domingo, 21 de noviembre de 2010

Un coro platense que mantiene el movimiento

La agrupación vocal del Colegio Nacional lleva dos décadas haciendo música popular, e incluyendo en sus actuaciones danza y artes circenses. Sus integrantes se proponen ser dinámicos y jamás quedarse quietos

Según la definición, un coro es un conjunto de personas que interpretan una pieza de música vocal de manera coordinada. Nada se dice de bailar, leer poesías o hacer malabares. Sin embargo, en las presentaciones del coro del Colegio Nacional de nuestra ciudad, son aspectos infaltables, parte esencial de su identidad.

Aunque las primeras experiencias del coro datan de la década del ’50, se lanzó a modo de taller hace dos décadas, como una actividad que generara un vínculo entre los alumnos y ex alumnos del prestigioso colegio secundario.

Fue en ese momento que Roberto Marcalain se puso al frente de ese grupo reducido que al cabo de un año ya estaba formado por más de treinta personas, para nunca más dejarlo.

Desde el comienzo, este marplatense que se recibió de Director Coral y Profesor de Educación Musical en la Facultad de Bellas Artes de la UNLP se propuso darle a la agrupación una impronta más popular, interpretando canciones de ese estilo, e incorporando otras disciplinas además del canto.

“Al principio, era una toda una sorpresa hacer música popular, y los coros que lo hacían en el país eran contados. Hoy hay más de 50, ya está mucho más difundido”, relata Roberto, alias “Pinky”, en diálogo con Hoy.

Lo que pasó después también siguió siendo llamativo. Desde 1994, decidieron incluir la danza folclórica, tanto desde la participación de bailarines, como del baile de los propios coristas. A partir de entonces, reinó la idea de que el coro fuera siempre dinámico, y jamás se quedara quieto.

Con esa premisa, hoy la agrupación brinda un espectáculo completo que incluye danza, lectura de textos y de poesía, inclusión de instrumentos autóctonos, y malabares circenses, entre otros. Con cada disciplina que incluye, el grupo logra ambientar el escenario según la música que presenta. El director, además, los dirige desde el frente sólo en los ensayos: durante las actuaciones, su ubicación es detrás del grupo de voces, tocando la guitarra.

Aunque, con el tiempo, todos estos rasgos se fueron convirtiendo en la marca registrada del coro, el público debió adaptarse a lo largo de las presentaciones.

“Era novedoso porque el coro se movía de acá para allá”, relata Roberto, y enfatiza: “Somos nuestra propia escenografía”.

La agrupación coral del Nacional hoy está compuesta por 34 voces, de entre 15 y 55 años, más el resto de los músicos y artistas, que llevan ese número a 45.

En octubre pasado, estuvieron 20 días en México para participar del Festival Internacional Cervantino 2010. De las muchísimas y diversas delegaciones que llegan de todas partes del mundo, el del Nacional fue el único coro invitado. Tampoco había otro de Argentina. Al ser la cuarta vez que viajan a ese país, los incontables contactos que mantienen siempre los invitan a volver una y otra vez.

Pero, además, hay otras razones. “El espectáculo que armamos encaja perfecto en el festival, y la verdad es que a la gente le gusta mucho lo que hacemos. En una de las actuaciones en que estuvimos solos, nos vieron más de 2 mil personas, por ejemplo”, cuenta orgulloso Roberto.

Si todo sale bien, en 2012 el grupo estará concretando su quinta visita a ese país. Lo que resta es reunir el dinero para pagar los pasajes; lo demás forma parte de la cálida invitación que les hacen los anfitriones mexicanos.

Un recibimiento a lo grande

Para Carolina Cháves, una de las integrantes del coro, una de las cosas más curiosas que les ocurrió durante el viaje fue firmar cientos de autógrafos. “Al bajar de cada escenario, el público se acercaba y se sacaba fotos con nosotros, nos quería saludar”, contó la joven a Hoy.

Con sus 17 años, este fue su primer viaje a México, y lo recuerda como una experiencia “genial”, donde el recibimiento fue “increíble”. Además de participar en el Festival Cervantino, el coro realizó una gira por numerosas ciudades. De esas presentaciones, 14 se hicieron durante 14 días seguidos, en 14 ciudades distintas, con lo cual se puede decir que estuvieron “a full”. En todos lados los aplaudieron de pie más de mil personas.

“Allá la gente consume mucha cultura, y eso tiene que ver con una política de años. Lo tienen muy incorporado, y los coros le gustan mucho al público general, no sólo a la gente que pertenece al ambiente”, señala Roberto Marcalain, el director, y bromea: “En algunos pueblos nos recibían como a los Rolling”. “Eso, en una ciudad como la nuestra, es algo impensado”, concluyó.

Fuente: http://www.diariohoy.net/accion-verNota-id-114171

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