lunes, 13 de diciembre de 2010

La historia del tango platense contenida en un museo

Interés General | Recorridos de la ciudad

El Museo del Tango Oscar Bozzarelli es un reservorio documental de gran parte de La Plata. Alberga instrumentos e imágenes de antaño, miles de partituras y anécdotas tangueras que vale la pena visitar.

El museo nació por la pasión de un grupo de amigos por el tango, los artistas y las orquestas que tuvo la ciudad durante el siglo pasado.

Todo comenzó allá por 1974, cuando el grupo tenía una audición en Radio Universidad que se encargaba de difundir la historia del dos por cuatro en la ciudad. “Pero en esa época estaban suprimidos los números en vivo en la radio y el tango fue perdiendo su lugar”, cuenta a Hoy Juan Cendoya, del Museo del Tango Oscar Bozzarelli.

El amor y la pasión por el tango llegó a tal punto que con los años decidieron formar el museo y biblioteca Amigos del Tango. En la actualidad, la biblioteca tiene más de 300 volúmenes de tango, lunfardo, teatro y cine nacional. También se creó una discoteca con más de 5 mil grabaciones en distintos soportes, incluidas las de intérpretes locales de carácter no comercial y más de 3 mil partituras de tangos, valses y milongas. Además, se encuentra la videoteca, con 30 proyecciones cinematográficas.

“Cuando se fundó la ciudad, el tango ya circulaba por la zona. Hacia 1880, ya existían Tolosa y Ensenada, allí había prostíbulos y se supone que el tango se escuchaba en esos lugares”, acota Cendoya.

Ubicado en el casco céntrico de la ciudad, quien visite el museo se sumergirá en un túnel del tiempo que contiene parte del acervo cultural rioplatense. Allí se encontrará con la referencia al primer lugar donde se tocó tango en la ciudad. Fue en 1890, en la esquina de 6 y 56, y fue ejecutado por una comparsa de negros candomberos llamados Nación Lucamba, que se encontraban preparándose para el Carnaval de ese entonces. En 1975 realizaron una mayólica para recordar ese momento (ver foto).

Otra reliquia es el bandoneón de Angel Colombo, el primer bandoneonista que tuvo La Plata. Colombo fue además mandolinista, guitarrista, compositor y director. Nació en 1890. Dirigió el primer conjunto típico de tangos con bandoneón que debutó en el bar Colón en 1915, sito en la diagonal 80 entre 49 y 50. Falleció en 1971.

También está en exhibición el bandoneón de Oscar Bozzarelli, el músico e investigador platense. Su libro Ochenta años del tango platense es de consulta obligatoria si se quiere conocer la historia del tango en la ciudad. Fue también quien orientó al museo en sus inicios.

“Cada instrumento tiene su historia, que no sólo habla de la persona a quien perteneció, sino también de cómo llegamos hasta él”, dice Cendoya, que también cuenta la historia de la guitarra de nueve cuerdas.

“Pertenecía a uno de nuestros integrantes, José Capella, que antes de morir se la dejó a un amigo. Cuando fuimos a buscar al amigo, también había fallecido. Y así seguimos la búsqueda hasta que dimos con la guitarra”, relata.

Ahora, el museo está tras el perfumero de Miguelito. “En el Círculo Napolitano, que se ubicaba en 49 n° 819, sucedían las milongas más reas y bochincheras de la ciudad, que muchas veces terminaban a los cuchillazos. Allí estaba Miguelito, que perfumaba a las damas con un perfumero”.

Otros lugares míticos de la ciudad fue el bar Cantaluppi, que se ubicaba en 12 entre 59 y 60, donde se jugaba al billar y había espectáculos en vivo. Otro fue el Sportsman de Berisso, que se encontraba en Montevideo y Río de Janeiro. Por allí desfilaron importantes músicos y durante años actuó una orquesta de señoritas en la que sobresalía la bandoneonista Zulema Paroncini. El Sportsman se incendió en la década del ‘70, llevándose la vida del poeta local Raúl Filgueira.
El bar Nacional de Serafín Ríos se hallaba en 7 y 46, y en los años ‘20 era la catedral del tango. Actuaban una orquesta de señoritas con vestidos de gasa. Funcionó hasta los ‘50.

Y el emblemático cine Select, de 7 entre 55 y 56, del cual el museo conserva una de sus butacas, donde Carlos Gardel, entre el 27 de septiembre y el 2 de octubre de 1927, realizó la tercera de sus cuatro presentaciones en La Plata.

Las fotos, los trajes y las orquestas

En una de sus salas, se exhiben fotos y detalles de cada una de las orquestas que tuvo la ciudad. “En un primer momento eran tríos y cuartetos, después fueron orquestas con cuatro bandoneones y cuatro violines. La década del ‘40 fue la de mayor esplendor. Con la crisis económica de esos años, se achican y de nuevo aparecen los tríos”, dice Centoya.
Entre la extensa discografía se destacan las grabaciones en disco de pasta que datan de 1910 con legendarias interpretaciones de Juan Maglio, Augusto Berto y Roberto Firpo, entre otros artistas de aquellos años de gloria.

Los aparatos reproductores de sonido están ordenados y exhibidos de modo tal que se puede recorrer la historia. Entre otros, pueden verse las primitivas galenas que ingresaron al país, un gramófono, un miniórgano y una Concertola Superfónica.

También se muestran los trajes y vestidos que usaron los famosos en sus noches de estreno, entre los que se encuentran la legendaria vestimenta de Tulio Bertolini, Guido Laserre y una pieza única en la región, como el vestido de Chola Luna, una de las primeras voces femeninas del tango de nuestra ciudad. También hay una extensa galería de fotografías, con más de 500 tomas de celebridades platenses.

Actualmente, la actividad principal se centra en el funcionamiento del museo, con visitas guiadas para entidades locales, vecinos y contingentes turísticos. Si se quiere visitarlo, se puede llamar al 424-2698, en el horario de 10 a 12 y de 18 a 20.

Victoria Romero

Fuente: http://www.diariohoy.net/accion-verNota-id-117350

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