En el Teatro Argentino
Espectáculos / 25.08.2011 | El director artístico y règie Marcelo Lombardero habla sobre la fascinación que aún hoy que genera la ópera Tristán e Isolda
Finalmente, Richard Wagner no pudo escapar. El compositor que se propuso como cometido describir un amor tan ardiente que llevara a sus protagonistas a sacrificar todos los valores mundanos arrasados por la pasión, terminó él por ser objeto de una pasión que lo llevara a renunciar a todos los valores de su época.
De puño y letra le confesó a su amigo Franz Liszt que “ya que nunca he sentido la verdadera felicidad del amor, pretendo erigir un monumento al más bello de los sueños, un monumento en el que este amor esté convenientemente saciado deprincipio a fin; he concebido en mi mente Tristán e Isolda, la más simple pero también más viva creación musical”. Y a partir de junio de 1857, Wagner se abocó a la composición de esta obra que de simple y sencilla no tendría nada.
El director artístico del Teatro Argentino y règie de esta ópera, Marcelo Lombardero comenta que “la dificultad está dada más que por la puesta en escena en la producción. Es cierto que es una de las partituras escritas para orquesta más complejas que existe y que requiere un elenco de cantantes preparados física y psicológicamente para largas escenas donde tienen que pasar una orquesta muy grosa. Pero el tema pasa por la producción, es la primera vez que sube una obra de Wagner en su idioma original, ubicamos 85 músicos en el foso cuando el máximo que se había colocado anteriormente eran 74. Es una obra monumental y la realizamos”.
Tristán e Isolda tiene una particularidad sus tres actos son inmóviles, no hay acciones dramáticas o mejor dicho la dramaturgia está puesta en la música. Por eso Lombardero, quien ya dirigió en cuatro oportunidades esta obra en escenarios como el Teatro Municipal de Santiago de Chile o la Opera Estatal de Praga, construye una escenografía virtual para dar un atractivo visual a la música más allá de que concibe que se trata de “una puesta tradicional. Porque si vamos al caso contamos la historia, no hacemos una lectura”.
Se dice que Tristán e Isolda es en sí misma un evento y es cierto porque sintetiza en una obra los últimos atisbos del mundo con el que rompe (la fascinación de la época con las leyendas medievales), el romanticismo de Wagner sumado a una actualidad futurista. Marcelo explica que “es interesante ver que es lo que significó para la cultura occidental. En 1875 cuando Wagner escribió esta obra todavía estaba la idea del espectáculo lírico como el espectáculo.
Wagner lo que hizo fue romper con el espectáculo cerrado y plantear una obra sin interrupciones llevando las posibilidades de las técnicas compositivas conocidas hasta ese momento y la tonalidad hasta su mayor expansión. Desde el estreno de Tristán tuvieron que pasar cincuenta años para que pasara algo nuevo en la música. El siglo XX en la música comenzó con Tristán e Isolda en 1875 o bien trescientos años de música culminan con esta ópera. Y esa es la importancia de que ésta obra esté actualmente en escena”.
¿Qué te pasa Colón? Tras el estreno de Tristán e Isolda en la temporada lírica del Argentino, una vez más surgió la polémica esta vez por cuestiones que exceden al escenario pero que ayudan a pensarlo. El Teatro Colón eligió este momento para anunciar la obra El anillo del Nibelungo del mismo compositor a presentarse en la temporada 2012 reduciendo a la mitad las 14 horas originales de la obra. Más allá de focalizar la cuestión en la posibilidad de adaptación de las obras clásicas, lo más interesante del revuelo es que se pone en tela de juicio el rol de estas instituciones en la cultura. En ese sentido Lombardero declaró que “más allá de si se puede o no hacer la reducción, hay que tener el cuenta el lugar y el contexto. Un teatro de provincia lo podría hacer a modo de aproximación y no estaría mal, pero el Colón tiene otra obligación”. Por su parte, el director del Teatro Colón, García Caffi afirmó que la versión compactada de la obra de Wagner es una aproximación a Wagner que “va a ubicar al Colón en el lugar que nunca debió perder”.
Del “Master Plan del Teatro Colón” en adelante lo cierto es que el teatro ha estado en boca por conflictos salariales, denuncias sobre pérdidas invaluables y como trasfondo malestar por un cambio de rotundo de lógica del teatro fábrica a un “más redituable”. En sentido contrario Lombardero rescata del estreno de Tristán e Isolda dejar demostrado que es posible producir una obra de esta envergadura. “El desafío es enorme porque hasta ahora había sólo un teatro que estaba capacitado para hacer este tipo de funciones que era el Teatro Colón. Hoy nosotros lo estamos haciendo y esto corre un límite de lo que es posible hacer en esta institución, hasta dónde podemos ir, hablándole al público en general, no sólo al melómano. Lo trascendente para el Teatro Argentino al hacer esta obra magnífica es demostrar que tiene la capacidad de producir este tipo de espectáculos por el nivel de sus talleres, técnicos y cantantes de acá. Hoy el Teatro Argentino tiene la posibilidad de jugar en las primeras ligas asumiendo el desafío de producir a ese nivel”.
Y aunque sea temprano aún para compar las puestas, habla por sí misma la voluntad con la que se proyecta. Lo que siguiendo la lógica de Wagner cuando se propuso crear “la más viva creación musical” ya es mucha decir.
Cuándo
Tres oportunidades para ver Tristán e Isolda: hoy a las 19, el sábado 27 y domingo 28 a las 17.
Fuente: http://www.elargentino.com/nota-154666-seccion-114&Redirect=false-Wagner-y-una-pequena-cosa-loca-llamada-amor.html
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