Hasta el 5 de enero
20.12.2010 | El artista expone en el Malvinas su obra pletórica de colores e intensidad surrealista
"La pintura es poesía muda; la poesía pintura ciega", aseguraba el genio poliédrico Leonardo Da Vinci. Y es cierto que gran parte de los artistas plásticos –quizá por sabio respeto– son a fines a utilizar pocas palabras. Y no por falta de ideas o conceptos, sino porque obviamente sus voces se traducen en imágenes. A la hora de enfrentar una entrevista, Juanjo Kuafmann asume con cierto candor que se lleva "mal, muy mal con las palabras, lo habrás notado…". Pero lo cierto es que así como habla escueta y cautelosamente, sus obras son –por lo contrario– poderosas, pletóricas, vitales y polisémicas, cargadas de imágenes inquietantes y surrealistas. Las mismas se pueden apreciar en el Centro Cultural Islas Malvinas (19 y 51) hasta el 5 de enero.
Kaufmann llegó a La Plata hace seis años de la ciudad de Lamadrid para estudiar Artes Plásticas. Actualmente es auxiliar de la Cátedra de Dibujo Complementario en la Facultad de Bellas Artes (UNLP), en el 2009 fue reconocido con el Premio al Artista Joven en el VI Salón de Edelap y en 2010 obtuvo el Segundo Premio Adquisición del Salón Provincial de Arte Joven.
"La muestra esta compuesta por dibujos y pinturas, con trabajos más nuevos y más viejos –presenta Kaufmann–. Quizá la estética es la misma, pero lo que veo que cambia de los primero a los últimos es el aporte de nuevos y distintos elementos técnicos, que también uno va a asimilando y sumando a medida que avanza en sus estudios."
Kaufmann no sabría definir de donde llegan esas imágenes. De algún modo, entiende que él es el que lllega a ellas. "La verdad que no sé. Arranco por ahí con una imagen que me dispara algo… o una canción, y después voy viendo… No es que tengo una idea acabada de entrada. Voy descubriendo".
Con respecto a la buena recepción de sus obras, cuenta que lo pone "contento porque es algo muy personal y que aún así genera algo en el otro. Está bueno que al otro le guste. Pero siento que trabajo más para mí que para los demás. Si al otro le gusta, bienvenido sea."
El hecho de que sus cuadros no tenga un sentido acabado genera variadas interpretaciones. "Muchas veces me preguntan: ¿Qué es lo que vos querés decir con esta pintura o dibujo?". Y muchas veces lo hago sin la intención de limitar al que lo mira a decir: ‘es esto y nada más’. Sino todo lo contrario, que justamente el que lo ve interprete una cosa y otros entienden otra. Es más válido cuando no tiene una sola salida, sino que de pende de quien lo mire."
Interesante y certera es la mirada de Natalia Famucchi que acompaña el programa promocional de la muestra: "Existe una dimensión en que el arte se anticipa, no interroga, nos asalta. Allí está el espacio de lo inexplorado, con sus personajes inéditos fingiendo entre lo grotesco y lo surreal, a veces celebran, y a ratos juegan. Es así. Ellas son las criaturas de Juanjo Kaufmann, obrando una esfera que planta la fantasía en el páramo, que sencillamente nos eleva. Y el tema es, claro, la profundidad de esas miradas, en que lo insólito se vuelve sensible, y no menos extravagante. ¡Hay del vuelo en las composiciones, y hay de la amplitud significativa de las texturas, los planos, las manchas! Es el atrevimiento de esta obra espléndida lo que al final suspende el verbo".
El verbo suspendido, ante la fuerza de los colores. Al fin, ¿para qué las palabras cuando –en estos casos– la imagen lo es todo?
Fuente: http://www.elargentino.com/nota-119118-medios-122-El-extrano-mundo-de-Juanjo-Kaufmann.html
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