 19 y las 24, una gran oferta de espectáculos, con entrada gratuita

18 de Noviembre de 2014 
“UNA MUJERCITA VESTIDA DE NEGRO”, DE SUSANA TALE

La tercera edición de La Noche de los Teatros se llevará a cabo hoy, entre las 19 y las 24, en la que 10 salas locales abrirán sus puertas de par en par para que la gente recorra y conozca las diferentes producciones teatrales que enriquecen la agenda cultural de la ciudad.

Con entrada gratuita, y hasta agotar la capidad de cada recinto, se trata de un evento anual organizado por grupos y salas teatrales nucleadas en Atepla (Asociación Teatristas del Plata) y que, en esta edición, incluirá espectáculos en La Nonna, Espacio 44, Sala 420, El Bombín, La Lechuza, Arte Vivo, Taller de Teatro de la UNLP, Saverio, Viejo almacén El Obrero, El Altillo del Sur y la colaboración de Teatro Estudio.

Según se informó, además de obras teatrales, la programación incluirá recorridos temáticos, charlas, conferencias, música y espectáculos representativos del quehacer cultural de la región.

LA PROGRAMACION

La Nonna, 3 esquina 47. A las 19, La Nonna y su gente - Charla- Museo. A las 19:30, La escuela de teatro se muestra. A las 20, Colación de grados. A las 20:30, Escenas de comedia musical.

La Lechuza, 58 entre 10 y 11. A las 19, “La valija desprolija”, de Mario Enrique, con dirección de Gabriela Suárez. A las 22, “Mateo”, del Grupo Dúo de Nos, con dirección de Esteban Matrángulo.

Arte vivo, 58 entre 4 y 5. A las 19, “Divanes I (Humor + Psicoanálisis)”, de y por Marcos Spanevello y Máximo Calabrese. A las 20:30, “ Divanes II (Humor + Psicoanálisis)”. A las 22, Maratón de Stand Up, con dirección de Alicia Diciacio.

Espacio 44, 44 entre 4 y 5. A las 20, “Una mujercita vestida de negro”, de y por Susana Tale. A las 22:30, “La (primera) cena”, de Roxana Aramburú, con dirección de Daniel Gismondi.

El Obrero, 13 esquina 71 .A las 21, “Corpus (¿Alguna vez te sentiste presa de tu cuerpo?)”, de Roxana Aramburú, con dirección de Germán Crivos.

El Bombín, 59 entre 12 y 13. A las 20, Basílico en vivo, con Fernando Basílico (voz y guitarra), Gastón Soldi (batería), Eduardo Gómez Bidondo (bajo), Gringui Herrera (guitarra), Leandro Chiappe (teclados) y Belisario Román (coros) . A las 23, “Los Muditis”, con dirección de Viviana Poltrone Chávez.

Sala 420, 42 entre 6 y 7. A las 19, “Arpegios”, de y por Rubén Monreal. A las 21, “Los idiotas de la Azotea”, a cargo de La Terraza Teatro, con dirección de Diego Biancotto.

Taller de Teatro de la UNLP, 10 entre 54 y 55. A las 21, “Rápido Nocturno. Aire Fox-Trot”, de Mauricio Kartín, con dirección de Martha González y Norberto Barrutti.

El Altillo, 1 casi esquina 67. A las 19, “Espectador o Jurado: Juicio al Futbol”, de y por César Palumbo. A las 21, “Waira”, con dramaturgia y actuación de Gustavo Leiva, con dirección de Oscar Bártoli. A las 21:30, “Desván”, de Patricia Suárez, con dirección de César Palumbo.

Saverio, 71 esquina 20. A las 19, “El Cuervo”, del Grupo Laboratorio 14/Fábrica de teatro, con dirección de Sebastián Sandoval. A las 19.30, “El Gatillo”, con dirección de Omar Sánchez. A las 22, “Abriendo Archivos” (fragmentos), de La Máquina Teatro, con dirección de Omar Sánchez. A las 23, “Pinta y punto in concert” (fragmentos), con Magalí Ventimiglia, Ana Alba y Manuela Quiroga.

Fuente: EL DIA

domingo, 16 de noviembre de 2014

La soprano Amparo Navarro te invita a ver TOSCA

 

Centro Provincial de las Artes

La nueva producción operística de nuestra #FábricaDeArte contará con dirección musical de Carlos Vieu y dirección de escena de Valeria Ambrosio.

Ópera TOSCA de Giacomo Puccini
NOVIEMBRE:
domingo 23 - 18.30 hs.
jueves 27 - 20.30 hs.
viernes 28 - 20.30 hs.
sábado 29 - 20.30 hs. 
domingo 30 - 18.30 hs.

El reparto estará constituido por Amparo Navarro (23, 28 y 30) y Patricia Gutiérrez (27 y 29) como Floria Tosca, José Azócar (23, 28 y 30) y Juan Carlos Vassallo (27 y 29) como Mario Cavaradossi, Hernán Iturralde (23, 28 y 30) y Luis Gaeta (27 y 29) como el barón Scarpia, Fernando Santiago (23, 28 y 30) y Sebastián Sorarrain (27 y 29) como el sacristán, Víctor Castells (23, 28 y 30) y Oreste Chlopecki (27 y 29) como César Angelotti, Santiago Bürgi (23, 27, 28 y 30) y Carlos Iaquinta (29) como Spoletta, Fernando Nuñez (23, 28 y 30) y Felipe Carelli (27 y 29) como Sciarrone, Oreste Chlopecki (23, 28 y 30) y Leonardo Palma (27 y 29) como carcelero y Sonia Stelman (23, 28 y 30) y Ana Laura Menéndez (27 y 29) como un pastor.

Fuente: EL DIA

Agenda Teatro La Plata

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