jueves, 1 de diciembre de 2011

“Sólo quería cantar, la fama no me interesaba”

Entrevista con Horacio Molina

Diagonales / A las 21, el cantor festejará los 50 años junto a la canción en el escenario de Ciudad Vieja. Mucho más que el tango, toda una vida


01.12.2011 | Ese hombre de perfil bajo que buscaba en las postales catódicas pasar desapercibido, sabe que no se ha perdido nada por no hacerse presente. De chico supo que era mejos seguir los caminos de las canciones entre intenciones poéticas y melodías. Y así hizo propia la clave para enamorarse de la canción, todos los días como el primero a muchos más de 50 años.

Oficialmente su carrera comienza en 1961 cuando sus colegas Sergio Mihanovich y los hermanos Oscar y Jorge López Ruiz le presentan a Víctor Buchino, director artístico de los estudios RCA. Sin embargo ya le había dedicado gran parte de su vida. Cuenta el cantor que "el amor había arrancado mucho tiempo antes. Desde muy chico, según lo que dice mi familia, estaba todo el día escuchando música en la radio o en los discos. Cantaba, bailaba, tenía hasta un repertorio sumamente extenso para un chico de cinco años que me lo sabía de memoria y cuando podía lo sacaba a relucir. Era bastante notable la fascinación que sentía por la música. De lo que sí tengo recuerdo es de escuchar en la radio a Gardel, mi preferido de ese repertorio infantil, aunque parezca demasiado raro para un niño de esa edad."

El éxito le llega a Horacio con los primeros discos. Incluso el rey de la televisión, Nicolás Mancera, lo convoca para su programa La Noche donde comparte el show con Astor Piazzola, Eladia Blázquez, Egle Martín entre otros y luego al reconocido Sábados Circulares. Molina guarda gratos recuerdos sobre esa época y una impresión imborrable "venía tocando con algunos amigos, en parte vivía ya de la música, pero considero que dí el salto cuando firmé contrato con la grabadora. Sin escalas, entré a un mundo completamente desconocido para mí. Fue raro, creo que nunca terminé de asimilarlo, porque el paso de ser un cantante anónimo que tocaba con sus amigos a estar en un mundo donde además de la música había otros requerimientos me parecían por lo menos extraños. Compartía el escenario con personas conocidas y de pronto yo también me volví conocido.”

Si bien el escenario del set televisivo le sirvió para probar todo tipo de materiales tan expresivos como llamativamente refinados, la fama tiene precio. Y Horacio lo resalta como un hecho curioso, como si fuera parte de su propia vida "era un programa hiper popular donde tocaban todos, Nicky Jones, Jonhy Tedesco, Violeta Rivas, Chico Novarro, Raúl Lavié, ídolos de culto de la época. Al final todos juntos salía a saludar pero a mi me daba tanta vergüenza que me escondía para no hacer eso. Y aunque parezca mentira todavía me da nervios. No es que sufra sino que no puedo dejar de reflexionar al respecto. La verdad no me la creo mucho, sí se que cuál es mi situación pero no me creo un ídolo popular. La limitación de ser un personaje relativamente público, me impide desenvolverme como me es propio."

Según la historia en el ´75 vuelve a su viejo amor: el tango. Etapa que compartirá con nuevos compañeros de ruta Antonio Agri, Quicho Díaz, Suárez Paz y Walter Ríos, el maestro Oscar Cardozo Ocampo.

Él que fue reconocido como una de las voces más importantes del tango con la austeridad que lo caracteriza afirma que en el fondo no siente que haya sido su decisión, "sucedió en el medio de mi carrera, es la industria la que te lleva a considerar esas decisiones. En realidad a mí me gustaba cantar muchas cosas tangos, por supuesto, pero también boleros o canciones de moda la época, canciones internacionales, folclore un poco. Cuando me hice profesional de la industria apareció el cuestionamiento, me costaba tanto tomar la decisión que un poco la tomaron por mí. Como lo que me ofrecieron estaba dentro de lo que me gustaba, así me fui haciendo mi carrera a los tropezones. Quería cantar pero la fama no era algo que me interesara. A mí me hubiese gustado todo lo contrario, poder cantar pero sin ser famoso". Dice sin darse cuenta que lo suyo no se trata de fama sino de puro reconocimiento de todas las personas que fueron tocadas por las canciones que rescató gracias a su personal voz.

Tango

Molina fue nominado a mejor álbum de tango en los Premios Gardel 2011 por su disco de Lepera.

Fuente: http://www.elargentino.com/nota-168192-Solo-queria-cantar-la-fama-no-me-interesaba.html

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