martes, 21 de febrero de 2012

A los 97 años, murió la actriz Lydia Lamaison

Espectáculos / La abuela generosa de tantas telenovelas, y la actriz reconocida en el mundo del teatro, falleció esta madrugada tras varios meses en estado delicado

20.02.2012 | 17.42

Lydia Lamaison, la actriz fallecida a los 97 años

La actriz Lydia Guastavino Lamaison, de destacada trayectoria en el teatro, cine y televisión nacional, murió hoy a los 97 años.

La noticia la dio el ministro de Cultura porteña, Hernán Lombardi vía Twitter: "Esta madrugada falleció Lidia Lamaison, gran actriz y mujer ejemplar", señaló.

Lamaison, quien nació el 5 de agosto de 1914 en la ciudad de Mendoza, durante su larga trayectoria en el mundo del espectáculo, participó de 25 películas, como "La hora de las sorpresas", "La caída", "Fin de fiesta", "Un guapo del 900", entre otras.

El ministro Lombardi manifestó que "la familia de Lydia Lamaison solicita que se done el importe de las ofrendas florales a la Casa del Teatro, que fue la gran pasión de su vida".

Lamaison inició su carrera en el teatro en la compañía de Blanca Podestá y en 1939 trabajó en su primera película, "Alas de mi patria", de Carlos Borcosque, y en 1940 fue elegida revelación Femenina por su labor en "Madame Curie".

Fue convocada por el director Leopoldo Torre Nilsson para participar en "La caída", con Elsa Daniel y Lautaro Murúa, por la que ganó un premio a la mejor actriz de reparto.
Por sus labores en "Fin de fiesta" y "Un guapo del 900" ganó un premio a la mejor actriz y uno a la mejor actriz de reparto por su labor en "Voy a hablar de la esperanza".

En 2003 escribió "Qué es el erotismo", un espectáculo unipersonal que ella misma ofreció y a mediados de 2004 se estrenó en el Teatro Regina "El libro de Rut", donde ella fue quien le dio vida al principal personaje de la obra.

Lamaison, en televisión ha sobresalido interpretando personajes de telenovela, como el de Cora en "Celeste siempre Celeste" (1993) y la abuela de la protagonista en "Zingara" (1995), junto a Andrea del Boca.

Entre 1998 y 1999 participó en "Muñeca brava", telenovela emitida por Telefe cuya pareja protagónica estuvo compuesta por Facundo Arana y Natalia Oreiro.
También integró el elenco de "Jesús, el heredero", telenovela transmitida por Canal Trece en la cual trabajó junto a Joaquín Furriel y Malena Solda.

Durante su carrera teatral participó en obras como "Perdidos en Yonkers", "Los físicos", "Doña disparate y Bambuco", "Ollantay", "Biógrafo", "Pasajeras", entre otras.

Ha recibido varios reconocimientos y premios por su trayectoria, ya que fue nombrada "Ciudadana Ilustre de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires" en 1997, y en diciembre de 2005 Daniel Scioli, entonces vicepresidente, le brindó un homenaje en el Salón Azul de la Cámara de Senadores.
En 2001 recibió el premio de Platino de la Fundación Konex a la actriz de Televisión y, simultáneamente, el diploma al Mérito en la misma categoría.

Por su parte, en 1999 fue declarada formalmente como una de las "Notables Argentinas", y recibió premios como Santa Clara de Asís, ACE, María Guerrero, Estrella de Mar y Florencio Sánchez.


Las joyas de la abuela

“Los recuerdos hay que seleccionarlos”, afirmó la actriz Lydia Lamaison en una de sus últimas entrevistas. Por eso y como homenaje, algunas de las mejores historias de su vida que se encargó de contar generosamente en cada entrevista. Y un fragmento del programa ¿Qué fue de tu vida?.

20.02.2012 | 18.12

Por Daniela Camezzana
(Lydia Lamaison, esta foto -un retrato de 1940- da cuenta de su belleza extraordinaria. Tenía aquí 26 años y debutaba en la compañía de Blanca Podestá. Ese año fue elegida Revelación Femenina por su labor en la obra Madame Curie.) 

Antes de que se inmortalizara en el imaginario popular como la abuela piola de cuanto galancete se debatió entre el amor y el compromiso a las dos de la tarde, mucho antes de que se sentara pacientemente en mil sillones para cobijar en su regazo a las heroínas que esperaban la definición del muchacho, bastantes años antes de que en el momento más culmine de la crisis familiar impartiera justicia arremetiendo con una fulminante mirada de sus ojos azules, antes, Lydia Lamaison era la mala de la película. Y le encantaba.

En una entrevista con Felipe Pigna (realizada en noviembre del 2010 en el programa ¿Qué fue de tu vida?), la actriz le confesó que “ahora hace un tiempo que hago de buena pero me encanta hacer las malas. Son los personajes más lindos, la verdad las buenas son aburridas”, afirmó sin que le tiemble la voz demostrando de lo que es capaz y luego contó como con el mismo artilugio lograba convencer a la gente en la calle de que los motivos de sus personajes en realidad no eran tan malos. “¿O a caso en mi lugar no harías lo mismo?”, le espetó al transeúnte de lo más divertida.

Así la actriz que nunca tuvo que recurrir a su vida personal para componer un personaje porque tenía la capacidad “de imaginarme toda una vida y creérmela”. Se dio el gusto de pasar las mil y una aventuras en televisión, cine y teatro desde que comenzó su carrera en 1939, de grande porque su familia no se lo permitía. Incluso, “hasta hice teatro de revista”, contaba para contrarrestar su fama de abuela buena.

Aristócrata. Ella, que en los últimos años con una alta rotación de sombreros consagró su estilo mezcla de aristócrata y bohemia sin pasar desapercibida en cualquier aparición pública, en su infancia marcó su destino con un primer gran acto de rebeldía como en las viejas historias literarias. En 1924 se escapó de su casa persiguiendo su deseo: ser monja como la hermana de quien aprendió el catecismo. Y frente a la inmensa puerta del convento de Salta e Independencia tuvo una sensación encontrada y se volvió a su hogar antes de que alguien abriera la puerta en la que había tocado el timbre.

Sin embargo, seguiría el destino pre establecido para una señorita de sociedad y estudiaría mucho. Se recibió de maestra normal, era concertista de guitarra y estudiante de Filosofía y Letras, intereses que nunca dejó de cultivar a lo largo de toda su vida. Incluso cuando ya siendo actriz tendría el privilegio de conocer a mucho de los autores que había leído con devoción: Pablo Neruda, García Lorca y en París nada menos que a Jean Paul Sartre y Simone de Beauvoir, una mujer a la que admiraba profundamente.

Madre hay una sola. En cine se lució en más de 25 películas como La hora de las sorpresas, La caída, Fin de fiesta, Un guapo del 900, En mi casa mando yo, La fiaca, En retirada, Pasajeros de una pesadilla, Ciudad del sol, entre tantas otras. Pero su composición para La fiaca (1969), como la madre del empleado de oficina que se aferra a las sábanas de su cama, logró plasmar como en ningún otro personaje esa habilidad de las mamás para que el más íntimo sentimiento de rebeldía se convierta en una dedicatoria para ellas. Así sólo con una frase: “Dice carajo adelante de la madre. Vos no sabes lo que esto es para mí”, y su cara cubierta con las dos manos demuestra como todo su universo, depositado en su hijo, se desmorona.

La puta. Pero no todo en la vida de la actriz fueron mansiones y madres compungidas, también supo desde la elegancia hablar de sexo en la ficción sin que por eso se le cayeran los anillos. Basta con recordar su papel en La puta y la Ballena en el 2003 dirigida por Luis Puenzo, en el que la actriz es una pieza fundamental para la investigación que se remonta a la Patagonia de la década del '30, donde Emilio un fotógrafo y su compañera la corista Lola aterrizan en una posada bar y burdel regenteado por el ciego y bandoneonísta Suárez. En esta película Lamaison proponía a través de su personaje que por más vieja que uno sea no se pierde la chispa de lo vivido. Y perseguía a las enfermeras con fotos jugadas de su juventud porque “no quieren creer que fui joven –y ante el asombro de las enfermeras les pasaba el trapo a todas–. De acá no (señalando la entrepierna) pero de acá (el corazón) una es virgen toda la vida.”

En el 2003, Lamaison encaró además un unipersonal sobre el erotismo a los 89 años, para sorpresa de todo el mundo que comenzaba a asimilarla sólo como la señora buena. En una entrevista con la periodista Carolina Muzi, la actriz aclaraba que “no quiero hablar de sexo sino de qué significa el amor erótico, que es una cosa bellísima. Es un tema llamativo. Y más llamativo, ¡que lo haga alguien de mi edad! (risas). No he tenido oportunidad de hablar de sexo con las actrices jóvenes. Me han contado de sus amores, pero se ve que no se animan a lo otro. No sé, porque viéndome a mí bastante evolucionada o atrevida para una cantidad de cosas… Tampoco son temas que se hablen más sueltamente con gente de la propia edad: a una amiga una vez me animé a preguntarle cómo era con su marido. Y no se animó a hablar, cosa que respeté muchísimo: la vida íntima es tan de uno.” Sin embargo, ella tenía la suficiente altura para, a pesar de su viudez, haber encontrado el secreto para seguir una vida altamente erótica y compartirlo con la gente.

Chirusas. Y por últimos su innumerables trabajos para televisión, fundamentalmente en tiras y novelas del ´60 en adelante. En la nota con Pigna, la actriz recordó que un día llegó a filmar 24 horas seguidas. “Entré a las nueve de la mañana y salí a las nueve de la mañana del día siguiente. A veces parezco omnipotente cuando digo estas cosas, pero la verdad nunca me he cansado. No conozco lo que es el aburrimiento. Cuando me dicen usted trabajaba tanto, yo aclaro que actué mucho pero que el trabajo implica esfuerzo y yo hice con mucho amor todo lo que hice. Incluso cuando hice una novela que duró cuatro años… no es broma. Sabés lo que es aguantar un personaje cuatro años, no sabía qué más buscarle.”

En los últimos tiempos, Lydia se las fumó a todas las ahora grandes estrellas cuando hacían las primeras sobre su regazo: Natalia Oreiro, Araceli González, Andrea del Boca, Malena Solda, Betiana Blum, entre tantas otras. Siempre con una mirada de cariño que trascendía el personaje, como una partener formidable y necesario para sostener la trama. Y aunque ella prefería a las malas, se le notaba que en el fondo era demasiado buena.

Fuente: http://diagonales.infonews.com/nota-173922-A-los-97-anos-murio-la-actriz-Lydia-Lamaison.html

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