“No vislumbro ningún cambio. Creo que todo será aún peor“, dice, sobre el futuro de la música Foto: | SANTIAGO HAFFORD
Mika Vainio, en el Tacec
El músico presentará una instalación-performance sonora y visual con skaters
Sábado 18 de diciembre de 2010 | Publicado en edición impresa
Resulta extraño ver a Mika Vainio vestido con una simpática gorra de jean y bermudas, retozando al exterminador sol platense. Resulta extraño porque, quince años atrás, la mención de este hombre inspiraba respeto. Quince años atrás, cuando no había aficionado a la música que no visitara regularmente las disquerías, Vainio empezaba a hacerse notar como integrante del dúo finlandés Panasonic y sus discos no se escuchaban como los demás. Uno se cuidaba de bajar el volumen del equipo antes de apretar Play porque, si no, ciertamente, nadie quería estar desprevenido ante el ataque de su brutal ruido.
Pero eso fue hace quince años. Después, Pan Sonic (el dúo debió alterar su nombre ante la previsible demanda del gigante japonés) dejó de ser tan ruidoso, sin dejar de ser crudo. Se relajaron un poco. Se estilizaron. Entonces, Vainio y su colega Ilpo Väisänen habían ingresado a la historia como los tipos más duros de la electrónica.
"De chico escuchaba rock; me gustaba King Crimson y luego descubrí a compositores como Gordon Mumma, que hacía cosas realmente ruidosas", cuenta Mika, no exactamente un gran conversador, pero alguien que dice mucho con poco; como su música. Otras epifanías fueron el rock neurótico de Suicide y el rock industrial de Einsturzende Neubauten, cuyo percusionista FM Einheit acostumbraba romper ladrillos y golpear planchas metálicas sobre el escenario. Cuando se le refiere que Pan Sonic transmite esa misma energía, Mika corresponde con lo más cercano a una sonrisa. Será la única de la tarde.
"Lo que me interesa es la composición del sonido", explica el finlandés, cuyo rigor estético es tal que rara vez recurre al maleable software de computadoras; en cambio, utiliza generadores de tonos especialmente diseñados por Jari Lehtinen, un virtual tercer miembro de la banda. "Algunas veces -agrega-, uno tiene en mente un sonido, pero obtiene algo indeseado; otras, uno obtiene un sonido genial por esas cosas del azar."
Si bien Vainio trascendió con Pan Sonic (que acaba de disolverse este año), lleva grabados por su cuenta alrededor de una docena de discos, más experimentales, atmosféricos y a veces hasta amables, editados con su nombre o seudónimos como Ø. También colaboró en instalaciones multimedia, como Sens ilia, que se verá esta noche en el Teatro Argentino de La Plata. Junto a él estarán el saxofonista argentino Lucio Capece (actual residente de Berlín, al igual que Vainio) y los artistas visuales Minou Maguna, de la Argentina, y Benton-C Bainbridge, de los Estados Unidos.
"El show consta de dos partes -adelanta el finlandés-. La primera será un set con tonos sostenidos, a la manera de los drones del minimalismo. En la segunda habrá algo de improvisación a partir del material incluido en Trahnie , el disco que grabamos con Lucio en 2009."
Aspereza y austeridad son cualidades intrínsecas de Vainio. A mediados de los noventa, cuando los DJ de Creamfields invadían las capitales europeas, Mika e Ilpo salían a recorrer clubes con una versión en negativo de las raves : en lugar del ritmo metálico y las tenues melodías, había un insidioso ruido de estática; en vez del clásico beat, orgánicas pulsaciones que iban creciendo en volumen. A modo de anécdota, durante una fiesta en un departamento de Londres, la energía de su set fue tal que provocó un apagón en todo el edificio. Mika recuerda aquello como un cierre apoteósico del show. Probablemente, los vecinos no lo recuerden del mismo modo, y no sólo por el apagón.
"Cuando hago música, trato de expresar algún sentimiento -dice acerca de sus ruidosos sets-. Algunas veces necesito hacer sonidos abrasivos, y es muy personal cómo la gente reacciona frente a esos sonidos."
-Casi al tiempo en que salió Gravitoni , el disco final de Pan Sonic, también editaste Trahnie , tu colaboración con Capece, que resultó de la improvisación con electrónica e instrumentos acústicos. ¿Eso marca un nuevo rumbo?
-De vez en cuando, usé sonidos acústicos, pero no tanto como en Trahnie, y espero seguir haciéndolo. Por lo pronto, el concepto se trasladó al Vladislav Delay Quartet, donde Lucio y yo tocamos junto al contrabajista Derek Shirley y el músico electrónico Vladislav Delay, en este caso como percusionista. Pero, en definitiva, siempre quise trabajar en distintas áreas; Pan Sonic fue sólo una de ellas.
-¿Qué te atrae de un artista para proponerle una colaboración?
-Por supuesto, tiene que gustarme su música. Yo tuve la fortuna de grabar con gente que fue muy influyente en mi vida, como Alan Vega, de Suicide, o Keiji Haino. Pero no siempre grabar con alguien que te gusta resulta interesante. Tiempo atrás, como Pan Sonic grabamos junto al minimalista Charlemagne Palestine, y el disco no me gustó nada. Charlemagne estuvo bien, pero lo nuestro fue desastroso. Creo que próximamente habrá revancha.
-Durante los noventa hubo un florecimiento de la electrónica, que se diversificó en variados géneros, pero ese impulso parece haberse estancado en la actualidad. ¿Cómo vez su futuro?
-Estoy seguro de que el 99% de la música será una basura.
-¿Hablás de la música electrónica?
-No: de todo tipo de música. Hay muy pocas cosas de valor. La mayor parte de la electrónica está cada vez más orientada al pop, que me parece algo vacío. Yo no vislumbro ningún cambio; creo que todo será aun peor?
-Sos pesimista sobre el futuro de la música.
-Sí. (Hace una pausa y baja la mirada). Soy pesimista acerca de la humanidad.
PARA AGENDAR
* Sensilia , instalación-perfomance sonora y visual con skaters con Lucio Capece, Mika Vainio, Minou Maguna y Benton-C Bainbridge.
* Teatro Argentino , avenida 51, entre 9 y 10. La Plata. Entrada: 5 pesos.
Jorge Luis Fernández
Fuente: http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1334470
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