viernes, 4 de febrero de 2011

Libros que viajan por la ciudad

Un grupo de lectores platenses busca que sus libros tengan una vida errante. Por esa razón, los liberan en la ciudad a la espera de que alguien los encuentre, los lea y los vuelva a liberar

La idea es similar a arrojar una botella al mar y esperar a que alguien la encuentre, la abra y pueda leer un mensaje. De esa forma funciona el movimiento “Libro liberado” o “Book crossing”, como se lo conoce mundialmente: liberar un libro al azar y esperar a que alguien lo halle y lo lea; y una vez leído, el libro pueda seguir viajando por el mundo.

Quienes forman parte de este movimiento aseguran tener la utopía de “hacer del mundo una gran biblioteca donde los libros circulen”. Ese “mundo” está compuesto por más de 800 mil personas en todo el planeta (llamados beceros), y muchos de los seis millones de libros registrados cruzaron continentes.

En el país, el movimiento tiene cerca de tres mil miembros y varias sedes: en Córdoba, Capital Federal, Rosario y La Plata. El objetivo es promover no sólo la liberación de los libros, sino también el encuentro y el diálogo literario.

Laura Dos Santos, una de las integrantes del movimiento en La Plata, contó a Hoy que se trata de un grupo de gente que ama la lectura y los libros y desea que otros también disfruten de esos textos.

¿Pero dónde se halla un ejemplar libre? Dos Santos asegura que en “cualquier lado”, en una plaza, un bar, un museo, un cajero automático. En estos momentos hay libros libres en el museo Almafuerte y en un café del centro de la ciudad. “Están allí a la espera de que alguien los cace”.

Los libros tienen una leyenda que indican que se trata de un texto que forma parte del movimiento y que con él se puede hacer lo que uno quiera. Y, por ejemplo, si alguien encuentra un libro libre en un compra-venta, se lo debe llevar, porque ese libro debe seguir circulando”, aseguró.

Cualquiera puede participar y en la modalidad que se desee. En ese sentido, se puede registrar el libro en la web (www.bookcrossing-spain.com) y liberarlo en cualquier lugar, o bien se lo puede entregar en mano a algún lector, en la reunión del grupo que mensualmente se realiza en la ciudad.

“Al contrario de lo que todos piensan, los libros dentro del grupo no se pierden y siempre son devueltos”, aclaró Dos Santos.

El origen

El movimiento nació el 21 de abril de 2001 en Estados Unidos como una iniciativa del veterinario Ron Hornbaker y su esposa. Ambos crearon el sitio inspirados en los sistemas de búsqueda de objetos mediante coordenadas y seguimientos. La idea fue paulatinamente ganando seguidores en varios países, donde se pueden contar miles de historias de libros viajeros. Una de ellas es el caso de Carolina y su amor por Jorge Luis Borges. “Liberó Ficciones y El Aleph en su tumba y en una esquina, en Ginebra, Suiza”, precisaron. “Queremos hacer una gran biblioteca, y esos libros que duermen en casa toman la calle para dejar atrás el polvo del estante y llevar una vida errante”.

A su vez, el grupo platense creó un baúl llamado Lupinera (en honor a Lupita, la persona que la confeccionó) en el cual se guardan los libros para ser compartidos y leídos y que está presente en todas las reuniones. En él es posible hallar entre otros títulos: Ensayos de Michel de Montaigne, comics de Batman y Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez.

Fuente: http://www.diariohoy.net/accion-verNota-id-124439

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