Clásica / Marcelo Lombardero y Alejo Pérez
La ópera de Wagner sube a escena hoy en el Teatro Argentino de La Plata
Viernes 19 de agosto de 2011 | Publicado en edición impresa
Por Veronica Pages | LA NACION
Un segundo antes de que comience la entrevista con La Nacion, el escenógrafo Diego Siliano llama al interno de Marcelo Lombardero, en la dirección del teatro, para que vaya a la sala un minuto. Necesita mostrarle algo. "¿Me acompañan? Debe de haber pasado algo -dice Lombardero a Alejo Pérez, director musical del Argentino de La Plata, el otro entrevistado, a esta cronista y al fotógrafo-; de paso, hacemos las fotos ahí."
La platea está completamente a oscuras; en el escenario, un doble juego de telas transparentes refleja las imágenes que se proyectan desde un equipo de altísima definición. Todo está medio borroso. "¿Qué pasó?", pregunta Lombardero, apenas preocupado. "Nada. Vení, ponete esto. Ustedes, también -dice sonriente Siliano, extendiendo unos anteojos de cartón con un lente de papel rojo y otro azul-. ¡3D!" Y tiene razón. Con los lentes puestos, todo en el escenario logra no sólo nitidez, sino volumen. "¡ Tristán... en 3D! -dice Lombardero, muerto de risa-. ¡Una maravilla!" Mira a la cronista y aclara: "Sólo estamos probando, pensando en el año que viene. Con Tristán, hay mucha tecnología en juego, pero no esta tecnología".
Se respira cierta euforia en el Teatro Argentino de La Plata. Llegar tan cómodos al estreno de un espectáculo de la envergadura de Tristán e Isolda -esta tarde, a las 19- les estampa a todos los involucrados una sonrisa poco disimulable en el rostro. Es la primera vez que sube a escena en el teatro platense una ópera de Wagner en idioma original. "La representación de esta ópera es siempre un acontecimiento en sí mismo. Hay muy pocos teatros en el mundo que pueden hacer Tristán e Isolda ; no todos los coliseos tienen la capacidad técnica y artística de representar un espectáculo de este tamaño. De hecho, en el mismo Colón sólo se ha puesto dos veces en los últimos 34 años", señala Lombardero, que, además de director artístico del teatro, es régisseur de esta puesta. Más o menos lo mismo sucede con Alejo Pérez, que también cumple doble rol como director musical.
Además, esta puesta es la que había pensado Lombardero para abrir la temporada lírica del Colón en 2008, cosa que no pudo hacer por el cambio de gobierno y el consecuente cambio de autoridades. Hoy se da el gusto.
-¿En qué radica la dificultad de llevar adelante esta obra?
Pérez: -Wagner rompe con la estructura de números cerrados de la ópera y propone una concepción radicalmente diferente de discurso artístico, de muchísimo más largo aliento, sostenida en una suspensión eterna de tensiones sin ámbitos de reposo. Se le suele criticar a Wagner su tendencia a la extensión, pero es parte intrínseca de lo que él está buscando. Es como entrar en un túnel muy, muy largo, en el cual, uno forzosamente -como intérprete y como espectador- entra en un estado perceptivo infrecuente. Por otro lado, musicalmente, la obra plantea unas dificultades tremendas para los cantantes y para la orquesta; es de una exigencia física, mental y emotiva extrema. Mantener la concentración y el grado minucioso en el detalle durante cinco horas es todo un reto.
Lombardero: -Y las dificultades técnicas no son menores, ya que deben acompañar a este complejo hecho musical. Pero ésta es la cuarta reposición que hago de esta producción que creé, en 2007, para el 150° aniversario del Teatro Municipal de Santiago de Chile; se repuso allí en 2009 y el año pasado se estrenó en la Opera del Estado de Praga. Esto alivia el trabajo, una producción ya transitada es mucho menos riesgosa; y en este punto nos parecía pertinente tener una a favor.
-¿A qué apunta tu puesta?
Lombardero : -Lo que intenté es alivianarle un poco el peso a la obra, hacerla atractiva visualmente; la tecnología bien empleada siempre asombra y aquí echamos mano -con la ayuda de Diego [Siliano]- a una escenografía virtual con proyecciones impactantes. Es que acá la dramaturgia pasa por lo musical; no hay una acción dramática concreta; imaginate que Tristán tarda 50 minutos en morirse. En algún punto, el trabajo del director de escena en una ópera como ésta es un poco frustrante porque, en este caso, es el de solucionar problemas a los cantantes, al director de orquesta. Trato de que encuentren posibilidades de expresar esto de manera cómoda, en un largo aliento? El resto es tratar de ayudar a que la música sea comprendida y que el espectador esté tranquilo para disfrutar. Sin duda, la ópera en general y Wagner en particular son una posibilidad única de encontrar un remanso de concentración, en este mundo donde todo te viene digerido. La idea es que, durante un lapso, te sientes en una platea a escuchar música sublime con una bella leyenda que habla del amor, la traición, la venganza, el dolor, la pasión.
-¿Hubieses programado este título con otro régisseur ?
Lombardero: -El conejillo de Indias debía ser yo. Podría haber pensado en otro puestista, pero creímos que se daban las condiciones para que fuera así, por eso de tener la obra muy transitada, y además me encanta trabajar con Alejo.
Pérez: -Además, Tristán... no es un título en el que se pueda tomar el riesgo de conformar una dupla director de orquesta y de escena que no funcione, que no tenga realmente una buena química. En ese sentido, con Marcelo tenemos el conocimiento porque lo hemos hecho muchas veces. Existe una química artística entre nosotros, que nos garantiza un buen funcionamiento en aras de llevar el espectáculo hacia adelante, y eso es crucial en un título de este porte.
-¿Cómo se conocieron?
Lombardero : -Del CETC [Centro de Experimentación del Teatro Colón], de cuando apostaba a la creación y a la formación de artistas nacionales nuevos. Tuve la suerte de cantar la primera ópera que compuso Alejo, Tenebrae , con puesta de Rita Cosentino, en 1999.
Pérez: -Pero antes ya habíamos hecho otras cosas en el CETC, con la guía de Gerardo Gandini. Ya perdí la cuenta de la cantidad de cosas que hicimos juntos.
PARA AGENDAR
Tristán e Isolda, de Wagner. Teatro Argentino, Av. 51, entre 9 y 10, La Plata. Hoy, a las 19; domingo, a las 17; jueves, a las 19; sábado 27 y domingo 28, a las 17. Desde $ 15.
Fuente: http://www.lanacion.com.ar/1398836-tristan-e-isolda-al-fin
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