El binomio conformado por Gastón Duprat y Mariano Cohn nos presenta un agudo planteo acerca de la convivencia entre vecinos de diferente extracto social, en el que hay un minucioso cuidado estético, logrando un estilo propio en el relato cinematográfico.
Un hombre quiere construir una ventana en la pared que da a la cocina del vecino, sin respetar los códigos de convivencia y desencadenando una guerra con consecuencias irreparables. Leonardo (Spregelburd) es un prestigioso diseñador y padre de familia, de porte cool y seductor al hablar. Víctor (Aráoz) es un soltero desprolijo y desvergonzado cuya única pretensión pareciera ser conseguir “el sol” que su casa no tiene.
El hombre de al lado tiene dos puntos interesantes que la convierten en una gran película. El primero es un guión -de Andrés Duprat, hermano de Gastón- finamente construido a partir de los rasgos naturales y contrapuestos de ambos personajes. Resulta muy difícil imaginar la película con otros actores. El segundo elemento es la elección de un espacio único como la Casa Curuchet, construcción de fines de los años ‘40, diseñada por Le Corbusier y que se encuentra en La Plata. Esto redunda en que también sea inimaginable en otro espacio ya que la distribución de los ambientes hacen que Leonardo se mueva como pez en el agua, pero siendo observado en todos sus movimientos por Víctor desde atrás del hueco sobre el que intenta construir la ventana.
Cada encuadre se nos presenta como si fuera un cuadro de algún pintor contemporáneos, estilo que habían logrado conseguir en El artista (2008) y que ahora utilizan para mostrar las diferencias sociales entre uno y otro. Si miramos con atención el personaje de Leonardo siempre estará en un plano que denota superioridad, sólo el plano final los mostrará a ambos en la misma altura pero con el fondo de la baranda de una escalera en descenso, metáfora clara si las hay y que no develaremos pero que tiene connotaciones en el final de la historia.
Duprat y Cohn nos ofrecen un relato contundente sobre las diferencias sociales y culturales pero tratadas con el humor, la ironía y la inteligencia que el espectador se merece. Una joya del cine con todas las letras.
Fuente:http://www.diariohoy.net/accion-verNota-id-101573-titulo-La_ventana
Un hombre quiere construir una ventana en la pared que da a la cocina del vecino, sin respetar los códigos de convivencia y desencadenando una guerra con consecuencias irreparables. Leonardo (Spregelburd) es un prestigioso diseñador y padre de familia, de porte cool y seductor al hablar. Víctor (Aráoz) es un soltero desprolijo y desvergonzado cuya única pretensión pareciera ser conseguir “el sol” que su casa no tiene.
El hombre de al lado tiene dos puntos interesantes que la convierten en una gran película. El primero es un guión -de Andrés Duprat, hermano de Gastón- finamente construido a partir de los rasgos naturales y contrapuestos de ambos personajes. Resulta muy difícil imaginar la película con otros actores. El segundo elemento es la elección de un espacio único como la Casa Curuchet, construcción de fines de los años ‘40, diseñada por Le Corbusier y que se encuentra en La Plata. Esto redunda en que también sea inimaginable en otro espacio ya que la distribución de los ambientes hacen que Leonardo se mueva como pez en el agua, pero siendo observado en todos sus movimientos por Víctor desde atrás del hueco sobre el que intenta construir la ventana.
Cada encuadre se nos presenta como si fuera un cuadro de algún pintor contemporáneos, estilo que habían logrado conseguir en El artista (2008) y que ahora utilizan para mostrar las diferencias sociales entre uno y otro. Si miramos con atención el personaje de Leonardo siempre estará en un plano que denota superioridad, sólo el plano final los mostrará a ambos en la misma altura pero con el fondo de la baranda de una escalera en descenso, metáfora clara si las hay y que no develaremos pero que tiene connotaciones en el final de la historia.
Duprat y Cohn nos ofrecen un relato contundente sobre las diferencias sociales y culturales pero tratadas con el humor, la ironía y la inteligencia que el espectador se merece. Una joya del cine con todas las letras.
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