Efe | Buenos Aires
Actualizado domingo 11/03/2012
Una escena de la obra 'Tururú'.
Cuatro obras de teatro reviven en los escenarios de Buenos Aires el drama de la guerra por las islas Malvinas. El fin principal es abrir una reflexión sobre el lado más absurdo y oscuro del conflicto que enfrentó a Argentina con el Reino Unido hace 30 años, y que todavía hoy sigue coleando.
Por miedo a morir defendiendo la soberanía argentina sobre el archipiélago, sin saber cómo, seis jóvenes soldados deciden desertar y se refugian en una cueva en las gélidas y remotas Malvinas.
Este es el punto de partida de "Piedras dentro de la piedra", obra teatral escrita y dirigida por Mariana Mazover, quien se inspiró en fragmentos de la novela "Los Pichiciegos", del argentino Enrique Fogwill.
"La obra narra la vida de estos seis soldados atrincherados, esperando que la guerra termine. El conflicto se construye en torno al miedo de que los encuentren y los fusilen por desertores o que los ingleses los tomen como prisioneros", cuenta Mazover.
Con un tono esencialmente dramático y con pinceladas de humor y absurdo, la obra refleja la desprotección que sienten estos jóvenes y su deseo de vivir, con elementos curiosos como que dos de los soldados son mujeres -algo que no ocurrió en realidad- que permiten explorar la relación entre la guerra y el amor.
"El teatro permite reabrir preguntas sobre lo que sucedió. Esta obra trata del hombre confrontado a la posibilidad de su muerte por causas que le son ajenas, sometido a la maquinaria de la guerra de la que no hay posibilidad de escapar", dijo Mazover, de 32 años.
Otra de desertores y una de un héroe
Una vivencia familiar muy similar tiene Diego Quiróz, de 38 años, que escribió y dirige "Los Tururú", obra que también tiene a desertores como personajes principales y asimismo se inspira en la novela de Fogwill, además de en "Sin novedad en el frente", del alemán Erich María Remarque.
En esta obra, los desertores argentinos, para asegurar su supervivencia, deben negociar con ambos bandos, traicionando a unos y a otros.
"La obra habla de la despersonalización y el miedo a morir", afirma Quiróz, que además codirige "1982, obertura solemne" junto a Lisandro Fiks, autor de la obra.
En esta pieza, que se sitúa en la postguerra, una pareja reciben de modo inesperado a un invitado que se presenta como un supuesto héroe de Malvinas.
Esta obra pone al espectador en situación de confrontarse con sus propias ideas y convicciones acerca del conflicto armado, que se inició en abril de 1982 y concluyó en junio de ese año, con un saldo de 255 víctimas británicas, tres isleños y 649 argentinos.
"Con estas dos obras intentamos aportar a la memoria, la verdad y la justicia, desde una mirada ficcional", señaló Quiróz.
Un fan de Queen relata la guerra
Idéntica intencionalidad asegura tener el director Esteban Massari con "Queen, Malvinas", escrita por Agustín María Palmeiro.
Desde un crudo relato, un joven soldado, que paradójicamente es fanático de la banda británica Queen, comparte con un compañero sus experiencias vitales más profundas y prometen volver a reunirse en el continente, cuando la guerra haya terminado, algo que jamás ocurrirá.
Esperando el ataque final de los ingleses, ambos -enfermos, desnutridos, mal pertrechados y mal adiestrados- montan guardia nocturna en una fría trinchera en Monte Longdon, escenario de una de las más cruentas batallas de la guerra.
El director de "Queen, Malvinas" señala que la obra "es una fuerte reflexión sobre esta barbarie que cometió la dictadura militar", que resolvió ir a la guerra "contra la segunda potencia bélica del mundo".
"La obra se centra en el lado más humano, el de estos chicos angustiados que esperan que los ingleses no vengan... pero vienen. La guerra es la analogía de la muerte y sucede la muerte finalmente", sintetiza Massari.
Fuente: http://www.elmundo.es/america/2012/03/11/argentina/1331456836.html
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