jueves, 1 de julio de 2010

Una gran puesta para Rigoletto

Resultó muy adecuada la marcación de los personajes, así como el manejo de masas sobre el escenario, especialmente en escenas palaciegas, realzadas por el suntuoso vestuario y la iluminación Foto: LA NACION

Destacado trabajo del régisseur Pablo Maritano, en la producción de la ópera de Verdi que está presentando el Argentino

Jueves 1 de julio de 2010 | Publicado en edición impresa LA NACION

Rigoletto . De Giuseppe Verdi. Por el Coro (dirección: Miguel F. Martínez), y la Estable del Teatro Argentino, dirigida por Guillermo Brizzio. Régie: Pablo Maritano. Escenografía: Daniel Feijóo. Vestuario: Sofía Di Nunzio. Con: Lisandro Guinis, Sabina Puértolas, Darío Schmunck, Christian Pelegrino y otros. En el Teatro Argentino. Próximas funciones: Hoy; a las 20.30; domingo, a las 17; jueves y sábado próximos, a las 20.30.
Nuestra opinión: buena

Aspectos dignos de mención tiene esta nueva producción escénica de la célebre ópera de Verdi realizada por el Teatro Argentino, con una ambiciosa puesta, creativa en más de una faceta y ofrecida con muy buen sentido del espectáculo. En este orden, el elenco de voces que tuvo a su cargo dar vida a este drama que agita pasiones profundas del corazón humano, motivadas por severos cuestionamientos morales, fueron enmarcadas en un contexto musical y escénico con ideas claras y explícitas, una escenografía muy bien regulada, según las instancias del drama de Víctor Hugo que sirvió de base al libreto de Piave y al memorable planteo musical de Verdi, fundamento de su perdurabilidad.

Para mantener su vigencia dramática, Rigoletto requiere de un elenco de voces de primer orden y desempeños actorales concomitantes, objetivo que se alcanzó sólo en parte en esta ocasión, salvo excepciones. No obstante, resultó muy adecuada la marcación de los personajes por la dirección escénica, así como también el manejo de masas sobre el escenario, especialmente en escenas palaciegas, además del realce aportado por el suntuoso vestuario y la apropiada iluminación.

Transpuesta la pujante y sonora introducción por la Orquesta Estable, desprovista de matices, aunque coincidente con el carácter admonitorio del tema, la relación entre el foro y la escena corrió mayormente por cuenta de los cantantes, quienes aportaron -aunque con distintos niveles de rendimiento- la consiguiente cuota de lirismo que sus partes requerían. En el papel protagónico, el barítono Lisandro Guinis compuso un personaje convincente e histriónico, eficaz en la emisión vocal, aunque no siempre en la afinación; su rendimiento fue desparejo pero acertado en el tono, fuera amenazante o sarcástico, así como suave y tierno junto a su desventurada hija Gilda.

Brillante soprano

Este papel fue asumido por la relevante soprano española Sabrina Puértolas, de brillante desempeño en la traducción de su personaje, provista de excelentes condiciones vocales como soprano de coloratura, con fácil acceso y seguro dominio del sector agudo del registro, y un fraseo que alcanza especial refinamiento expresivo para traducir las facetas anímicas de Gilda, como se pudo apreciar en "Caro Nome" que logró una ovación. Darío Schmunck (Duque de Mantua), ni por su caudal ni por su intención logró estar a la altura de los requerimientos vocales belcantistas, salvo en el último acto. Christian Pelegrino compuso con bien timbrada voz un excelente Sparafucile, y Mónica Sardi (Maddalena), tuvo buen desempeño vocal y actoral. Asimismo, Ernesto Bauer (Monterone) y Alberto Jáuregui Lorda fueron muy convincentes en sus papeles; y correctos Matilde Isnardi, Oriana Favaro y Cecilia Pastawski. Fue excelente el desempeño del Coro Estable preparado por Miguel Fabián Martínez .

Héctor Coda

Fuente: http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1280223

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