Para muchos eran el entretenimiento obligado de la ciudad. Los viejos cines son parte de nuestra identidad y cultura. Vale la pena recordarlos.
Eran confortables, imponentes y constituían el entretenimiento por excelencia de grandes y chicos. Eran los legendarios cines platenses, en cuyas butacas miles de personas disfrutaron películas como "El museo de cera" o "Infierno en la torre", mientras saboreaban una chocolatada o un helado. Los viejos cines fueron un símbolo de distinción que forjó la identidad platense. Hoy, queda el recuerdo de algunas salas históricas.
De acuerdo a una investigación de Roberto Abrodos, el primer biógrafo (como se le decía a principios del siglo XIX) que tuvo la ciudad vino de la mano de su propietario, el empresario Eduardo Ciocchini, que fue el que introdujo el invento en 1901. El 18 de julio se abre el primer salón en calle 8 n° 967, entre 53 y 54. Tenía 8 metros de frente por 15 de fondo. Al entrar había un pequeño vestíbulo en el cual estaba la boletería, y en la parte superior la casilla del aparato.
El salón funcionaba los lunes, miércoles, jueves, sábados y domingos, dando dos secciones: la primera, a las 20.30, y la segunda, a las 21.30. Los precios eran de 30 centavos para los mayores y 20 para los menores.
Tenía capacidad para unos setenta espectadores y entre las primeras cintas exhibidas figuraban: Corrida de toros en San Sebastián, El desfile militar argentino y Los acontecimientos de China, entre otras.
Pero el salón sólo sobrevivió un año. Algunas dificultades de orden artístico impedían renovar los espectáculos y el público comenzó a escasear, y don Eduardo Ciocchini se vio obligado a cerrar.
El divertimento del fin de semana
Con el paso de los años, más salas se abrieron en la ciudad. Para 1928, la lista de cines era nutrida: Cine Teatro Astro; Teatro Cine Ideal, de calle 47 entre 7 y 8; Teatro Cine Select, de avenida 7 entre 55 y 56; Teatro Cine Avenida Hall, de 7 entre 58 y 59; Cine Splendid, de 12 entre 56 y 57; Cine Princesa, de diagonal 74 entre 3 y 4; Cine Bar América, de 51 entre 5 y 6; Cine Bar Colón, de diagonal 80 entre 49 y 50; Cine Sarmiento, de 5 entre 63 y 64; Teatro del Lago, del Paseo del Bosque; Sociedad Unione e Fratellanza, de diagonal 74 entre 3 y 4; La Gauloise, de 4 entre 45 y 46; Cine Edén Palace, de 12 entre 61 y 62; y Cine Bar San Martín, de 7 entre 50 y 51.
En agosto de 1948, abrió sus puertas el Gran Cine Rocha, con el estreno de "Un enviado del cielo", de la RKO Radio Pictures.
El Cine París (7 entre 47 y 48, donde estaba Casa Tía) era uno de los más populares. Abrió en 1912 y su sala fue demolida en 1958. Los más memoriosos recuerdan sus coquetas butacas pullman, la película de estreno y la otra de acompañamiento.
Eran tiempos donde la televisión era una novedad de la que pocos podían disfrutar, y el cine, con sus pantallas a todo color, era la diversión que todos querían tener, y que siguen estando en el recuerdo de muchos.
Otras salas que hicieron historia
Otro de los cines más recordados fue La Gauloise. Ubicado en 4 entre 45 y 46, donde en 1902 funcionó el local del Club Francés, comenzó a proyectar películas en el año 1908.
Este sitio fue uno de los centros culturales más reconocidos de la ciudad, que guardaba en su interior una réplica exacta del teatro Molière de París.
Dentro de este selecto salón se proyectaban películas, se realizaban conciertos, bailes y obras de teatro. El 13 de octubre de 1971, un incendio terminó con esta histórica sede. Otro cine emblemático fue el recordado Select, cuyas butacas y mobiliario hoy forman parte de la sala ubicada en el Pasaje Dardo Rocha, que lleva su mismo nombre.
Inaugurado en 1920, sirvió de escenario para figuras de la talla de Carlos Gardel y Agustín Magaldi. Otra de las particularidades de esta sala era que durante las trasnoches de verano su techo se abría y permitía disfrutar del séptimo arte bajo la luz de las estrellas. Su última proyección fue "Lo que el viento se llevó", en 1993, año en que cerró definitivamente sus puertas y pasó a ser un templo religioso.
Fuente: http://www.diariohoy.net/accion-verNota-id-126269
Eran confortables, imponentes y constituían el entretenimiento por excelencia de grandes y chicos. Eran los legendarios cines platenses, en cuyas butacas miles de personas disfrutaron películas como "El museo de cera" o "Infierno en la torre", mientras saboreaban una chocolatada o un helado. Los viejos cines fueron un símbolo de distinción que forjó la identidad platense. Hoy, queda el recuerdo de algunas salas históricas.
De acuerdo a una investigación de Roberto Abrodos, el primer biógrafo (como se le decía a principios del siglo XIX) que tuvo la ciudad vino de la mano de su propietario, el empresario Eduardo Ciocchini, que fue el que introdujo el invento en 1901. El 18 de julio se abre el primer salón en calle 8 n° 967, entre 53 y 54. Tenía 8 metros de frente por 15 de fondo. Al entrar había un pequeño vestíbulo en el cual estaba la boletería, y en la parte superior la casilla del aparato.
El salón funcionaba los lunes, miércoles, jueves, sábados y domingos, dando dos secciones: la primera, a las 20.30, y la segunda, a las 21.30. Los precios eran de 30 centavos para los mayores y 20 para los menores.
Tenía capacidad para unos setenta espectadores y entre las primeras cintas exhibidas figuraban: Corrida de toros en San Sebastián, El desfile militar argentino y Los acontecimientos de China, entre otras.
Pero el salón sólo sobrevivió un año. Algunas dificultades de orden artístico impedían renovar los espectáculos y el público comenzó a escasear, y don Eduardo Ciocchini se vio obligado a cerrar.
El divertimento del fin de semana
Con el paso de los años, más salas se abrieron en la ciudad. Para 1928, la lista de cines era nutrida: Cine Teatro Astro; Teatro Cine Ideal, de calle 47 entre 7 y 8; Teatro Cine Select, de avenida 7 entre 55 y 56; Teatro Cine Avenida Hall, de 7 entre 58 y 59; Cine Splendid, de 12 entre 56 y 57; Cine Princesa, de diagonal 74 entre 3 y 4; Cine Bar América, de 51 entre 5 y 6; Cine Bar Colón, de diagonal 80 entre 49 y 50; Cine Sarmiento, de 5 entre 63 y 64; Teatro del Lago, del Paseo del Bosque; Sociedad Unione e Fratellanza, de diagonal 74 entre 3 y 4; La Gauloise, de 4 entre 45 y 46; Cine Edén Palace, de 12 entre 61 y 62; y Cine Bar San Martín, de 7 entre 50 y 51.
En agosto de 1948, abrió sus puertas el Gran Cine Rocha, con el estreno de "Un enviado del cielo", de la RKO Radio Pictures.
El Cine París (7 entre 47 y 48, donde estaba Casa Tía) era uno de los más populares. Abrió en 1912 y su sala fue demolida en 1958. Los más memoriosos recuerdan sus coquetas butacas pullman, la película de estreno y la otra de acompañamiento.
Eran tiempos donde la televisión era una novedad de la que pocos podían disfrutar, y el cine, con sus pantallas a todo color, era la diversión que todos querían tener, y que siguen estando en el recuerdo de muchos.
Otras salas que hicieron historia
Otro de los cines más recordados fue La Gauloise. Ubicado en 4 entre 45 y 46, donde en 1902 funcionó el local del Club Francés, comenzó a proyectar películas en el año 1908.
Este sitio fue uno de los centros culturales más reconocidos de la ciudad, que guardaba en su interior una réplica exacta del teatro Molière de París.
Dentro de este selecto salón se proyectaban películas, se realizaban conciertos, bailes y obras de teatro. El 13 de octubre de 1971, un incendio terminó con esta histórica sede. Otro cine emblemático fue el recordado Select, cuyas butacas y mobiliario hoy forman parte de la sala ubicada en el Pasaje Dardo Rocha, que lleva su mismo nombre.
Inaugurado en 1920, sirvió de escenario para figuras de la talla de Carlos Gardel y Agustín Magaldi. Otra de las particularidades de esta sala era que durante las trasnoches de verano su techo se abría y permitía disfrutar del séptimo arte bajo la luz de las estrellas. Su última proyección fue "Lo que el viento se llevó", en 1993, año en que cerró definitivamente sus puertas y pasó a ser un templo religioso.
Fuente: http://www.diariohoy.net/accion-verNota-id-126269
No hay comentarios.:
Publicar un comentario