En la sala A del pasaje Dardo Rocha
Diagonales / 14.10.2011 | Dos únicas funciones de la obra de teatro Llueve en Barcelona
Como en la antigüedad, cuando el teatro era el foro público para pensar las problemáticas sociales y su incidencia en el mundo privado, hay temas tan sensibles que necesitan ser observados al resguardo de la cuarta pared.
En ese sentido, la propuesta de la obra Llueve en Barcelona, que se presentará mañana y el domingo a las 21, lucha contra cierto sentido de los común que determina que los trapitos sucios se lavan en casa. Pero discrepando con los que plantean que la obra es polémica –esa forma vacua que integra el desnudo frontal de Cintia Fernández con una obra teatral–, es un ejercicio intenso de reflexión sobre un tema que por más que sea tratado una y otra vez sigue siendo complejo.
Según el director, Yoska Lázaro, la obra parte de un "texto sencillo" que relata la historia de Lali, una prostituta que viven en el barrio del Raval de Barcelona, conocido por albergar en pleno centro de la ciudad un crisol de culturas, yonquis, prostitutas en sus casonas antiguas.
La protagonista vive con Carlos, su chulo, sometida a los golpes, pero desde hace dos años mantiene una relación especial con David, un librero casado, con quien busca superar su soledad y lo que piensa merecer para sí misma. El director explica lo arriesgado en el movimiento de poner a una prostituta como protagonista de esta historia: "venía de cuatro temporadas consecutivas de Los errores de Noe, una obra que pensaba la última dictadura argentina.
Me copé en esa línea, me interesa todo lo que puede ayudar a una reflexión sobre las cosas a nuestro alrededor, sobre la sociedad en la que vivimos. Tratar el tema de la violencia de género pero desde la mirada de una prostituta, me parecía un movimiento dramatúrgico muy importante por parte de Pau Miró (el autor), porque al espectador le permite reflexionar desde cierta distancia que la gente pone al tratarse de una prostituta, para luego pegar el salto y darse cuenta que esto sucede en todos lados, no sólo en esos sectores."
Que Lali sea una prostituta no es un detalle menor porque se corre el riesgo de favorecer la estigmatización. Sin embargo, la obra sale airosa de la prueba e incluso cuenta con el aval de la Asociación de Meretrices Argentinas (AMMAR), que la calificó como "una obra inteligente y cálida que se despliega en un tono de intensa melancolía.
Y sobre todo, una obra realista, que refleja aristas de la intimidad de nuestro trabajo. Una mujer trabajadora sexual, un proxeneta y un cliente forman una íntima tríada, dónde se juegan aspectos que nos resultan familiares, como trabajadoras y como mujeres."
Por otro lado, esta obra cuenta con un elenco íntegramente español conformado por Esther Ramos (Lali), Iñaki Moreno (David) y Kike Gómez (Carlos)y, a pesar de ser producida en nuestro país, piensa a la ciudad de Barcelona.
Yoska explica: "me gusta el hecho de que fuera en Barcelona, porque normalmente aquí en la Argentina persiste esa idea del primer mundo y el tercer mundo, con la que no estoy de acuerdo. Situarla en Barcelona, una ciudad cosmopolita y moderna, permitía entender que es una problemática universal, no sólo de Latinoamérica. Porque lo peor que puede pasar es la normalización del absurdo."
En la obra se da cuenta de la mezcla de inmigrantes y de gente que ha vivido en esas calles de Raval "de putas viejas y de putas nuevas, de algunos yonquis viejos y de algunos nuevos; también la fauna universitaria se mezcla en el barrio, como también los que salen del museo o los que van al teatro de la ópera, esa mezcla de mezclas (…) En ese límite donde se encuentran los espacios de la cultura oficial y los espacios de la marginalidad es donde se escribe sola Llueve en Barcelona."
Dentro de esta obra tan española, el toque argentino lo da la participación especial de Elizabeth Vernaci, en una voz en off que trae a la obra "un testimonio de una prostituta del Raval que fue inspirador para la dramaturgia de este texto. La protagonista Lali tiene mucho que ver con este testimonio entonces había algo romántico en que una persona con la popularidad y el nombre de la Vernaci tomara las palabras de una prostituta anónima para que pueda llegar a tantos lugares.
Además, no se trata de cualquier locutora es una persona portante de una voz de mujer que, más allá de los personajes y del humor, dice las cosas como son y eso para nosotros es muy necesario. La obra puede volverse un poquito intensa pero no tenemos otra forma de tratar el problema, si no planteáramos el tema así, me sentiría cómplice de silenciar algo que está sucediendo todos los días."
Yasko llegó al país en el 2003 de la mano de un elenco argentino de Confesiones del pene, obra con la que recorrió el país completo "dos veces". Instalado en el país fue parte de la halagada Los Errores de Noé, con la que se compró a la crítica capitalina. Sin embargo va por más y busca superar la concentración del teatro en capital lanzandose a girar primero por La Plata, luego Rosario, Mendoza, y hasta España no para.
Fuente: http://www.elargentino.com/nota-162186-Lo-peor-de-todo-es-dar-por-sentado-el-absurdo.html
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