En el Teatro Municipal Coliseo Podestá 02-07-2010 / Protagonizan Grandinetti, Leyrado, Marrale y Arana
Baraka, la obra de teatro que protagonizan Darío Grandinetti, Juan Leyrado, Jorge Marrale y Hugo Arana, llegará a La Plata para presentar tres funciones: hoy y mañana –casi agotadas–, más otra el próximo domingo 29 de agosto, todas en el teatro municipal Coliseo Podestá (10 entre 46 y 47).
El elenco de la obra –de María Goos, con dirección del genial Javier Daulte– se completa con la actriz Paula Kohan.
La historia. Baraka (título que es un término marroquí, que se utiliza como expresión de buena suerte, una especie de saludo ritual entre amigos), trata sobre el paso de la amistad en cuatro hombres adultos y lo que permanece en común entre ellos cuando la vida y los compromisos asumidos los lleva a encontrarse en posturas de vida diferentes. La obra examina con humor y emoción el goce y los obstáculos de la amistad masculina, así como también habla de cómo los hombres pueden poner en riesgo su salud emocional por la búsqueda constante de dinero, poder y reputación.
El reencuentro de cuatro amigos, después de muchos años, a raíz de la situación económico-laboral-sentimental conflictiva que atraviesa uno de ellos, es el pretexto para desnudar cuatro personalidades bien distintas.
Darío Grandinetti es Pedro, un funcionario público del área cultural con veintidós años de servicio, que vive una vida solitaria y cuyo placer principal es atesorar pinturas descartadas por los museos que gestiona el Ministerio. Enfrentado ante un sorpresivo llamado telefónico que le informe que esas pinturas han adquirido un inesperado valor de mercado, y al hecho de tener que devolverlas en forma sumisa, Pedro entra en crisis. Y es allí cuando sus amigos de la infancia acuden en su ayuda.
Juan Leyrado es Juan, un político ambicioso, permanentemente a la espera de un cargo acorde con su ego, que está envuelto a su vez en un matrimonio en caída libre. Es él quien al informarse de las desdichas de su amigo, genera un encuentro con otro de los amigos, Tomás (Jorge Marrale), un abogado desequilibrado que a duras penas logra mantener cierto sentido de noción de la realidad en su vida, para que se encargue del caso.
El cuarteto se completa con Martín (Hugo Arana), un adorable, arrogante y levemente perverso director teatral de vanguardia, que carga tanto con un récord de suceso por sus primeros años creativos así como con un record posterior de considerables episodios personales comprometedores.
Fuente: Diagonales
El reencuentro de cuatro amigos, después de muchos años, a raíz de la situación económico-laboral-sentimental conflictiva que atraviesa uno de ellos, es el pretexto para desnudar cuatro personalidades bien distintas.
Darío Grandinetti es Pedro, un funcionario público del área cultural con veintidós años de servicio, que vive una vida solitaria y cuyo placer principal es atesorar pinturas descartadas por los museos que gestiona el Ministerio. Enfrentado ante un sorpresivo llamado telefónico que le informe que esas pinturas han adquirido un inesperado valor de mercado, y al hecho de tener que devolverlas en forma sumisa, Pedro entra en crisis. Y es allí cuando sus amigos de la infancia acuden en su ayuda.
Juan Leyrado es Juan, un político ambicioso, permanentemente a la espera de un cargo acorde con su ego, que está envuelto a su vez en un matrimonio en caída libre. Es él quien al informarse de las desdichas de su amigo, genera un encuentro con otro de los amigos, Tomás (Jorge Marrale), un abogado desequilibrado que a duras penas logra mantener cierto sentido de noción de la realidad en su vida, para que se encargue del caso.
El cuarteto se completa con Martín (Hugo Arana), un adorable, arrogante y levemente perverso director teatral de vanguardia, que carga tanto con un récord de suceso por sus primeros años creativos así como con un record posterior de considerables episodios personales comprometedores.
Fuente: Diagonales
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