Los maestros de La Plata

GRAN PUESTA EN ESCENA ALGUNOS ACUSAN A BONO DE DEMAGOGIA, PERO LOS 58 FANS QUE LLENARON EL ESTADIO LE FESTEJAN TODO.

Segundo show de U2. Bono, cada vez más “argentino”, habló del mate, homenajeó a Mercedes Sosa y brindó junto a su banda otro gran show ante 58 mil personas.

04.04.2011 | Por Gustavo Bove

Bono extiende la mano en un esfuerzo casi sobrenatural y se aferra a una bandera argentina, emulando una postal de San Martín en la epopeya de Los Andes. La impactante pantalla circular de LEDs proyecta su cara y, a pesar de sus inseparables anteojos, se puede ver la mueca de angustia mientras entona Mysterious Ways . El cantante se abalanza sobre la pasarela de la impactante “garra” (The Claw) y besa a un niño como si lo estuviera bendiciendo, al mismo instante en que sus compañeros le sacan chispas a City Of Blinding Lights ... 

¿Épica, demagogia, mesianismo? En estas dos instantáneas de la noche del sábado platense se podría resumir el espíritu de U2, y las intenciones de su propuesta. La banda hace uso de toda su parafernalia y pirotecnia visual para amplificar su mensaje, llevando la sensiblería a extremos inimaginables. Acordarse de Gustavo Cerati ( De música ligera sonó segundos antes del comienzo del show) y homenajear a Mercedes Sosa (Bono hizo subir una fan para ayudarlo a canturrear Gracias a la Vida ) estando en la Argentina, es idéntico a decirle “te amo” a alguien que nunca te cruzaste en tu vida. La corrección política en su quintaescencia.

Su parada es una gran puesta en escena, la teatralización del alma, de un sentimiento... ¿Cuál es el rock de U2 si cada movimiento está tan fríamente calculado? Sin dudar, se podría aseverar que no presentan un concierto carnal; montan un acto de ilusionismo que apunta a los sentidos y al efecto inmediato. El montaje que bautizaron La Garra es magnánimo por donde se lo observe, pero carece del concepto globalizante y crítico del Zoo TV Tour 92/93, y no goza de la astucia que vislumbró el PopMart Tour 97/98.

Da la impresión de que esp mucho no le importó a las 58.000 almas que colmaron el moderno Estadio Único de La Plata. Ellas braman al son de Elevation, Still Haven’t Found What I’m Looking For, Beautiful Day, Vertigo y Sunday Bloody Sunday (la ceremonia en su punto mayor de ebullición). Están ahí para gozar y en eso U2 no falla, hace valer cada centavo del precio de la entrada a su circo espacial que es este 360° World Tour.

En lo estrictamente musical, el cuarteto tiene sus momentos, los cuales relucen cuando The Edge comienza a sacar conejos de la galera y le adosa personalidad a clásicos del tamaño de New Year’s Day y Where The Streets Have No Name , lustrando la chapa de un sonido que erigió a Coldplay y Kings Of Leon en grupos de estadio, por ejemplo.

Con un Bono que siempre tuvo a mano algún gesto cómplice como hablar del mate que se tomó Adam Clayton o festejar a los bombones (entiéndase mujeres) locales, U2 completó su segunda faena en Buenos Aires y convidó grandes porciones de lo que el público fue a buscar.

“El amor es un templo” ( One ) canta Bono en complicidad con la multitud. “Me das todo/pero quiero más/y te estoy esperando” ( With Or Whitout You ), vocaliza pegado a su micrófono redondo-luminoso-flotante, y la fastuosa escenografía parece querer tomar vuelo hacia el espacio exterior, un lugar al que U2 ya encontrará la forma de llegar.

Fuente: http://www.clarin.com/espectaculos/musica/maestros-Plata_0_456554393.html