Entrevista a Marcela Cabutti
Entrevista a Marcela Cabutti
05.06.2011 | La escultora platense repasa con Diagonales su proyecto Barco-deseos, y la importancia de tener una obra en un espacio público
La escultora platense Marcela Cabutti habla claro y preciso, y eso reflejan también sus obras. ¿Algo normal? Para nada, no siempre se da esta simetría en los artistas. Al observar sus trabajos muchas veces uno se siente transportado a la infancia, a tiempo pasados, sorianamente hablando "a los años felices". De eso dio cuenta su proyecto Barcos-Deseos, que en diciembre de 2009 pasó por el Centro Cultural Islas Malvinas y también su Pasionaria, obra que le permitió adjudicarse el Premio Arnet a Cielo Abierto 2009, dedicado a las esculturas e instalaciones. "La idea fue elegir una flor local, americana, la pasionaria (flor doméstica, salvaje, que crece prácticamente sin cuidados, en cualquier terreno o campo, enredada a los alambrados), y llevarla a una escala que resulte visualmente convocante por su color rojo metalizado. El color y su forma la destacan entre los materiales de los edificios que la rodean. Imagino que quienes abran una ventana o deslicen una cortina desde los edificios cercanos y vean esta flor roja en el piso, quizás puedan pensar diferentes historias en relación con su presencia", escribió oportunamente la escultora tras obtener el galardón.
–A dos años de haber recibido aquel premio: ¿Qué podría decir de Pasionaria?, ¿cómo la definiría?
–Pasionaria es un proyecto muy querido, que ya no me pertenece que es de la gente que pasea por el lugar y que de alguna manera se apropia de la obra . La posibilidad de realizar una escultura para espacio público es única, no sólo por la escasez de este tipo de proyectos, sino porque como modalidad de trabajo, se transforma mas que en un proyecto solitario en un proyecto colectivo de todos los implicados en su realización y gestión; llámese a esto desde la metalúrgica que lo realiza, las consultas de profesionales como arquitectos e ingenieros, la coordinación y compañía de quienes lo gestionan. Cuando todos los actores tienen en claro lo que se busca y todos ponen sus deseos hacia la concreción del proyecto, más que un proyecto de trabajo se transforma en un placer compartido. Realmente yo aprendí y aprendo a partir de Pasionaria muchas cosas, que además por mi formación e interés docente intento transmitir siempre que pueda.
–¿Qué le genera o despierta tener una obra montada en un espacio público?
–Una enorme emoción, y sobretodo la felicidad de quienes comparten y apoyan mi desarrollo artístico. Cuando recibo o veo por Google fotos anónimas de gente que comenta entorno a la obra, la registra, pienso bueno algo paso aquí antes de la flor. Es algo fuerte, por ejemplo cuando recibo el plano turístico y cultural de Puerto Madero y marcan Pasionaria como un punto para identificar en el lugar, me siento halagada y no por una cuestión solamente de ego personal.
–En una obra montada en un espacio público, ¿cuánto influye el contexto sobre ella y cuánto influye ella sobre el contexto?
–Creo que en la medida que las obras se transforman en lugares de referencia y de encuentro intencionales o casuales de una ciudad cada vez mas veloz , han cometido un propósito muy importante devolver una imagen del entorno diferente y producir por segundos , otra vivencia del lugar , incluida las emociones.
–¿Cuál es el punto de partida de una escultura? ¿Dónde aparece?
–Todo lo que hago parte fundamentalmente de alguna imagen que provienen de los recuerdos , de la memoria de sobretodo de síntesis de sensaciones producidas por paisajes vividos o a partir de la literatura que me propone paisajes inventados. Allí se fija una imagen que me conmueve por lo que dice y veo de que manera construirla ya sea por dibujo, foto o instalaciones.
–¿En qué está trabajando por estos días?
–Sigo trabajando con el proyecto de Barcos-Deseos, llevándolo a la Facultad de Bellas Artes en La Plata, en la Universidad de Avellaneda en la Cátedra de Gestión , y dos viajes previstos a cinco localidades de Corrientes, donde serán botados al agua en los ríos de allí tanto los deseos obtenidos en esas ciudades como los deseos de la Feria de Arte Buenos Aires. Por otro lado continúo con mis trabajos de esculturas transparentes de soplado en cristal en la Cristalería de San Carlos provincia de Santa Fe.
Barcos-Deseos fue un más que interesante proyecto que proponía/e la interacción con el circunstancial visitante, sin este intercambio la muestra corre riesgos de naufragar.
–¿Qué conclusiones pudiste sacar de Proyecto Barcos-Deseos?
–Voy a retomar algunas frases de la presentación del mismo, donde propongo reflexionar acerca de la construcción de la identidad, la subjetividad y la diversidad, a partir de los deseos y de sus vínculos con los otros. El proyecto toma como excusa la realización de un barco de papel donde se escribe en algunas de sus caras un deseo. La propuesta parte de la idea de que todos tenemos e imaginamos nuestros propios deseos individuales, pero no podemos visualizar el conjunto de los deseos de las demás personas. Pienso acerca de otras formas de deseos, ritos para cambiar la suerte como arrojar una moneda a una fuente, o un mensaje en una botella, un boleto capicúa, o comer la primera fruta de estación, la Difunta Correa, el Gauchito Gil, así como también se suelen pedir deseos cuando se pasa por debajo de un tren andando o cuando se soplan las velitas. Según la tradición japonesa un regalo de origami da buena suerte a quien lo recibe. Todos estos ejemplos son procesos que se dan en contextos de manera diferentes, pero que recuperan parte del imaginario, de lo probable y lo improbable, de la memoria que siendo individual se transforma en deseos colectivos. A mí me gusta pensar que a través del arte los deseos escritos se puedan cumplir. El artista normalmente trabaja con sus propias imágenes y deseos y el ejercicio sería poder ponerse en el deseo de los otros. Entonces luego de la experiencia durante Arte Ba en el Espacio Arnet, me conmovió la participación espontánea no solo del público general sino de los artistas, amigos, curadores y coleccionistas. La emoción de la gente al participar y la amplia respuesta generadas me confirma la necesidad y lo valioso de participar de las experiencias artísticas. Los deseos son en definitiva un motor increíble inherente a todas las personas.
Fuente: http://www.elargentino.com/nota-142416-medios-122-Todo-lo-que-hago-parte-de-los-recuerdos.html
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