«Intermedio»: asombra la performance del contratenor español Flavio Oliver
Por: Margarita Pollini
En el protagónico del contundente espectáculo del TACEC de La Plata, el contratenor Flavio Oliver rompe los límites de lo posible, con una entrega física de alto riesgo que no afecta su emisión poderosa ni su expresividad.
«Intermedio», ópera-performance con variaciones de «Orfeo ed Euridice» de Gluck y textos de R. Juárroz y H. Müller. Idea: C. Billourou y G. Basso. Guión: T. Basile. Régie: C. Billourou. Composición, diseño de sonido, música y acústica: G. Basso y T. Laxargue. (TACEC, 29 de julio).En un recinto que se parece bastante a un asilo de alienados, donde una Penélope cansina plancha una armadura, un boxeador golpea la bolsa sin mucha convicción, un joven escondido tras una fotocopiadora maldice inconexamente la burocracia, un auto a control remoto choca con persistencia con un tren de juguete, un escritor y un artista dicen sus poéticas verdades y donde nadie parece saber muy bien qué, cómo ni para qué, el Amor se hamaca despreocupadamente, con una sonrisa inalterable.
La imagen de por sí resulta inquietante pero es sólo el planteo inicial, materialización de «los variados infiernos que han atravesado el siglo XX», según consta en el material de difusión. Por encima de todo esto se alza el Hombre 0, que se corporiza en Orfeo y enfrenta ese averno demencial, teniendo por únicas herramientas su cuerpo y su voz en la que se dejan escuchar exclusivamente fragmentos textuales del «Orfeo» de Gluck sobre un acompañamiento instrumental sabiamente deconstruido, con un efecto escalofriante.
La idea de Claudia Billourou y Gustavo Basso que hizo nacer este conmovedor «Intermedio» presentado en el Centro Experimental del Teatro Argentino de La Plata se sirve, además del mencionado material gluckiano, de textos del argentino Roberto Juarroz y del alemán Heiner Müller (su famoso poema «Herzstück», también utilizado por la coreógrafa Noemí Lapzeson en su obra «Pièce de coeur») según el guión de Teresa Basile. El entorno sonoro de Basso y Tata Laxargue asesorados por el compositor Martín Liut crea un espacio propio que al mismo tiempo se integra fantásticamente con el resto, haciendo al público sentirse parte verdadera de lo que sucede.
En su asombrosa personificación del Hombre 0/Orfeo, el contratenor español Flavio Oliver quiebra los límites de lo posible, con una entrega física de alto riesgo (canta escalando paredes, saltando desde alturas considerables, corriendo velozmente o colgado de un brazo) que no afecta en un ápice su emisión poderosa, su afinación infalible ni su expresividad. Lo que podría redundar en un mero exhibicionismo de habilidades es entonces el auténtico motor del drama y muestra la entrega total de un cantante-actor en torno al cual se desatan las emociones y se quiebran los autismos.
A la perfección cumple la soprano Sonia Stelman como Amor (impecable en el aria original de la ópera aunque interpretada «a capella»). Las actuaciones de Cuyén Biraben, Fabio Prado, Hilario Torres, Nora Lafon, Victoria Herz, Federico Aimetta, Arturo Blas y Gustavo Martínez trazan con exactitud las líneas dramáticas diseñadas por Billourou, mientras que Juan Elías, Matías Oliver (contrabajos) y Carolina Carrizo (clave) brindan sólida plataforma instrumental a un espectáculo contundente que eludiendo los lugares comunes se transforma en alegoría de la condición humana.
Fuente: http://www.ambito.com/diario/noticia.asp?id=595073
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