OFF, el suplemento de los teatros
Diagonales / 24.09.2011 | El escenario de Crisoles recibe todos los domingos al espectáculo de revista América 20Diez, que propone baile, humor y música en una misma obra
Varios frentes para cubrir, mucha tela para cortar. Mezclarse entre el elenco de la Revista América 20Diez implica estar atentos a todo lo que puede suceder alrededor. Bailarinas, cantantes y actores/humoristas conviven en el mismo espacio -amplísimo- antes de salir a escena y, si bien cada cual atiende su juego, también interactúan entre sí.
Desde antes de salir a las pistas (hace ya un año) este proyecto fue “ambicioso” (calificativo que desde un comienzo mencionaron los creadores de la pieza). En primer lugar, porque se manejaron “tiempos cortos” para el armado del espectáculo y porque el mismo implicó “gran cantidad de gente involucrada”. Pese a todo, este grupo de teatro independiente local apostó a lo “distinto” y consiguió -además de variedad- calidad.
¿Qué es América 20Diez La revista? “un viaje musical en el cual tocamos la temática América, con momentos de humor, de canto y de danza con chicos jóvenes con mucho talento”, precisó la directora Viviana Poltrone Chávez, una de las animadoras del show junto a Belisario Román. Aunque parezca acotada, la definición es acertada. Pero también hay que tener en cuenta el origen de todo y para retrotraernos a ese génesis estuvo el comentario del productor, Martín Harrand, que señaló que las cuatro cabezas del proyecto (él junto a Poltrone Chávez, Román y Estefanía Amoresano) empezaron tirando “torbellinos de ideas” hasta que surgió el tema definitivo: América. “Empezamos hablando de amor y como un juego de palabras surgió América, que es sangre caliente, pasión, fuerza y armamos el espectáculo en base a estilos musicales del continente”.
Tic tac
Imponer modelos cuesta, pero el que persevera triunfa -según el dicho popular- y en base al trabajo, el talento y el boca a boca, el espectáculo fue creciendo: “empezar fue difícil pero para nuestra sorpresa nos fue muy bien. A nivel artístico siempre estuvo todo bien pero lo que fue más despacito fue el tema del público. La gente no se acostumbraba o no entendía la propuesta al comienzo, pero ya este año arrancamos muy bien y no es muy usual que una producción independiente se mantenga otra temporada”, contó la coreógrafa Estefanía Amoresano, quien reconoció un par de modificaciones: “siempre fuimos un elenco muy grande y es difícil que eso se mantenga. Algunos integrantes se fueron, no pudieron seguir y nos fuimos acomodando, llegando hacia esto que queríamos llegar. Lo que sucedió fue que los que estamos desde el arranque estamos más afianzados y los que se incorporaron lo hicieron muy bien”. Las coreografías también se adaptaron a la nueva temporada: hubo prueba de “cosas nuevas” y, en base a la respuesta de la gente quedaban o no de esa manera, y lo mismo ocurrió con los cuadros de humor. En cuanto al formato, en este 2011 la revista se presentó al estilo “café concert”, una puesta más descontracturada y que le permite al público divertirse y, al mismo tiempo, “tomar o comer algo”.
Momentos culminantes
En Crisoles, el camarín en el cual se preparan los integrantes del espectáculo es cómodo y espacioso, por eso todos conviven allí antes de subirse a las tablas. En esa área -según lo indica el cartel pegado en un vidrio- está prohibido “fumar, ingerir alimentos y bebidas alcohólicas”.
Una hora antes del comienzo del show, los cantantes Antonela Pittaro y Nicolás González, prueban sonido y repasan los temas centrales. Al mismo tiempo, los asistentes acomodan el escenario (“Yo soy técnico, nada que ver, a mi no me saques”, le dice Pitu al fotógrafo) y las luces suben y bajan.
Las bailarinas acomodan su vestuario de acuerdo a los ritmos que se van sucediendo con el correr de la puesta, se pintan y peinan entre ellas.
–Lu, ¿te acordás bien lo de los giros del disco?, pregunta Estefanía.
La respuesta es afirmativa, pero a lo lejos se oyen otros interrogantes de otras integrantes del cuerpo de baile:
–¿Nadie vio mi plumetón naranja?
–¿No hay otra tijera?
–¿Alguna vio las colitas negras?
–¿Y sí calentamos un poco antes de cambiarnos?
Los actores -presentadores y humoristas de la pieza- son los primeros en ponerse a punto. Vestidos y maquillados, buscan los elementos que necesitarán para sus sketchs:
–Nic, acá estaban las telas largas para lo de Titanic, estaban escondidas entre los paraguas- le comenta Viviana a Belisario Román.
–Vi, ¿qué número era tu micrófono? -dice él.
–El 9, creo… -y revisan los aparatos.
Faltando veinte minutos para que se cumpla la hora en que está anunciado el inicio de la obra, la coreógrafa convoca a las bailarinas: “vamos chicas que tenemos que pasar todo”. Le piden al cantante que se corra un poquito del escenario así ellas pueden ensayar, y al rato se incorpora el resto de los participantes del espectáculo para el repaso general.
–¿Estamos todos? Vamos con la apertura entonces - es la indicación de la coreógrafa y de inmediato los acordes del tema “Fiesta en América” empiezan a sonar.
Se “ajustan” cosas de último momento en el escenario una vez que los artistas bajaron para, una vez concretado el ensayo previo a la función, poder regresar al camarín. Allí, todos terminarán de acomodarse y alistarse para brindar un espectáculo “único” en la ciudad.
Fuente: http://www.elargentino.com/nota-159252-America-20-Diez.html
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