Espectáculos / Algo de lo que pasó en el recital de Catupecu Machu en nuestra ciudad, el viernes por la noche en La Trastienda.
21.04.2012 | 10.05
Por Lucía Zapata
Instantánea del último show de Catupecu en La Trastienda Club porteña en diciembre 2011
Los recibió un enérgico “Vamos Catupé…” que fue agradecido con la potencia de los primeros acordes de “El mezcal y la cobra”, tema inaugural de la noche y de su séptimo disco, que lleva exactamente ese nombre. El cuarteto comandado por Fernando Ruiz Díaz apareció cerca de las 22.30 del viernes en el escenario de La Trastienda (invadido por los instrumentos de la banda) y entre luces, humo y papelitos voladores ya se percibía en el ambiente que lo que venía iba a estar bueno.
Un “buenas noches” del cantante al finalizar la canción de apertura y antes de iniciar “Confusión”, que explotaba cada vez que se escuchaba “te deseo todo y más”. Tras otro grito del público, una nueva respuesta de la voz de la agrupación: “Me gusta el griterío y ya que gritan Catupé, vamos a cantar una canción muy Catupecu” y llegó “Plan B”.
“Ayer (por el jueves 19) fue un día muy especial, el cumpleaños de Gabriel Ruiz Díaz, ¡qué maravilla!”, más aplausos para su hermano (el otro fundador del conjunto, que tuvo un accidente en el 2006) y la emoción personal del músico, que asoció el estado de salud de “Gabi” con una anécdota del bailador Joaquín Cortés, en relación de “sacarle jugo a la vida”.
Con “En los sueños” -una de las más festejadas y otra demostración de la fuerza que transmiten en escena estos cuatro- anunciaron una de sus otras locuras venideras, que será “tocar donde pinte, de sorpresa, en teatritos, donde sea” en versión acústica: “con guitarra criolla y cajón peruano”, precisó Fer.
El homenaje a “otra persona maravillosa que seguro está rondado por acá” fue sin ensayo, y ni se notó. Versión de “Seguir viviendo sin tu amor” para tributar a Luis Alberto Spinetta, y para seguir con dos temas que tuvieron en solitario a la voz líder (“hago una más en este formato, me gusta improvisar”).
Sigue la noche. Sonó “Cristalizado” (una más de su último trabajo) y una referencia al lugar: “Qué maravillosa noche y lugar. Nuestros hermanos de Las Pelotas, que vinieron hace poco nos habían dicho que estaba bueno. Esperemos que se pueda mantener por mucho tiempo más. ¡Vamos La Plata! Que la rompe, es un placer venir acá, una ciudad de hijos pródigos maravillosos, como Virus, Los Redondos. Un fuerte aplauso a La Trastienda y que muchos nuevos artistas puedan tocar acá”.
Siguieron las anécdotas acerca de la composición de los nuevos temas, como de “Musas” que dejó boquiabierto a Macabre cuando Fernando lo presentó al grupo en el estudio. Continuó mostrando sus “riffs”, recordó la salida del nuevo trabajo en sus cuatro formatos (cd, DVD, vinilo y digital) luego de que un fanático levantó bien alto su vinilo de El mezcal… que contó con apenas 2500 ediciones, que se agotaron enseguida.
Resignificó una “canción de conflicto” que se negó a tocar durante un tiempo, pero a pedido del público y de sus tres compañeros (Macabre, Sebastián Cáceres y “el nuevo” o el recientemente apodado “el búho” Agustín Rocino) cantó “Gritarle al viento”, seguida por otra de las más aplaudidas: “Magia veneno”.
Cambio constante de instrumentos, un accidente con una de las guitarras y a “seguir improvisando” porque a pesar de confeccionar el repertorio con anticipación, Catupecu Machu toca “lo que pinta”. Y pintó “A veces vuelvo”, seguido por un tema que a Gabi le gustaba mucho tocar en vivo: “Y lo que quiero es que pises sin el suelo”, que la tocaron a dos bajos con Mauro, de Jauría, como invitado.
Casi imposible describir que generó “Dale!” (de su álbum debut), el público meta saltar y gritar (más de lo que lo venía haciendo), la invitación a Macabre para que entone (“vení a cantar porque se me cantan las pelotas”) y un piquito entre ambos (porque el tecladista es “mi amor incondicional” reveló Fer) desató una “tormenta eléctrica”.
Parecía que esa energía nunca iba a parar, pero tras dos horas llegó la presentación uno por uno: Sebastián Cáceres en guitarras y bajos, el sr. Macabre en coros, teclado, samplers y sintetizadores, Agustín “el búho” Rocino con la batería y una nueva mención a Gabriel, para despedirse con “fue una noche inolvidable, nuestra inauguración en La Trastienda. Se van a acordar de nosotros y nosotros de ustedes”. Seguro que sí. Había pasado media hora de un nuevo día y no quedaba más que comentar lo que había hecho Catupecu machu en La Plata.
Fuente: http://diagonales.infonews.com/nota-179009-seccion-114&Redirect=false-Esos-tipos-la-tienen-clara.html
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