domingo, 17 de abril de 2011

Para “dejarse impresionar sin utilizar la razón”

Una obra original de la directora y dramaturga Nina Rapp, que combina textos, música y danza

16.04.2011 | Una obra original de la directora y dramaturga Nina Rapp, que combina textos, música y danza

Una idea “de hace mucho” y “muchas ganas” de aunar textos, música y danza se potenciaron cuando Nina Rapp leyó un artículo titulado Hay que volver a Debussy, que invitaba a “dejarse impregnar por las cosa sencillas, por las cosas que uno tiene a su alrededor”. Con la ayuda de su compañera Sofía Diotto, integrante del grupo Barataria, la directora comenzó a investigar y creó No hay nada más que un mar en movimiento, que sube a escena hoy a las 20, en el Centro Cultural El Núcleo (6 Nº 420 e/ 40 y 41).

“El impresionismo es una corriente artística que siempre me interesó por la ruptura que produjo, así que nos pusimos a investigar bastante sobre esto y acudimos a la plástica como inspiradora. Tomamos cuadros de referentes como Monet, y más que nada obras de Joaquín Sorolla y, en base a eso y a textos propios -de Omar Musa y míos- armamos el espectáculo”, especificó Rapp, que tituló su obra en base a una frase de Debussy que dice “no hay nada más que la música en movimiento”. Como el grupo trabajó con la plástica y la idea de mar, se decidió reemplazar la palabra “música” por “mar” y se pudo bautizar el proyecto.

–¿Consiguió plasmar naturalmente esa idea original de combinar texto, música y danza o le costó encontrar la forma de hacerlo?

–Fue un poquito arbitrario. Fuimos tratando de que los textos junto con los temas musicales tuvieran algo en común, que se refirieran a un tema, como el mar. Yo hice la música para piano, en los textos se alude mucho a la naturaleza, a sensaciones, impresiones, y está la labor de la bailarina, que es quien genera el movimiento. Ella enlaza todos estos núcleos y los va uniendo. Por ejemplo, en una de las canciones, “Claro de Luna”, Omar Musa lee un texto de Baudelaire referido al tema. Así fuimos uniendo los materiales, tratando de darles un sentido, pero lo que más creemos que logra la unidad es que siempre estamos en escena súper conectados, estamos pendientes de lo que está haciendo el otro, siempre conectados y tratando de que haya fluidez en el espectáculo, que se vayan enlazando las cosas aunque aparentemente no tengan relación, que de hecho la tiene.

La creadora de la pieza considera que arriba del escenario “todo esto fluye” y aclara que “es un espectáculo no muy largo, dura 50 minutos y la gente se queda con ganas de ver más”. Un espectador le indicó, en una de las funciones anteriores (llevan cuatro, sin contar la de hoy) que No hay nada más que un mar en movimiento es “un paseo por los sentidos”, definición que a la directora le pareció acertada porque “están puestos los sentidos de los que estamos trabajando y eso mismo estamos tratando de transmitirle al público, las cosas que sentimos en ese momento. Si pudiéramos tocar a los espectadores lo haríamos, pero los tocamos con nuestra mirada, le hablamos a sus ojos”.

Dejarse llevar. Forman parte del elenco de esta pieza Marianela Giménez Finocchiaro (canto), Omar Musa (textos), Sofía Diotto (danza), Ana María Haramboure (textos) y Nina Rapp (piano y dirección). Ellos transitan “suavemente” por el escenario, tratando de que “los sentidos se abran y se perciba la literatura, la música y el movimiento”, en este espectáculo que la creadora definió como “no convencional”, ya que no hay un texto con principio, desarrollo y final, pero sí tiene “diversidad en la imagen y en lo que plantea”, además de ser “muy placentero”.

La directora también mencionó que “esta es una obra apacible, no trabaja sobre la tragedia y sí sobre las cosas naturales y el placer. Tiene música, que es algo que llega misteriosamente a la gente, que en varias oportunidades nos ha dicho que disfrutó hasta las lágrimas, de las buenas lágrimas”. Y recordó otra de las frases del público: “un espectador me dijo: ‘saludo y brindo por los generadores de mundos fantásticos, los artistas’”, que utilizó como disparador para “valorar estos mundos donde uno corre el riesgo de no saber hacia dónde va y te das cuenta de que hay algo de intuición. Al final terminás sabiendo que es lo que ibas a hacer, te das cuenta en el trayecto, ves que es lo que te pasa con eso que primero te impresiona”. Por eso es que Nina Rapp invitó a todos a “dejarse impresionar sin que el intermediario sea la razón”.

Fuente: http://www.elargentino.com/nota-134910-medios-122-Para-dejarse-impresionar-sin-utilizar-la-razon.html

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