domingo, 28 de noviembre de 2010

“Los hechos que narra la obra podrían haber sucedido ayer como hoy en día”

Sala B, Pasaje Dardo Rocha: "Últimamente vencidos"

27-11-2010 / Hoy a las 19, la obra dirigida por Jazmín García Sathicq dará su única función

En la ficción, los museos se prestan como escenarios para lo fantástico. Los mayoría de los relatos hablan de elementos que cobran vida por la noche pero a nadie se le ocurrió subvertir el orden de los factores. La obra de teatro, "Últimamente vencidos" justamente habla de esto y sorprendentemente se basa en hechos reales.

Jazmín García Sathicq, directora de la obra, narra los hechos que dieron origen a la obra. “Roxana Aramburú, la dramaturga, ganó en el 2009 el Primer Premio del Concurso sobre ‘Dramaturgia y Derechos Humanos’ de la Secretaría de Cultura y Educación y de la Subsecretaría de Derechos Humanos de la Municipalidad de La Plata. Ella toma la historia real de los 12 aborígenes Onas, Tehuelches y Ranqueles que luego de ser capturados en la campaña del desierto y se habían asentado en la Isla Martín García.

La historia cuenta como todos ellos fueron trasladados por la Fundación del Museo de La Plata a las instalaciones del mismo y luego que Perito Moreno los conociera en una de sus expediciones. En agradecimiento por lo gentiles que habían sido los aborígenes con él, les devuelve la gentileza llevándolos al Museo donde se convirtieron en verdaderos prisioneros. Ahí son sometidos a trabajos forzados además de ser expuestos como objetos en las vitrinas de las salas. Por un lado, las mujeres tejían telares, hacían limpieza de las salas y los hombres eran usados como mano de obra pero en determinado horario se exponían en vitrinas como trofeos de sus conquistas y objetos vivientes de una cultura que se buscaba eliminar. En la historia real fueron 12 los aborígenes que estuvieron en el museo de La Plata pero la obra tiene sólo 4 personajes: un hombre y una mujer que representan a los personajes de estas tribus, un doctor y un fotógrafo”.

El título de la obra está inspirado en una frase de Francisco Pascasio Moreno que planteaba con orgullo que “desde el hombre testigo de la época glacial hasta el indio últimamente vencido tenemos ya en el museo representantes vivos de las razas más inferiores”. Pero la obra no se limita a denunciar el caso de estos doce sino que apunta a narrar también la historia de los que quedaron en la Isla Martín García y fueron sometidos a otros tipos de explotación: en las plantaciones de caña, en el servicio doméstico de las familias adineradas, paseados por eventos culturales entre otros.

La directora plantea que el desafío principal fue poner en escena “una temática histórica pero desde el lado de la denuncia porque son hechos que se han mantenidos velados en la sociedad y necesitan ser revelado y debatidos para cambiar el punto de vista sobre la historia. Hay que rever cual fue su paso por la historia de esta generación de los ‘80, que como todas a tenido sus pro y sus contras pero que los contras han sido invisibilizados y deben ser revisados para construir algo mejor. Hasta el día de hoy el museo lleva el nombre de Perito Moreno y por lo menos eso tiene que ser repensado”.

En la puesta en escena dirigida García Sathicq, los protagonistas son una pareja tehuelche que se vincula con un doctor y un fotógrafo. Los modos en que se relacionan muestran como la pareja sujeta a la degradación se pierden, se encuentran y por momentos simplemente sobreviven.

Cuenta Jazmín que para potenciar esta ductibilidad en la representación basada en la actuación “definimos una puesta bastante minimalista pero minuciosa en algunos detalles de construcción de época a cargo de las escenógrafas Liliana Cáceres y Margarita Dillon. Porque la idea de la obra es que ese ayer es un hoy. Entonces dentro de la puesta en escena conviven ciertos elementos de época o de historia con materiales contemporáneos. Los mismos pueblos siguen siendo excluidos de la sociedad actualmente, no se les reconoce sus derechos, son explotados, entonces quisimos remarcar esa cuestión ambigua con el tiempo que venía planteada desde la dramaturgia. Los hechos que narra la obra podrían haber haber sucedido ayer como hoy en día”.

Con una única función prevista para este año pero pensando ya en el año que viene, las expectativas del grupo apuntan en palabras de la directora a “generar controversias. Sólo por el tema debe generar debate y replantear el rol histórico de algunos personajes. Nos hemos acercado a la comunidad de los pueblos originarios y han manifestado su alegría por poner en el escenario estos temas porque aún no están saldados. Por ejemplo el respeto por los rituales en relación a la muerte. Una vez que fallecieron los aborígenes fueron expuestos: sus calaveras, sus huesos y quedaron a disposición de las investigaciones científicas.

Durante años estuvieron en exposición a pesar del reclamo de las comunidades hasta que en el 2001 se aprobó una ley que retoma el histórico pedido. Los pueblos originarios peleaban para que los cuerpos les sean restituidos y así poder darles entierro según sus costumbres y rituales. En el caso los tehuelches ellos se enterraban junto a su perro, su caballo, comida porque creían en la reencarnación y esos elementos eran para el nuevo despertar. Pero a pesar que en el 2006 se logró la restitución la comunidad aún sigue en lucha porque afirman que no fueron devueltos en su totalidad los esqueletos”. Estos sucesos no son parte de la obra de teatro pero si de la historia en mayúsculas y que confirman que como en tantos otros casos la realidad supera ampliamente lo que la ficción puede tolerar.

Fuente: http://www.elargentino.com/nota-116169-medios-122-Los-hechos-que-narra-la-obra-podrian-haber-sucedido-ayer-como-hoy-en-dia.html

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