viernes, 18 de febrero de 2011

Un cuento para nunca aflojar

Eduardo Forese y Pablo Pawlowicz son el “Negro” y el “Ruso” de esta historia

"A LOS MUCHACHOS"

El Teatro de la UNLP presenta esta noche una nueva función de esta obra dirigida por Norberto Barruti

Esta noche, a las 22, en el Teatro de la UNLP, 10 entre 54 y 55, se presentará una nueva función de "A los muchachos", la tragicomedia en un acto de Maricel Beltrán y Adriana Crespi sobre "El clásico binomio" de Rafael Bruza y Jorge Ricci, bajo la dirección de Norberto Barruti y con los protagónicos de Eduardo Forese y Pablo Pawlowicz.

La obra, que lleva quince años en cartel y fue vista por más de 30 mil espectadores, cuenta la historia del Negro y del Ruso; una historia como la de cualquier soñador que se encamina en una gran aventura para lograr el éxito y que, aunque no se logre, demostrará que el prevalecer dará, en algún momento, sus buenos frutos.

Pablo Pawlowicz interpreta al "Ruso" desde que la obra debutó. "Es un personaje del que nunca me voy a cansar. Fue mi primer rol protagónico y creo que lo voy a hacer toda mi vida. Durante todos estos años fui cambiando de compañero y, con cada experiencia, la obra fue tomando otro matiz. Es un privilegio y un placer poder hacerlo", aseguró el actor platense.

En este sentido, Eduardo Forese, un reconocido actor oriundo de la localidad bonaerense de Rojas, fue convocado por Norberto Barruti, con quien ya había trabajado en la década del 80, para que le dé vida al "Negro"; el típico muchacho que siempre tira del carro y que te alienta para seguir. Esta interpretación, según Pawlowicz, le aportó a la pieza otra impronta y esto, para él, es más que positivo.

"Con Eduardo la obra se fue más hacia el grotesco -agregó Pawlowicz-. Tiene el tono, la cara, todo de este género. Logró poner la historia en otro lugar y fue muy bien recibido por el público porque, a pesar de tener el mismo guión, la pieza nunca va a ser igual con otro actor".

Para Forese, en la misma línea, "esto es lo lindo que tiene el teatro y tiene que ver con poder sumar el estilo propio de cada actor. Me apasiona la obra porque es una historia típica de Barruti; de esas que tenés que subir y dejar el alma, tenés que entregar todo. Es una de esas obras que comienzan en el escenario pero que terminan fuera porque libra la imaginación y la reflexión de los espectadores y eso es lo bueno; que no sea un relato vacío".

Menos es más. Una mesa, dos sillas, un espacio de cuatro por cuatro y un mano a mano imperdible en el que, el "Negro" y el "Ruso", cuentan una historia de muchachos que se pasan la vida esperando por un reconocimiento y que, en ese esperar, la compañía de un buen amigo, que complemente esos baches negros de cada uno, resultará imprescindible para no aflojar.

Fuente: http://www.eldia.com.ar/edis/20110218/espectaculos12.htm

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