Antonella Costa
Figura del cine y también de la TV, acaba de debutar como directora teatral con Montacargas, de Gabriel Pintilei
Lunes 8 de noviembre de 2010 | Publicado en edición impresa
Julia Montesoro
Para LA NACION
En el cine hay muchos actores que ganan fama y un prestigio internacional prescindiendo holgadamente de la pantalla televisiva y de la exposición mediática. La lista es larga. Pero entre las actrices que mayor notoriedad han cobrado a través de la pantalla grande, Antonella Costa marcha a la cabeza. Sexy, hermosa y de un indiscutible talento, descolló en películas como Garage Olimpo, Felicitas, Olvídame y La fuga . Pero después de trabajar "a las órdenes de" en más de una veintena de films, varios programas de televisión y obras teatrales, Antonella decidió incursionar en la dirección, métier en el cual debutó recientemente con Montacargas , pieza de Gabriel Pintilei, protagonizada por Tamara Papadópulo y Juan Gabriel Miño, que además, la novel puestista produce.
"Tener un proyecto mío era una inquietud desde hace mucho tiempo, aunque de entrada no sentí que pasara por dirigir una obra de teatro", dice la protagonista de Garage Olimpo, película que, en 1998, le abrió las puertas del cine. "[Hubo] una etapa de cierto desgaste en eso de estar «a las órdenes de», y cuando una empieza a tener esa sensación de irritación, no es bueno; lo mejor es tomar cierta distancia", admite Costa. Fue lo que hizo. Y así pudo darle cauce a otra faceta del trabajo artístico. "Haber acompañado el proceso creativo de los actores de Montacargas me dio una visión global de mi oficio, muy enriquecedora. Gracias a eso, quiero y elijo aún más ser actriz", reflexiona Costa.
-¿Cuándo surgió la necesidad de dirigir?
-Fue siempre una inquietud. Mi papá, el poeta Martín Andrade, dirigió teatro. Ya de chica, lo veía desarrollando ese rol. Incluso fue actor, trabajó en varias películas de Leonardo Favio. Así que ahí pudo haber surgido esa inquietud mía. La fuerza opuesta era el enorme respeto que siento por los directores y el convencimiento de que padecen una especie de neurosis que los impulsa a querer contar la misma cosa del mismo modo, a veces durante años. A eso le temía, porque yo soy más cambiante. Y es uno de los motivos por los que me dedico tanto al cine, donde uno hace algo durante dos meses y luego pasa a otra cosa.
-¿Por qué optó por Montacargas ?
-A partir de mis ganas de hacer algo propio, en el festival de cine independiente porteño de hace dos años, vi varias películas de bajo presupuesto. Justamente, pensando en adaptar material para teatro o inspirarme para hacer un corto u otra cosa. Así, vi el film rumano Elevator, cuyo director me contó que la película era la versión de una obra de teatro, cosa que yo no sabía. Luego le compré los derechos al autor, Gabriel Pintilei, que me pasó la obra en inglés; yo la traduje y adapté a nuestro medio, incorporándole algunos toques de humor al drama.
-¿Cuál es el planteo de su adaptación?
-Una chica y un chico que quedan encerrados en el ascensor de una fábrica abandonada, donde entraron para hacer el amor, porque no tenían dónde ir. La estructura de la pieza se basa en las ganas de salir y en la búsqueda de recursos para lograrlo. No se va por la tangente ni el encierro es una excusa para contar otra cosa, si bien yo lo tomé como una metáfora de la adolescencia y de la profunda desinformación que uno padece sobre este encierro en su propio cuerpo y alma.
-Además de Montacargas , emprendiste algunas propuestas ligadas al cine...
-¡Sí, otro aprendizaje para mí! Traje a Buenos Aires un film chileno de bajo presupuesto, Te creís la más linda (pero erís la más puta) , para proyectarlo en un circuito muy alternativo. Lo exhiben los domingos en el cineclub Bama, de San Telmo. La verdad, está yendo muy bien de público, y es una interesante vía para dar a conocer un cine poco y nada difundido entre nosotros.
-También rodaste varias películas...
-Sí, actué en la película uruguaya Mal día para pescar ; el año pasado hice Olvídame , una historia de amor imposible, dirigida por Aldo Paparella, con Gonzalo Valenzuela; y hace poco filmé Las mariposas de Sadourní , una ópera prima del rosarino Darío Nardi. También hice una pequeña participación en Ausente , la nueva película de Marco Berger.
-¿La televisión te es esquiva?
-En 2009 hice un personaje en Epitafios 2 , y este año trabajé en la versión para la televisión italiana de Sin tetas, no hay paraíso . Aquí se están haciendo muy buenos productos de ficción y me interesa la televisión. Simplemente, se fueron dando otras posibilidades y en eso me concentré.
EN PRIMER PLANO
Cine. Garage Olimpo, Alma mía, El camino, Pernicioso vegetal, La sombra de las luces, La fuga, H.I.J.O.S., Nadar solo, Sola, Hoy y mañana, Diarios de motocicleta, El viento, Cobrador, Tres minutos, Como un avión estrellado, No mires para abajo, El vestido, Mal día para pescar, Felicitas, Olvídame, Las mariposas de Sadurni, Ausente.
Teatro. Woyzeck, Días de agosto, Staurus, Requiem Aeternam, Israfel, Las amargas lágrimas de Petra von Kant.
Televisión. El hacker, Mujeres asesinas, Los cuentos de Fontanarrosa, Un encuentro con Jawarlhalal, Donas de casa desesperadas (Brasil), Amas de casa desesperadas, Epitafios II y Senza tette niente paradiso.
PARA AGENDAR
Montacargas, de Gabriel Pintilei. Con Tamara Papadópulo y Juan Gabriel Miño.Escenografía: Cristina Nigro. Vestuario: Beatriz Di Benedetto. Dirección: Antonella Costa.
Espacio Cultural IMPA (Querandíes 4290), sábados, a las 23. Entrada: $ 25. Estudiantes: $ 20.
Fuente: http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1322587
No hay comentarios.:
Publicar un comentario