domingo, 22 de abril de 2012

El cielo de los monstruos

Domingo 22 de abril de 2012 | Publicado en edición impresa

TACEC (Teatro Argentino La Plata): Experimental

Diálogo posible entre lo urbano y la naturaleza

Por Alejandro Cruz  | LA NACION

Los seres imaginarios de Silvina Grinberg.

El cielo de los monstruos / Idea y dirección: Silvina Grinberg / Intérpretes creadores: Rakhal Herrero, Ignacio Monna, Emiliano Pandelo y Diego Velazquez / Música original y diseño sonoro: Guillermina Etkin / Textos: Grinberg, Herrero y Velazquez / Vestuario: Mooo! / Escenografía e Iluminación: Facundo Estol / Sala: Tacec / Duración: 60 minutos
Nuestra opinión: buena

Sobre los seres imaginarios, sobre los monstruos que se esconden en el bosque, sobre los hombres que dejan de serlo y les crece una pezuña, unas pequeñas alas en sus espaldas, sobre cantos que se transforman en rugidos, sobre hombres/animales que se sienten solos ("más solos que la luna misma"). Por esos leves y radicales corrimientos transita la poética que instala la coreógrafa Silvina Grinberg en medio de las inmensas paredes de cemento del subsuelo del Teatro Argentino de La Plata. En cierto sentido, convierte a esa enorme estructura arquitectónica de estilo brutalista en un hábitat posible para este catálogo de los seres que indagaron los libros Seres sobrenaturales de la cultura popular argentina, de Adolfo Colombres, y El libro de los seres imaginarios, de Jorge Luis Borges. O sea que, por añadidura, entabla otro diálogo posible entre lo urbano y la naturaleza.

A diferencia de la desolación de estos seres imaginarios, Grinberg entabló fuertes vínculos creativos con un grupo de notables artistas para que este universo se cargue de pliegues y de densidades hasta lograr una atmósfera envolvente. Ahí están, no importa ni el orden ni las responsabilidades: Rakhal Herrero, Guillermina Etkin, Ignacio Monna, Facundo Estol, Emiliano Pandelo, Diego Velázquez y Grinberg misma a cargo de los textos, de las indagaciones sonoras, de las interpretaciones y de la construcción de un mundo con fronteras zigzagueantes entre lo real y los imaginario. El entrelazamiento que logra este conjunto de notables creadores tiene un peso y un cuerpo propios de una fortaleza y solidez interna de enorme precisión. Pero la precisión no es puro tecnicismo, deviene en poética. Hasta en las posibles digresiones, como cuando en medio de ese universo de tanta oscuridad incluyen bellísimas canciones pop, estos "seres atorados al dolor", como dice Grinberg misma, la propuesta gana en pliegues, en capas, en veladuras.

El Tacec es un excelente, y "sano", sitio para la experimentación. El cielo de los monstruos no está exento de esa matriz. En ese sentido, cabe pensar que la propuesta que concluye hoy con dos funciones tiene una energía intrínseca agazapada que podría apropiarse todavía más del enorme espacio o que podría contar con un trabajo dramatúrgico de mayor contundencia. De todos modos, más allá de estos reparos, merece la pena bajar unos escalones de cemento y dejarse llevar.

Fuente: http://www.lanacion.com.ar/1467053-el-cielo-de-los-monstruos

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Las tablas le hicieron fuerza a la motosierra

  Balance de teatro 2024 En un año con fuerte retracción del consumo y un ataque inusitado al campo de la cultura, la caída de la actividad ...