21-07-2010 / La obra Como un puntito muestra las diferentes teorías sobre la creación del mundo
A Verónica González se le ocurrió, hace un par de años, la idea de "jugar con esto del origen del Universo", según ella misma le contó a Diagonales. Y a partir de ese momento, fue creando una pieza teatral.
"Quise mostrar que además de la concepción occidental que nosotros tenemos sobre el origen del Universo, que es a partir de la teoría del Big Bang, hay otras miradas, como por ejemplo la Mapuche, que es la que tratamos en la obra y, a la cual le sumamos la explicación de un mandala, que sería la mirada hindú". De esta manera nació Como un puntito, que realizará hoy a las 15 y 16.30 sus últimas dos funciones en el escenario de El Centro Cultural El Núcleo (6 Nº 420 entre 40 y 41).
Según la creadora y directora del espectáculo, la historia transcurre en una cueva, donde los dos personajes principales: Malén y Totó (interpretados por Marina Licciardo y Diego Guzmán, respectivamente) jugaban cuando eran niños. En un determinado momento, Totó recibe una carta de su abuelo, en la cual le comunica que tiene que ir a buscar un tesoro a la cueva donde se encontraba a jugar con Malén. Los dos se dirigen hasta el lugar para encontrar el tesoro y, de repente, escuchan ruidos extraños, pero tienen que vencer el miedo y saber qué son esos sonidos. "A medida que se desarrolla la historia, los personajes se dan cuenta que el tesoro no es algo material, que no se puede vender ni comprar, sino que es algo para compartir, algo que está en nosotros", aclaró González. Y agregó: "la idea de la obra es hacer una reseña de las distintas miradas del origen del Universo, que apuntan a lo mismo, a que somos un puntito en este Universo, como lo indica el título".
La compañía teatral Devenir, que dirige Gustavo Vallejos (Ver Cuadro), es la responsable de esta propuesta que fue encarada, según Verónica González "al igual que todas nuestras obras: con muchísimo respeto de nosotros hacia el público, y diferenciamos el público infantil del adulto sólo por una cuestión formal, pero ambos merecen el mismo respeto, aunque el infantil requiere algunas cosas puntuales". A pesar de esto, la creadora de Como un puntito señaló que "uno tiene que tener en cuenta que los chicos nuevos son aviones a chorro, no se les puede dar la papilla masticada, porque entienden mucho más de lo que creemos. Así que es un desafío jugar con ellos, plantearles propuestas divertidas, generadoras de juegos y de pensamiento, porque la idea última del teatro, en cualquiera de sus orientaciones, es generar preguntas".
El ritmo. Desde el 19 de julio y hasta hoy, la obra Como un puntito viene realizando dos funciones diarias en la sala de El Núcleo, lo que significa un "desafío" para los integrantes, pero al mismo tiempo es "importante tener un cuerpo entrenado y dispuesto a hacer una o la cantidad de funciones necesarias, porque el cuerpo tiene que poder cumplir", explicó González, quien agregó: "tenemos la posibilidad de comparar una función con la otra, que siempre son distintas y dependen del público, y hay un crecimiento muy fuerte, porque no siempre se tiene la posibilidad de hacer dos funciones seguidas".
La creadora de Como un puntito resaltó la predisposición de los adultos de acercarse al teatro en vacaciones y cree que sería "fantástico" que eso se mantenga durante todo el año, porque el resultado se ve: "los chicos se quedan pensando y jugando con lo que ven, la obra es generadora, hace que la imaginación vuele y es una alternativa al igual que los libros, el cine y las muestras, que generan cosas nuevas".
Fuente: http://www.elargentino.com/nota-99515-medios-122-Distintas-miradas-del-origen-del-Universo.html
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