De Tilcara a la Base Marambio, durante un mes, 40 espectáculos nacionales e internacionales recorren las rutas argentinas; Se trata del festival El país en el país, un megaencuentro de historias mínimas y ficciones en medio de escenografías mágica.
Sábado 18 de setiembre de 2010 | Publicado en edición impresa LA NACION
Por Alejandro Cruz
Enviado especial
CALETA OLIVIA.- Por la ruta 3, a unos 1750 km de Buenos Aires, está la frontera que separa la provincia de Chubut con la de Santa Cruz. Allí hay un puesto fronterizo. Un policía examina el coche en el que nos trasladamos con esa típica mirada de que el observado está, inexorablemente, en falta. Sin embargo, cuando culmina su peritaje se produce un giro copernicano. "¿Hoy hay función de títeres en Caleta?", pregunta al que maneja. El que maneja es Sergio Steve Ferreyra. Un artista plástico. Un ex soldado de Malvinas. Un músico de rock
Un titiritero. Un buen tipo. Una vez, en medio de una gira por Perú, conoció a María Paredes, también titiritera. Estaban en Trujillo, donde ella nació, y surgió esa cosa loca llamada amor. Un día le propuso venirse al Sur, de donde es él. El motivo, simple. "Allá no hay nada", le dijo escuetamente. Ahora, la bella María recuerda aquella propuesta en medio de un bar de Caleta Olivia que nos refugiaba del permanente viento. "Acá no hay nada y había todo para hacer", recuerda. Y se largaron a hacer. Hacen el Festival Internacional de Títeres de Caleta, que, en esta edición, culmina con la presentación del húngaro András Lenárt.
El encuentro logra casi el milagro de que en una ciudad de 70.000 habitantes tenga 8000 espectadores. El húngaro que aparece en la foto central de esta nota llegó a esta otra punta del globo invitado por el Instituto Nacional del Teatro (de aquí en adelante, le diremos INT) para esta gran muestra que culmina mañana, llamada El país en el país . Una movida organizada por esta institución cultural que está haciendo girar por nuestro territorio 40 espectáculos (10 de ellos, internacionales) que se articula con distintos festivales (como el que se desarrolla en esta ciudad dominada por un monumento de altura desproporcionada que rinde homenaje a los trabajadores del petróleo).
Pero ¿por qué estamos acá? Porque, invitados por el INT, en algún mojón ubicado entre Comodoro Rivadavia y Caleta Olivia está el punto medio de las rutas, que une a Tilcara, el extremo más septentrional de esta movida teatral, ubicado a 2700 kilómetros de aquí; con la Base Marambio, el punto más austral, ubicado a igual distancia, contando la ruta hasta Ushuaia y, de ahí, trazando una línea imaginaria hasta la Antártida. Así de extenso es este entramado cuya columna vertebral es de casi 5400 kilómetros.
Este delirio teatrero comenzó hace un mes con los belgas de Le Conierge que hicieron una función en Buenos Aires, ciudad que torna todo gesto en algo casi imperceptible. A partir del momento de largada, como en todo gran viaje, se van tejiendo una enorme cantidad de anécdotas.
El grupo Los Amados comparte una: "El desarme del escenario, luego del show en Santiago del Estero, fue muy veloz. Por miedo a olvidarnos algo, metimos en el motor home todo lo que encontramos en el camino. Al llegar a la siguiente ciudad, descubrimos que nos habíamos traído la bolsas de basura que habían sacado a la puerta".
En Caleta, ciudad en la cual el único que no hace la siesta es el viento, ahora hay una miniconferencia de prensa en la sala llamada, parece un chiste, Los Cuatro Vientos. Tan mínimo es el encuentro con la prensa que da cierta ternura. Está el canal local, una radio y nosotros. El titiritero húngaro explica que viene de hacer funciones en Jujuy, en Iguazú, en Ushuaia, y que su periplo termina en Mendoza. Cuenta que en Hungría, un país de 10 millones de habitantes, hay 14 teatros estatales de títeres y 20 compañías privadas. El tiene la suya, Mikropodium, y trabaja al mismo tiempo en una sala oficial. Desde hace 35 años, en una misma valija guarda meticulosamente sus microcriaturas, que talla en madera. "Yo creo en el poder de los títeres", dice casi al pasar.
Durante la función de Stop y Con ánima , ese poder concentrado en mínimos movimientos de mínimos personajes se transforma en una energía incuestionable, perturbadora y mágica, que es capaz de entablar diálogos con Beckett y con los primeros trabajos de El Periférico de Objetos.
A juzgar por ciertos hechos, en toda la extensión territorial argentina hay mucha gente que cree en los títeres. De hecho, el de Caleta es la décima quinta edición de un festival internacional, y en el país hay otros 70 festivales, más grandes o más pequeños, que arman entre todos una gran madeja.
En general, los habitantes de la zona o viven del petróleo o del empleo público. Hay muchos bolivianos que, mayoritariamente, hacen los trabajos más duros, y muchas caribeñas que, mayoritariamente, realizan otro tipo de trabajo bien duro. En Caleta, el campo laboral tiene un apartado único: la municipalidad paga un sueldo a titiriteros para que hagan de 4 a 5 funciones semanales al alumnado de las 45 escuelas primarias y secundarias, con el objetivo de que, por lo menos, esos chicos vean una obra de teatro a lo largo del calendario escolar. Lo que se dice, una fábrica de público.
El festival El país en el país hay que reconocer que es otra fábrica de público, sumamente rendidora en el interior. Esta semana, por ejemplo, hay cuatro festivales simultáneos (Cipoletti, Mendoza, San Luis y San Juan) y extensiones por Santa Cruz, Chubut, Río Negro, La Pampa, Neuquén y La Rioja. Ya se han superado los 60.000 espectadores. Se pensaba hacer 314 funciones, pero, éxito mediante, ya van por las 320.
Los datos que llegan de los que están formando parte de esta movida del INT tienen un común denominador: el profundo agradecimiento. Lo dice el mismo húngaro. Cuentan que lo han dicho los otros elencos extranjeros invitados. Lo dicen los elencos consultados. Lo dice la mamá de Juan, que, apenas termina la función de este maravilloso titiritero en la sala Los Cuatro Vientos, le suelta a su hijo de unos 7 años que está con los ojos ganados por el asombro: "¿Viste que valía la pena venir? Si mamá insiste, por algo debe de ser".
Desde hace cuatro años, el INT viene insistiendo en toda esta fábrica de sorpresas. Y, casi sin darse cuenta, imaginan casi lo imposible: por ejemplo, que cerca de Caleta Olilvia esté el centro de un país que va desde Tilcara hasta la Base Marambio.
A lo largo de ese recorrido se van tramando historias de aplausos, historias mínimas, historias de públicos e historias de gente que aprende a hacer gestión cultural a los ponchazos. Todas esas capas se entrecruzan y se entrelazan como en los moldes de la revista Burda, con 40 historias ficcionales de diversos géneros teatrales en medio de escenografías naturales únicas (como la de esta caleta que da a un mar transparente e inmensamente bello). Es El país en el país, la misma trama treatral que, en dos años, volverá a copar las rutas argentinas hasta el fin transportando teatro.
Los Amados. De foto en Purmamarca a una fiesta en Ushuaia con invitados sorpresas.
"Luego de la función en Ushuaia, hermoso lugar de nuestro país que casi todos descubríamos por primera vez, preguntamos dónde pasar un buen rato y tomar unas copas. Nos indicaron un bar al final de la calle principal. Estaba vacío y no había signos de que se poblara más tarde. Había un escenario pequeño y karaoke. Pedimos algunos temas, algunos tragos y terminamos cantando todos. De a poco, notamos que los dueños del lugar comenzaron a sorprenderse de nuestra afinación, de cómo hacíamos sonar los instrumentos, de algún paso de baile... Los pocos que pasaban por la puerta empezaron a entrar y los dueños empezaron a llamar a sus amigos para que se vinieran y los amigos a otros amigos... La noche terminó en un gran baile hasta altas horas. ¡Fue divertidísimo!"
La Faranda son salteños . Hoy, a las 22, presentará De fierro, en El Galpón de Catalinas Sur, Benito Pérez Galdós 93. Será el cierre de una extensa gira que tuvo sus momentos de zozobra.
"Era sábado. Estábamos haciendo el tramo Córdoba-Villa María con un camioneta nuestra. Llevamos dos cajones de la obra Fedro y el Dragón en el techo del vehículo. Estaban envueltos en plástico, por si llovía; ahora pienso que tal vez eso lo hizo más resbalosos... La cuestión es que llegamos a Villa María, estacionamos para dormir un rato y seguir hasta Marcos Juárez o Cañada de Gómez. A las 19, decidimos seguir viaje y nos dimos cuenta de que ¡faltaba el cajón! No te podés imaginar nuestra angustia y desesperación. Salimos velozmente a la ruta, a deshacer el camino, para ver dónde podía haber caído y si lo veíamos. Estaba oscureciendo y nuestros pensamientos también. Se lo podrían haber llevado, se podría haber roto, podríamos haber ocasionado un accidente... Cuando ya habíamos vuelto unos 100 km, vemos una camioneta de Cinco Vial parada y le preguntamos si sabían algo, nada. Más adelante, desanimados y ya en la oscuridad, vemos un móvil de la policía de Córdoba. Nos detenemos a preguntar. ¡¡¡Tenían nuestro cajón en el móvil!!! Sin el plástico y con un golpe, pero con todo dentro. Se lo estaban llevando a la comisaría... Tratamos de recompensarlos, pero se negaron rotundamente diciendo que ése era su deber. Son el agente Moyano y el agente Ludueña de la 3» Compañía de Correcaminos. Después de agradecerles y besarlos [yo], nos fuimos con la sensación de que algo sobrenatural había ocurrido."
Compañía Omar Alvarez Títeres . El elenco de la provincia de Buenos Aires presentó dos espectáculos por territorio mesopotámico.
"Estamos sorprendidos por la buena organización y la impresionante respuesta de público. Desde la mirada de Buenos Aires, creo que no se puede dimensionar la verdadera importancia de este circuito que es un verdadero hallazgo."
Elenco de Lote 77 . Marcelo Mininno, director del la obra, trae a colación el comentario escrito que les hizo una espectadora luego de ver la función.
"Anoche vi la obra en La Sala Mecano, de Salta. No se imaginan lo necesaria que es su obra para Salta. Mientras la miraba pensaba que era una lástima que sólo puedan verla unas 60 personas, esto lo tienen que ver todas y todos los salteños. Hace pocos días, en la misma Casa de la Cultura, se bajó una muestra de obras de arte que mostraba el imaginario salteño. Se bajó sólo porque dos hombres se besaban... y hoy vemos esta obra que nos refleja la construcción del «hombre argentino» con clases magistrales de género. Muchas gracias, el teatro que ustedes realizan hoy es más necesario que nunca."
Elenco de Las Julietas . Una cartel anuncia en la puerta del Teatro Vocacional Candilejas, de Goya, Corrientes, al elenco de uruguayos.
"Las cosas se mueven y dejan de ser las mismas, a pesar de que lo son. Eso también es esta patriada teatral donde las imágenes y los sonidos se mezclan, y no logro ordenar qué va primero, si la lluvia mojándonos en la terminal, la espera, el tráfico en Buenos Aires, el colectivo que se rompe, el que se pierde en la selva, la sala de Corrientes llena con la platea aplaudiendo de pie, la comparsa tocando en la puerta bajo lluvia también, el río, siempre el río ahí, el mismo y otro. Nos encontramos en todos los sitios distintos y, a pesar de eso, siguen siendo los mismos lugares a donde queremos llegar los que amamos el teatro: adentro, bien adentro."
Fuente: http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1305739
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