
La organización local quiere enviar a algunos de sus miembros a Belén, un humilde poblado del vecino país con profundas urgencias sociales y sanitarias
Aunque la cuestión no revista gravedad, pasar por una internación hospitalaria es una circunstancia que a nadie le gusta vivir, porque conlleva miedo y ansiedad, entre otras sensaciones indeseadas.
Para paliar esas fastidiosas horas de reposo, aparecen ellos, con sus colores, sus enormes sombreros, valijas con curiosos elementos, y sonrisas de oreja a oreja. Los payamédicos, con la misión de cuidar la salud desde el arte y la distracción, entran a las habitaciones dispuestos a desdramatizar la hospitalización, y despojarla de su costado traumático.
En nuestra ciudad, la organización cuenta con unos 25 miembros que trabajan de manera activa todas las semanas en el Hospital de Niños y también en el Rossi.
Contentos con la tarea que realizan, lo que buscan a partir de ahora es no restringirla solamente a las salas de hospital, y poder llevar su trabajo a lugares donde las profundas carencias diarias quizá dolerían un poco menos si la gente riera más.
Y la oportunidad para hacerlo está a punto de llegar, cuando cuatro miembros de Payamédicos La Plata viajen al poblado de Belén, en Iquitos, Perú, un lugar muy humilde que, como parte de un proyecto avalado por la Organización Mundial de la Salud, recibe todos los años a payamédicos de todo el mundo, que lo asisten en diferentes aspectos.
La experiencia surge de un proyecto ideado por “Bola roja”, los payamédicos de Perú, en conjunto con el Instituto Gesundheit, fundado por Patch Adams, el estadounidense inventor de la risoterapia como método terapéutico.
Son dos semanas en el mes de agosto, durante las cuales se hace una amplia intervención en la población que padece imperiosas profundidades económicas, sociales y sanitarias.
En diálogo con Hoy, la payamédica Verónica Urbieta contó que el Proyecto Belén -tal el nombre que recibe-nació hace seis años, y tuvo como primera misión la tarea de pintar el frente de las casas de los habitantes.
Como durante varios meses al año el río crece y tapa las calles del barrio, las humildes casitas están construidas a dos metros de altura. Los primeros payamédicos que arribaron al lugar llevaron pintura y pinceles, y dejaron que los residentes eligieran los colores y diseños que querían para sus viviendas.
Ya desde ese primer viaje, con poco se pudo hacer mucho, porque embellecer el lugar desde lo estético fue la puerta de entrada para dar vida a un trabajo integral que mejorara la calidad de vida de la gente de Belén.
A partir de entonces, en los viajes siguientes se fueron organizando talleres para chicos y grandes de títeres, plástica, música, percusión, y más. Todo lo que sirviera para darle a la gente herramientas artísticas para poder expresarse. También se brindan charlas sobre un tema de salud en particular, que varía cada año. Y, por supuesto, la actividad primaria de los payamédicos, que es recorrer hospitales, centros de salud y neuropsiquiátricos. Todos los días, sale un micro lleno de “payas” por las calles de Iquitos -ciudad a la que pertenece Belén- con la meta de alegrarle las horas a quienes la cama de hospital les borró la sonrisa.
Algunos payamédicos platenses ya viajaron en 2008, y ahora otros volverán a hacerlo. Según cuenta Verónica, “es una buena experiencia para aprender a trabajar en un proyecto de tal magnitud, que esperamos podamos implementar acá en un futuro”. En ese sentido, explicó que “nos sirve para llevar lo que sabemos hacer en una sala de hospital hacia el afuera, tomando a todo un pueblo como si fuera un gran paciente”.
Con su voluntad de fierro, más pronto que tarde los payas platenses podrán volcar todo lo que aprendan en Belén en las necesitadas y sufridas calles de la periferia de nuestra región.
Fiesta para juntar fondos
Esta noche habrá una fiesta con el objetivo de juntar fondos para el viaje de los payamédicos. Será en el Centro Cultural Casa Zaragoza, 53 entre 3 y 4. Habrá varieté de clown y música: cumbia de la mano de Las Nunca Bien Ponderadas, y también algo de rock. A partir de las 22.
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