martes, 7 de febrero de 2012

Escuela del actor

Sobran los motivos para seguir recordando al actor Juan Carlos Gené, más cuando los mismos nos devuelven una parte fundamental y olvidada de la historia del teatro platense.

06.02.2012 | 20.01 |


Por D.C.

No existe una sola manera de recordar a las personas, menos una forma correcta de hacerlo, a penas existen unos acuerdos mínimos sobre momentos fundamentales que sirven para dar cuenta de la dimensión de una vida. La tarea es aún más complicada cuando encima se habla de una persona como Juan Carlos Gené, que a través de su labor ha sido parte de la vida de tantas personas. Pero vale la pena hacer el ejercicio una y otra vez porque a veces a partir de un dato se puede abrir la puerta de una historia o, como en este caso, a un capítulo olvidado de la historia.

“En La Plata, él estuvo al frente del Departamento de Teatro un proyecto del que todavía queda mucho por contar” expresa el actor y director Ricardo Gil Soria quien fue su alumno y posteriormente compañero en otros proyectos como el Centro de Cultura Nacional José Podestá. A fines de los ´50 y principios de los ´60 en la Facultad de Bellas Artes de la UNLP el Departamento de Teatro reunía la Escuela del Actor y el Teatro de la Universidad que si bien es un claro antecedente del Taller de Teatro de la UNLP (fundado en mayo de 1986) era una pieza en un proceso de formación.

Cuenta Gil Soria que “así como actualmente existe el departamento de música, plástica, multimedia, en ese momento existía el Departamento de Teatro fundado por Roberto Durán y Juan Carlos Gené. La idea del departamento de teatro era una escuela de formación actoral pero vinculada directamente al teatro desde lo pedagógico se concebía como fundamental formar a los actores en un ámbito donde pudiera desarrollar el oficio. La escuela y el teatro son dos entidades que están absolutamente hermanadas pero que no siempre van de la mano y en ese sentido el departamento era un ámbito pedagógico modelo. Salvo algunas puestas, eran los alumnos los que hacían las obras y lo importante era que no sólo tenían experiencia frente a público sino que además era concebido como un espacio donde desarrollar su oficio como un trabajo porque cobraban. La Plata tiene la suerte de tener mucha labor independiente y pero no era tan así por aquel entonces y desde lo formal el Teatro de la Universidad comenzaba a funcionar como una alternativa para lo profesional.”

Durante esos años, Juan Carlos Gené dirigió El testamento de don Tomas de Roger Martín du Gard en 1957 y En la familia en 1959 en el Teatro que funcionaba en el Auditorio de la Facultad. Según Ricardo “la mirada que Juan tenía sobre el teatro era la más sencilla, la más noble y poética. Él veía el teatro como un modo verdadero de comunicación y una forma de compartir una opinión con un público. En lo personal, Juan es parte de mis comienzos en el teatro, de mi formación actoral pero también de la participación política que para mi data de ese entonces y que posteriormente también con Juan se transforma en la fundación del Centro de Cultura Nacional José Podestá.”

A tal punto el teatro y lo político se cruzaban que el Departamento de Teatro que el final de la experiencia estuvo signado por cuestiones de esa índole. La puesta de El jardín del infierno de Osvaldo Dragún dirigida por Roberto Durán en 1960 incomodó a las autoridades de la UNLP. Soria relata que “la obra fue denunciada como comunistas y eso provocó el final. Imaginate cómo eran las cosas en ese momento que incluso se desató toda una polémica porque una de las actrices aparecía vestida en enagua. Lo recuerdo entre la lágrima y la risa porque en ese entonces se empezaban a ver algunas tendencias reaccionarias que derivaron en lo que vino después.” Luego del cierre hubo un intento de reapertura del Teatro de la Universidad en 1964 de la mano por sugerencia de Gené del director Antonio Mónaco quien “realizó una puesta donde tuve el privilegio de debutar como actor-cuenta Soria- pero no hubo oxígeno para recomponer lo que era el Departamento de Teatro. Eran otros tiempos, todavía había resabios muy reaccionarios y el teatro evidentemente conservaba una condena medieval. Así que el cierre del teatro se llevó la escuela y el departamento.” Un espacio de formación integral que marcó tanto a quienes formaron parte como la propia búsqueda de Gené en el teatro.

Fuente:http://diagonales.infonews.com/nota-172898-seccion-114&Redirect=false-Escuela-del-actor.html

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