25/07/10/“Julio César en Egipto” La ópera de Haendel sube hoy en el Argentino, en una actualizada producción escénica.
Por Federico Monjeau
El Teatro Argentino de La Plata lo anuncia como la primera producción propia de una ópera barroca en sus 120 años de historia: Julio César en Egipto , ópera italiana escrita por el alemán Georg Friedrich Haendel y estrenada en Inglaterra en 1724. También se anuncia como una suerte de operación “retorno, ya que la producción estará a cargo de argentinos radicados en el extranjero desde hace aproximadamente unas tres décadas: el director del orquesta Facundo Agudín, el régisseur Gustavo Tambascio y la mezzo Nilda Palacios, quien en el rol de Julio César encabeza un elenco completado por Flavio Oliver (Ptolomeo), Paula Almerares (Cleopatra), Cecilia Díaz (Cornelia), Adriana Mastrángelo (Sexto), Sebastián Sorarrain (Aquilas), Damián Ramírez (Nireno) y Mariano Fernández Bustinza (Curio).
Nacido en 1948, Gustavo Tambascio es un director escénico de reconocida trayectoria en España, donde está radicado desde hace 22 años (antes de eso estuvo 11 en Venezuela). Se mueve alternativamente entre el repertorio antiguo y el contemporáneo (tanto en ópera como en teatro de prosa), y acaba de recibir (ayer mismo fue oficialmente notificado) el Premio Campoamor, que elige asociación de críticos de España entre todos los espectáculos presentados durante el año en el país. Tambascio fue premiado por su producción de Partenope ( ópera del barroco napolitano, de Leonardo Vinci, que no se representaba desde 1730), y compitió con el Tannhäuser (Wagner) de Werner Herzog, Los troyanos (Berlioz) de la Fura dels Baus y el Orfeo (Monteverdi) de Pier Luigi Pizzi, entre otras destacadas realizaciones.
Sobre la presente puesta de Haendel en La Plata, Tambascio explica a Clarín : “La encaro básicamente desde los principios de la retórica y la gestualidad del barroco, estudiada y trabajada a partir de los tratados de la época. Es menos preciosista que otras puestas anteriores, ya que en un momento la obra da un salto hacia adelante, precisamente a la Argentina de los años 50, que también es una época bastante barroca.
¿En qué sentido? En varios. El segundo acto comienza en un interior que podría ser la casa de Zully Moreno o Argentina Sono Film. La idea es: ‘no soy lo que soy, sino lo que quiero mostrar o lo que el público quiere de mí’, y esa es una artificiosidad muy propia del barroco. Otra parte de ese acto transcurre en el cementerio de la Recoleta, que es el lugar más barroco de la Argentina. Los cincuenta son años barrocos, con los grandes discursos desde los balcones, el peronismo y el antiperonismo, los muertos sin sepultura. Es como en esta ópera de Haendel, que empieza con Julio César que tiene en su mano la cabeza de Pompeyo, y Cleopatra quiere enterrarla a toda costa”.
El equipo de Tambascio es completado por sus habituales colaboradores Daniel Bianco (escenografía), Jesús Ruiz (vestuario) y Yolanda Granado (coreografía). Las luces están cargo de Luis Fiorruccio y el Coro está preparado por Miguel Martínez.
Fuente: http://www.clarin.com/espectaculos/musica/Opera-Barroco-guino-criollo_0_304769764.html
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