jueves, 29 de diciembre de 2011

"Era un tipo generoso con todos los jóvenes"

Espectáculos / 28.12.2011 | A los 86 años murió el músico platense Mingo Martino. Su colega Sergio Poli lo recuerda como músico y persona.

Por Lucía Zapata

Las pérdidas siempre son un golpe duro, no es ninguna novedad. Pero cuando se va una figura que para el mundo de la música significa tanto como Mingo Martino, pareciera que el dolor y la sorpresa son aún mayores…

El baterista platense, que había cumplido 86 años el pasado 24 de noviembre, era un icono no sólo en el ámbito local sino que también un valuarte del jazz a nivel nacional. Con una carrera de más de seis décadas, Martino se vinculó con su instrumento desde los 13 y durante largos años fue autodidacta, hasta que comenzó a estudiar con el maestro Antonio Yepes, aunque también recordaba las enseñanzas y consejos de Pedro Benavidez.

El debut “oficial”, se podría decir, llegó antes de 1945, época en la que empezó a tocar y que marcó el inicio de un camino que no se detuvo, pues la Asociación de Bateristas de Buenos Aires le otorgó recientemente una distinción por ser “el baterista de más edad en actividad en el país”.

Mingo Martino era una luminaria del jazz platense y argentino, además de recorrer los escenario del país viajó por toda Latinoamérica con formaciones propias y acompañando a otros músicos, hasta que se “cansó” y se instaló en su ciudad natal.

Para recordarlo, la palabra de otro músico platense que además de compartir anécdotas profesionales siente dolor personal por su fallecimiento. El violinista Sergio Poli no dudó en calificar a Mingo como “la figura más importante que tuvimos en la historia del jazz de la ciudad, con mayor trayectoria, una figura central de los últimos 60 años de la historia del género”.

Desde lo íntimo, enumeró un par de historias que lo vincularon con el fallecido baterista: “me toca por un montón de costados, en primer lugar porque Mingo Martino fue el primer músico de jazz que admiré de pibe. Cuando me encontraba con él me contaba que tocó con mi abuelo Romeo, a quien yo no conocí, me contaba cosas que ni mi viejo sabía porque Mingo lo conocía del laburo, de las milongas que compartían”.

Los primeros acercamientos al jazz de Poli fueron junto al artista: “tenía 20 años y estaba empezando a meterme en este mundo del jazz y lo primero que toqué lo hice al lado de él”. Y mencionó un acontecimiento puntual: “recuerdo un concierto de médicos del Hospital Italiano para recaudar fondos y el grupo que musicalizaba era el grupo Contemporáneo de Jazz La Plata, con Mingo Martino, Jorge Curubeto, sería el año ‘82. Vino Eduardo Lagos, un pianista que además era médico, y cuando terminó se armó una especie de jam session donde el Negro Lagos tocó jazz y Mingo me invitó al escenario con ellos”.

A pesar de no haber sido un “gran amigo” Sergio Poli reconoce que “siempre estuvo dando vueltas” la figura del baterista en su carrera: “cuando armé Cordal swing en el ‘85 él vino a vernos, nos daba consejos, yo iba a la casa. Un tipo generoso con todos los jóvenes, es la sensación que tuve siempre. Te abría las puertas de su casa, siempre fue un tipo muy positivo”.

Siempre vigente. En una de las últimas entrevistas que Mingo Martino brindó -a la revista Bateristas al sur- el artista coincidió con la frase de Louis Armstrong: “los músicos de donde yo vengo no se jubilan, sólo tocan menos conciertos”. La tomó como referencia para vincularse con ese estilo de vida, el de nunca frenar, el de siempre continuar con lo que uno ama hacer.

“No paró nunca, no había momento de pararlo”, reconoció Sergio Poli, quien trajo otra anécdota relacionada con Martino: “cuando armé Cordal swing una noche se armó en Ciudad Vieja un concierto y dijimos ‘acá falta Mingo’. Inmediatamente lo llamamos y le dijimos ‘¿querés hacer una fecha con nosotros?’ Y contestó: 'sí, más vale’, porque siempre estaba predispuesto. Le pusimos el nombre pretencioso de Ciudad Vieja All Star, estábamos Néstor Gómez, Pepe Angelillo, Pablo Ledesma, Mariano Meneghini y yo, grabamos un disquito en vivo, y yo siempre digo que para mí, como para la mayoría fue una enorme lección de swing y de todo lo que puede ser el jazz. Tocar con Mingo era fantástico, la forma de acompañar con la batería, como estaba prestando atención a todo lo que pasaba alrededor de él, como aportaba continuamente, era fantástico”. Y las palabras de Poli que seguramente comparte la mayoría de los que lo conocieron, y los que no también, fueron “creo que va a ser mucha falta Mingo, lo vamos a extrañar mucho”.


“Su entrega era infinita”

El pianista Tato Finocchi y una semblanza del gran Martino. 

“Para mi Mingo siempre fue como algo sagrado... nací escuchando su nombre, ya que mi viejo Alfredo tocó con él en el cabaret Resil, y otros sitios. Él era el "Jazz en La Plata" y nadie logró producirme tal respeto, no sólo por lo musical sino por su infinita entrega. Hablar de música con él era maravilloso porque te transportaba a esa época tan hermosa que nosotros, los de mi generación (47) apenas si rozamos, pero, tuve la inmensa fortuna de grabar y tocar con ellos y por su puesto si vale la cita, mi debut oficial como pianista de jazz fue a los 19 con Mingo Martino, y de eso no me olvidaré nunca. ‘Pasame los cortes pibe, vos cabeceame...’, por su puesto yo tenía un miedo atroz. Pero salí airoso... y al final pude trabajar en un merecido disco ‘Homenaje’, que le hizo el sello B&M de La Plata, como director artístico. Me queda lo mejor de él. ¡Un grande!


"En La Plata, el jazz era Mingo Martino"

El saxofonista Pablo Ledesma recordó al entrañable baterista, que marcó a distintas generaciones de músicos
Pablo Ledesma junto a Martino y a Hermenegildo Sabat en el bar "Scat" de 60

“Llegué de Henderson en el 78, hacía unos años que había descubierto el Jazz y aquí en La Plata el Jazz era Mingo Martino, un prócer como le oí decir a alguien en aquel entonces. Acudí a sus conciertos mientras me iba formando como músico y con los años tuve la experiencia de compartir incontables presentaciones con él y sus colegas. Tengo siempre presente el homenaje que le hicimos hace más de diez años junto a otro platense notorio, el extraordinario baterista y compositor Pocho Lapouble, en el Teatro de la Comedia. Las eternas anécdotas contadas con su inconfundible tono de voz, similar a la de Miles Davis, nos perseguirán por siempre. Querido Mingo, que Buddy Rich te tenga a su lado!!!

‘Los músicos no determinamos la música, ella nos determina; nosotros tan sólo la seguimos hasta el final de nuestras vidas, luego ella sigue sin nosotros’, Steve Lacy”. 

Fuente:http://diagonales.infonews.com/nota-170039-seccion-114&Redirect=false-Era-un-tipo-generoso-con-todos-los-jovenes.html

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Las tablas le hicieron fuerza a la motosierra

  Balance de teatro 2024 En un año con fuerte retracción del consumo y un ataque inusitado al campo de la cultura, la caída de la actividad ...