sábado, 22 de octubre de 2011

El pájaro de fuego


OFF, el suplemento de los teatros

Diagonales / 22.10.2011 | El ballet que consagró a Stravinsky sube a escena por última vez en el Teatro Argentino

El encanto del pájaro

La nueva versión de El pájaro de fuego fue creada por el coreógrafo Jorge Amarante con total libertad. Las autoridades del Teatro Argentino le brindaron la confianza para armar una nueva puesta de este Ballet que escribió Igor Stravinsky a los 28 años (basándose en un cuento folclórico ruso) y que lo convirtió en un compositor famoso cuando presentó por primera vez la pieza en París (Francia).

“La dirección me permitió hacer lo que me pareció, se acostumbra a cambiar pero este es un cuento antiguo muy interesante y quise respetar lo más posible el argumento original. Sólo hice pequeños cambios después de ver la original, pero mi propia versión intenta transmitir la idea del cuento en general”, es lo que comenzó relatando Amarante sobre su labor.

Con un estilo “muy variado” (se verá a los bailarines en zapatillas de punta, media punta y haciendo “cosas de contemporáneo”) este ballet -sobre la base original coreográfica de Mijail Fokin- está dirigido a todo público y Amarante tuvo que “pensar mucho” lo que respecta al armado global de El pájaro de fuego, ya que la puesta en escena también estuvo a su cargo. “Sinceramente, es una obra difícil: tuve que pensar qué lenguaje utilizar, qué tipo de estética emplear, ver hacia donde quería ir, trabajar sobre la coreografía, porque toda la pieza tiene sus complejidades”. A pesar del arduo trabajo, las dificultades que iban surgiendo las resolvió a medida que aparecían, pues la obra en sí -y musicalmente- es sumamente rica: “Stravinsky la compuso a los 28 años, tuvo su gran reconocimiento y después se abocó a obras más elaboradas, pero esta no es sencilla: no por el corto tiempo (45 minutos de duración) es insignificante, se le da importancia a los detalles y es atractivo todo: la gran cantidad bailarines en escena y la orquesta en el foso”.

Otro de los aspectos que no se puede obviar al momento de presenciar este ballet es que en Argentina hace casi cuatro décadas que no sube a escena, por eso para el coreógrafo “fue muy importante el desafío y lo viví como una linda experiencia. Yo conocía la obra por video, nunca la vi en vivo así que eso también fue complejo de transmitirle a los bailarines”.

Génesis

Los ensayos de El pájaro de fuego comenzaron 45 días antes del debut (el pasado 16 de octubre). La pieza está incluida en un Programa mixto de Ballet pero gracias a que la otra obra es una reposición (Estancia-Suite, de Alberto Ginastera) el cuerpo estable dispuso de prácticamente todos los horarios y las salas para la puesta a punto. Esta facilidad ayudó a terminar el producto “de la mejor manera”, reconoció Amarante, que contó con la colaboración del maestro de la compañía: Mario Galizzi.

Los distintos repartos (hay dos elencos para las diferentes funciones) se repartieron para ensayar y tras varios días de práctica se concretaron cuatro ensayos de escenario, más dos con la orquesta, tres pregenerales y un general: “fueron bastantes ensayos en escenario, como debe ser”.
“A la par, las distintas secciones y talleres hicieron lo suyo: fui supervisando y coordinando cosas con la gente de vestuario, de escenografía, estuve repartido con ellos para ver como se confeccionaban todos los diseños”, precisó Jorge Amarante, que detalló: “Cuando armo las obras las armo en forma conjunta. Yo plasmo mi idea y le voy dando mis necesidades al equipo. En el caso de El pájaro de fuego dije: necesito una escalera. Después, de que forma, de que manera, lo fuimos charlamos, el escenógrafo me da sus opiniones, su parecer, y se aprueba”.

Cuando la idea se “visualizó”, cada grupo de trabajo va trazando el camino: “yo expreso lo que necesito y después ellos se dirigen hacia donde mejor les parece. En la puesta en escena quería que el árbol tuviera las raíces para arriba, pero el diseño del árbol es del escenógrafo (Tito Egurza). Yo pedí la escalera, él hizo una tarimada ocupando el escenario, él lo propuso y me pareció bárbaro. Yo necesitaba 6 hamacas y me dijo se pueden poner en este lugar, no en el que vos decís, y le dije, bárbaro. Es un ida y vuelta. Es un diálogo muy fluído y lo mismo pasó con el vestuario”.

De postergaciones y modificaciones

“Su” idea con respecto al extenso período en el cual el Ballet no se presentó en nuestro país parte de la base de una posible ambigüedad a la hora de señalar al público al cual está dirigida El pájaro de fuego. Amarante piensa que “es un cuento medio fantástico, medio infantil, pero por más que la estética no sea infantil sigue siendo un cuento de hadas y a eso se le suma que dura 45 minutos. Es una obra difícil para interpretar, muy hermosa pero complicada así que es muy costosa, y llevarla al público infantil quizás no es redituable. Tiene ciertas particularidades, es apta a todo público pero no encarado al público infantil, pero por otro lado no deja de ser un cuento de hadas, está ahí dando vueltas, no se puede ubicar en un aspecto en cuanto a un público y quizás por eso no se estuvo haciendo”.

Además es “una obra musical difícil para la orquesta y para el ballet. A pesar de que es un cuento simple, es grandilocuente, hay mucha gente en escena tiene importancia la escenografía, por eso creo que, por ese lado siempre quedó medio ahí, en el cofre”.

Los cambios que el coreógrafo introdujo fueron “pequeños” y como señaló en varias oportunidades, no alteraron la esencia de la pieza de origen: “en el cuento original, el alma del brujo está encerrada dentro de un huevo y ese huevo está dentro de un cofre. El pájaro le da a conocer a Iván que dentro del cofre está encerrado el huevo que contiene el alma y lo que Iván hace es romper el huevo, con lo cual el brujo termina muerto. En mi historia el sentido es el mismo porque el brujo muere. Pero la variación está en que se corta una manzana dorada, cuando al principio de la obra la princesa arranca una manzana y es esa misma fruta la que contiene el alma del brujo. No lo sabe nadie, ni la princesa, ni las doncellas, el pájaro es el único ser que conoce ese secreto”. Aunque en la versión original sí aparece un árbol de oro que da manzanas doradas, las princesas bailan y el pájaro revolotea alrededor de él, pero lo que hizo Amarante fue darle “un lugar más importante al árbol, que no ocupe un espacio sólo decorativo”.

Con respecto a la danza, el número de doncellas también se alteró: en lugar de 13 aquí son 8 y en la “visión” del coreógrafo estas bailarinas tienen un lugar “preponderante”. Se implementaron las hamacas, el árbol está raíces para arriba, pero siempre hay que rescatar que “la esencia se mantiene”.

Un datito más: aunque este pájaro de fuego se compare con el ave fénix, hay que tener en claro que este personaje “no muere y renace de las cenizas, el pájaro siempre está, es sumamente poderoso”. Para dejarse encantar por este ser y todo lo que lo rodea, no hay que desperdiciar la última oportunidad para verlo: esta noche a las 20.30 cuando despliegue sus alas por la sala Ginastera del Teatro Argentino.

[Ficha técnica]

El Pájaro de Fuego, con música de Igor Stravinsky, cuenta con la coreografía y puesta en escena de Jorge Amarante. La escenografía y el diseño multimedia estuvieron a cargo de Tito Egurza, el vestuario es de Mini Zuccheri y la iluminación de Roberto Traferri.

Los integrantes del Ballet estable que interpretaron los papeles principales fueron: Julieta Paul y Larisa Hominal (como el Pájaro de Fuego), Benjamín Parada y Bautista Parada (como el Príncipe Iván), Gustavo Marchioni y Darío Lesnik (como el Mago Kostchei), y Aldaba Bidegaray y Stefanía Vallone (como la Princesa).

[El Dato]

Luego de 3 presentaciones (16, 20 y 21 de octubre 2011) hoy será la última vez que se podrá ver el programa mixto de Ballet que integran las obras Estancia-Suite, con música de Alberto Ginastera y coreografía de Carlos Trunsky; y El Pájaro de Fuego, con música de Igor Stravinsky y coreografía y puesta en escena de Jorge Amarante. La función comienza a las 20.30, en la sala Alberto Ginastera del Teatro Argentino (51 e/ 9 y 10).


Una aproximación a la obra desde la obra


El príncipe Iván ha salido a cazar por la noche. Cansado, se detiene y queda profundamente dormido. Al despertar se encuentra sorprendido por la transformación que sufrió el bosque, el que se convirtió en un jardín encantado y pertenece al malvado Kostchei, el Inmortal. Repentinamente aparece un extraño ser, mezcla de pájaro y mujer de resplandeciente figura, que revolotea entre los árboles. Iván lo persigue y logra capturarlo pero, conmovido por las súplicas que éste le dirige, le concede la libertad, obteniendo a cambio una pluma mágica.

Poco después, el príncipe descubre a un grupo de ocho doncellas danzando en torno a un árbol muy especial, del cual nacen manzanas de oro. El joven se les acerca, y al instante se enamora de la princesa, el ser hermoso jamás visto que baila con su sequito. Para demostrar su amor, le obsequia a la princesa el objeto más preciado por él, la pluma, que acababa de entregarle el pájaro.
Al amanecer, los guardines servidores de Kostchei hacen prisionero al joven Iván, al que el brujo quiere convertir en piedra. Cuando está a punto de conseguirlo, la princesa intercede y le devuelve la pluma sin conocer el verdadero poder que encierra tan maravilloso objeto. El príncipe acude a la ayuda del pájaro de fuego agitando la pluma que éste le ha dado. El pájaro aparece y enfrenta al mago, venciéndolo momentáneamente.

El místico ser volador encanta a los guardianes de Kostchei, y los envuelve en una danza infernal que termina por derrotarlos. Luego canta una canción de cuna con la que todos son vencidos por el sueño. Kostchei aparece con sus últimas fuerzas para derrotar al pájaro. Este maravilloso ser, único enemigo del mago y conocedor de su secreto, lo confronta revelando a todos que el malvado Kostchei tiene escondida su alma dentro de una de las manzanas de oro. Es así que se apodera de ésta y la fracciona en dos mitades con lo que deja escapar el alma del Mago y destruye toda su magia.

Con el despertar de los soldados petrificados y liberados todos los seres que estaban bajo dominio del Mago, Iván y la princesa celebran su boda contemplando un nuevo inicio.

Fuente: http://www.elargentino.com/nota-163298-El-pajaro-de-fuego-.html

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