Los primeros bailarines invitados serán Ludmila Pagliero y Yann Chailloux, que llegaron desde Francia
Nueva versión
15.06.2011 | Espectáculos / Desde hoy en el Teatro Argentino, la versión de Galizzi sobre coreografía de Petipa
“No son cuentos de hadas”, afirma Mario Galizzi y, cuando su afirmación va seguida del título de la obra, La Bella durmiente en el bosque, parece no concordar. ¿Qué son si no son cuentos de hadas?: “Lo importante es que en estos grandes ballets está representado lo que es la lucha del bien y el mal, lo que uno vive cotidianamente”, es como amplía su enunciación el coreógrafo que versionó la pieza compuesta por el dúo Tchaikovsky (música) - Petipa (coreografía original).
Esta puesta, que será nueva para la compañía del Teatro Argentino -que la estrenará esta noche a las 20.30 en la Sala Alberto Ginastera- ya se realizó en 1990 en el Teatro Colón y se repitió en 2002 y 2006 “con grandes estrellas nacionales e internacionales, así que está súper probada y es una hermosa versión”, agrega Galizzi, que además retoma su explicación del bien y el mal: “quizás suena incongruente pero es una lucha de poderes, se ve claramente quien triunfa entonces no son cosas tan antiguas como muchos piensan, es lo mismo que uno ve y lee cuando abre el diario”.
–En este sentido de lo antiguo y lo nuevo, al momento de realizar su versión. ¿Qué no puede dejar de lado de lo clásico y qué incorpora como nuevo?
–En realidad en estas obras sucede al revés y esto es como una blasfemia para muchos puristas. Yo creo que hay que aggiornarlas en el sentido de acortarlas, porque son obras que tienen ciento y pico de años y la gente iba al teatro con otras expectativas, con más tiempo, no como van hoy en día, que es todo más apurado. Al teatro se va a ver una obra, no a estacionarse y después tomar champagne en el hall.
Hace años atrás, en estas obras estaba lo que se llaman divertissement que son solos, tríos, cosas que no agregaban ni quitaban, eran para extender el plazo de la obra. Y ahora hay que extractar, no por una cosa de sintetizarla sino de hacerla más amena y que esté todo lo que tiene que estar en el sentido argumental, que se entienda. Igualmente esta es una obra que se puede reducir poco. Una bailarina me dijo que es uno de los ballets menos contaminados de Petipa, porque conserva en el prólogo el adagio y las versiones de las hadas igual, en el primer acto el adagio de la rosa que para la primera bailarina es un esfuerzo. Sí hay números de los cuentos: está el “Gato con botas”, “Caperucita Roja y el Lobo” y yo he tratado de que queden los más puros y académicos: ha quedado “el pájaro azul” (uno de los broches de la noche) el cuento de Pulgarcito. Lo importante es que la gente no tiene que estar esperando el gran pas de deux que va al final, eso es lo que no tienen que pasar en las repeticiones, que la gente se aburra esperando el gran desenlace. Y la particularidad acá es que cada acto es como un ballet en sí mismo y eso es fantástico.
La esencia. En cuanto a lo coreográfico, Mario Galizzi resaltó el rol del hada maléfica, porque en su puesta es “un hada más, no la presento como una bruja como en todas las versiones. Ella es muy bella, está muy despechada porque no la invitaron al baile, y por eso larga esa maldad, está ofendida. A mi me parece que si son hadas, todas son bellas y ella tiene que ser la más bella, siempre digo que la belleza es poder. Ella baila en punta con tutú corto, en las otras versiones es un personaje más actoral, que es interesante también”. Este cambio es uno de los más “puntuales” según el coreógrafo, cuyo objetivo central a la hora de pensar cada ballet es -justamente- que “el gran ballet sobreviva”, porque “la danza contemporánea está cada vez más avanzada y es fantástico, pero frente a eso el ballet no puede quedarse, porque el clásico es la danza madre.
Entonces, un Lago de los cisnes no puede faltar, no hay que dejarlos pero no hay que ponerlos tan a la antigua para que resulten atractivos. Tienen que estar la esencia, la cosa mágica”.
En cuanto a la compañía, Galizzi aseguró que “está preparada, es un grupo de jóvenes que está a punto y no ha sido difícil nada”. Para estas funciones de La Bella durmiente en el bosque (que vuelve a presentarse mañana y el sábado a las 20.30 y el domingo a las 17) llegaron dos integrantes de Ballet de la Ópera de París: los primeros Bailarines Ludmila Pagliero y Yann Chailloux. Ella es argentina y siente “orgullo y placer” porque, por primera vez podrá hacer una obra completa en su país y, al igual que su compañero, está “feliz y con ganas de darle al público un buen espectáculo”.
Fuente: http://www.elargentino.com/nota-144265-medios-122-Sube-a-escena-la-puesta-aggiornada-del-ballet-La-Bella-durmiente-en-el-Bosque.html
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