sábado, 8 de octubre de 2011

“No comprendo a la gente que no tiene dolor”

POR LA PROPIA “NO SEGUÍ UN MANDATO; ESCUCHÉ MI VOCACIÓN”, DICE LA HIJA DE BARTOLOMÉ MITRE Y BLANCA ALVAREZ DE TOLEDO.

PERSONAJES Entrevista. Esmeralda Mitre. Interpreta a Ofelia en “Hamlet”, dirigida por Juan Carlos Gené, y a una actriz glamorosa que termina fracasada, en el filme “Vaquero”, de Juan Minujín.

08.10.2011 | Por Marina Zucchi

Esmeralda Mitre cree en la romántica suposición teatral de que es el personaje el que elige a la persona. De hecho, siente que su sufrida Ofelia en Hamlet (en el Presidente Alvear) funciona como su “espejo”. “Es luminosa, sensual, de vanguardia, tiene voz, carácter y dolor”, narra.

Sobre el dolor, justamente, la actriz con nombre de piedra preciosa y apellido aristocrático, tiene su teoría: “Hay que conocerlo para poder expresar verdad en la ficción. Yo lo conocí, lo indagué hasta el fondo y salí de él. No es cuestión de vivir tragedias para darse cuenta de que la vida es dura, de que no se trata más que de ir aguantándola. El arte está atravesado por el dolor. No comprendo a la gente que no tiene dolor”.

A los 30 años, la hija de Bartolomé Mitre y Blanca Alvarez de Toledo siente que logró algo más grande que corporizarse en un texto de Shakespeare: trascender a los preconceptos de algunos colegas. “Con el tiempo pensé que lo de Esmeralda Mitre se iba a ir achicando y apagando a medida de que me fuera mejor, y veo que en realidad, se agranda más mi nombre. No se apaga la intriga de los periodistas o de la gente. Y ése es un misterio para mí”.

En un edificio con fuentes de agua incluidas, patios de estilo colonial y plantas que alegran el alma, Esmeralda habla con convicción de su periplo actoral. “Me costó el doble que a cualquier otro entrar al mundo del teatro, porque ahí no se entra porque alguien se llame como se llame. La verdad es que yo misma tuve que olvidarme de quién era, ir haciéndome de a poco”, explica.

El “hacerse” implicó estudiar con maestros como Luis Agustoni, Juan Carlos Gené -quien ahora la dirige en Hamlet-, Miguel Guerberoff y hasta David Mamet, en Nueva York. La teoría se cristalizó en obras como Play, de Beckett, o La gata sobre el tejado de zinc caliente, de Tennessee Williams.

Mauricio Kartun dice que llevar a Shakespeare a la calle Corrientes es como transformarlo en “un Shakespeare con bozal”, como “armas de juguete que hacen ruido, pero no disparan”. ¿Qué opinás?

Es posible, pero en este caso se lo llamó a Gené, y Gené no se tuerce, esté donde esté; no lo hace.

Pensando en tu historia familiar, ¿qué lugar le das al prestigio?

Es muy importante, por la educación que tuve de parte de mis padres, la cual agradezco. Ellos siempre esperaban más, y lo agradezco porque sino hubiera sido mediocre. El prestigio es importante porque es verdad: tomar un lugar, hacerte dueño de un sitio en una sociedad, ir mostrando lo que sos, contar algo. Me gusta el prestigio, pero sin solemnidad.

La mujer que siente en su nombre la sonoridad de una estrella “de Hollywood de los años ‘20”, la misma que goza del “regalo a los 30 años” del papel de la enamorada Ofelia (en dupla con Mike Amigorena), ve su presente como la prolongación de su infancia: “De nena, vivía con un tutú rosa y una corona de brillantes, me inventaba un mundo principesco”, evoca.

Hoy, Esmeralda festeja haber hecho lo que Ofelia, no: “Por no torcer el mandato, ella termina loca. Yo me salvé. No seguí un mandato, escuché mi vocación. Eso sí, la fama es mentira. Juego con ella, pero no le creo”, asegura.

Fuente: http://www.clarin.com/espectaculos/personajes/comprendo-gente-dolor_0_568743382.html

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