martes, 27 de diciembre de 2011

Un año de festivales, clásicos y nuevos talentos

Balance Teatro 2011

Publicado el 27 de Diciembre de 2011

 "TOC-TOC" - Direccion Lía Jelín
Por Mercedes Méndez

Los esperados estrenos de autores de renombre, las revisiones y las visitas internacionales marcaron el año que se va.

Se hizo teatro en la calle, en el subte, en fábricas y en salas con todo el equipamiento y los asientos acolchonados. Se realizaron espectáculos populares, con funciones gratuitas y en barrios pobres, y también llegaron famosas compañías extranjeras, como La Fura dels Baus, que cobró 400 pesos una entrada. Se pudo hablar de cualquier cosa y representarlo del modo que los artistas quisieron. Además, se recordó cómo hace 30 años personas con convicciones se expresaron, a pesar del miedo y el horror de la dictadura. Todo esto se reflejó en las obras de teatro que en 2011 hubo en Buenos Aires. A eso hay que sumarle una particularidad: este año varios de los referentes internacionales del arte dramático llegaron al país y compartieron sus estéticas.

A pesar del inevitable carácter efímero del teatro, la cartelera porteña tuvo grandes estrenos que merecen un registro . La talentosa Cristina Banegas apostó a su rol como directora para estrenar La familia argentina, la única obra que escribió Alberto Ure. En el circuito independiente, muchos jóvenes directores continuaron creciendo en obras de calidad, como el caso de Bernardo Cappa en Pezones Mariposa, Claudio Tolcachir con El viento en un violín y los textos de Santiago Loza en Pudor en animales de invierno, con la dirección de Lisandro Rodríguez y Matar cansa, dirigida por Martín Flores Cárdenas.

Una vez más, los textos clásicos fueron una fuente de inspiración, ya sea para rigurosas adaptaciones, como la que hizo Daniel Veronese de Un tranvía llamado deseo, de Tennessee Williams, o la contemporánea versión de Antonio y Cleopatra de Shakespeare, que llevó a escena Beatriz Catani con la pieza Si es amor de verdad, me dirás cuánto entonces.Con cuatro siglos de distancia, la obra de Shakespeare continuó vigente en Buenos Aires, con la característica de que este año hubo en cartel cinco puestas de Hamlet. 

Enrique Pinti protagonizó una muy convocante versión de El burgués gentilhombre de Molière en el Teatro San Martín; Mauricio Kartun estrenó nueva obra: Salomé de la Chacra (luego del éxito de Ala de criados), y Alejandro Tantanian polemizó sobre la guerra de Malvinas y la condición humana con su versión de Las Islas, de Carlos Gamerro.

El Festival Internacional de Buenos Aires, que se realizó entre septiembre y octubre, permitió la llegada de famosos espectáculos internacionales, entre ellos dos obras de Peter Brook: Una flauta mágica y Warum Warum; ¡Te estoy mirando a los ojos, contexto social de ofuscación!, de René Pollesch, y una de Heiner Goebbels: Eraritjaritjaka. La apertura del FIBA fue con la versión del director alemán Thomas Ostermeier de un Hamlet que fue ovacionado por el público. Desde Chile, Guillermo Calderón presentó su obra Neva, un espectáculo que se hizo famoso en Chile por la calidad de su elenco, que pasa del clima intimista al melodrama, sabe reírse de los actores instalados en el discurso y generar monólogos hiperrealistas y revolucionarios a la vez. Otra visita de relieve fue la del francés Philippe Genty, invitado por el Teatro San Martín, quien trajo las imágenes surrealistas de Los Viajeros Inmóviles. Además, el artista libanés Rabih Mroué y el inglés Tim Etchelles presentaron sus espectáculos en el marco de Panorama Sur, una usina creativa que funciona hace poco para permitir la comunicación entre artistas de distintos países en Buenos Aires.

También en 2011 se cumplieron 81 años de la fundación del Teatro del Pueblo, fecha instaurada como el día del teatro independiente. La vitalidad de los movimientos teatrales de autogestión tuvo otro motivo para festejar: en este año se cumplieron 30 años de Teatro Abierto, la reacción creativa que los artistas tuvieron ante el salvajismo de la dictadura. Conocido por su enorme expansión, porque cientos de artistas trabajan sin pensar en la falta de dinero, por los actores y actrices viscerales y por una generación de directores que han encontrado estéticas reconocidas en todo el mundo, el teatro argentino dio, este año, otra muestra de su potencia.

El año teatral comenzó con una obra que se volvió fenómeno. Bajo la dirección de Lía Jelín, los actores Mauricio Dayub, María Fiorentino, Daniel Casablanca, Melina Petriella, Gimena Riestra, Diego Gentile y Jorgelina Vera se reunieron con la expectativa de que tenían una buena pieza de comedia que surgía desde el más profundo dolor, pero nunca imaginaron que la respuesta iba a ser de constantes localidades agotadas y una taquilla que convirtió al espectáculo Toc Toc en la obra más exitosa de la cartelera porteña. Luego de un año entero de funciones en Buenos Aires, con más de 150 mil espectadores Toc Toc hace, ahora, temporada en Mar del Plata.

Drácula, un hito de la historia del teatro argentino, cumplió 20 años. Pepe Cibrián y Ángel Mahler estrenaron este musical en el Luna Park en 1991y decidieron festejar las dos décadas con un re estreno de su espectáculo, con algunos cambios en la música y en la escenografía. Desde que se hizo la primera función, el cantante y actor Juan Rodó interpretó al conde de Transilvania en 1300 funciones. La historia de este misterioso personaje, sus canciones dramáticas y el ambiente erótico cambió para siempre la popularidad y el prestigio de la comedia musical en la Argentina.

Fue el estreno de una de las obras más movilizantes del año. Se trata de La familia argentina (foto), la única pieza teatral que escribió Alberto Ure, a fines de los ’80, con dirección de Cristina Banegas y las actuaciones de Luis Machín, Claudia Cantero y Carla Crespo. La obra del polémico director y escritor es un compilado de diálogos explosivos: en un par de frases contienen carga dramática emocional, referencias al contexto histórico y político y, además, mucha ironía y humor. La familia argentina se representó todo el año en el Centro Cultural de la Cooperación con localidades agotadas.

También durante este mes, se volvió a presentar en el circuito independiente la obra Mi vida después, el espectáculo más reconocido de la joven Lola Arias. El testimonio que la actriz Vanina Falco hace en el teatro sobre su historia de vida, le permitió declarar en la justicia contra su padre, un represor que robó un bebé durante la dictadura. El bebé apropiado es el actual legislador Juan Cabandié. En mayo de este año, su apropiador fue condenado a 18 años de prisión. Mi vida después quedó signada como una obra de teatro capaz de cambiar la realidad concreta.

Osqui Guzmán hizo su aparición en la escena teatral como dramaturgo y director con la pieza El centésimo mono. Guzmán, referente del teatro independiente y de la improvisación, contó la historia de un mago que está cerca de la muerte. La puesta se valió de los recursos de la magia y el teatro, gracias a tres actores – magos. También se estrenó el musical: La novicia rebelde, con una seguidilla de hits musicales como “Do-Re-Mi”, “El sonido de la música”, “Las cosas que me hacen feliz” y “El pastor solitario”. Laura Conforte, en el papel que en cine interpretó Julie Andrews, fue la revelación. También fue la reposición de una de las obras de teatro independiente más exitosas de 2010: El tiempo todo entero, de Romina Paula.

El reconocido director Daniel Veronese presentó uno de sus dos grandes estrenos de 2011: su versión del clásico de Tennessee Williams, Un tranvía llamado deseo (foto), con las actuaciones de Diego Peretti, Erica Rivas, Guillermo Arengo y Paola Barrientos. También, se estrenó en el Teatro San Martín El aire del río, con las actuaciones de Pompeyo Audivert, Alejandro Awada e Ingrid Pellicori. Con esta obra, se completó el doble estreno del reconocido autor Carlos Gorostiza, con 91 años. En febrero había presentado Vuelo a Capistrano, con Daniel Fanego, Emilia Mazer y María Ibarretta.

Fue otro mes de estrenos importantes. La actriz Laura Novoa volvió al Complejo Teatral de Buenos Aires con la pieza Calderón de Pier Paolo Pasolini, en una versión de títeres, con el elenco de titiriteros del Teatro San Martín. Alejandro Tantanian presentó su polémica versión teatral de la novela Las islas, de Carlos Gamerro, una puesta difícil, que se distinguió por no tener un contrato de lectura que tranquilice al espectador. Javier Daulte estrenó Espejos circulares, con Soledad Silveryra, Boy Olmi, Andrea Pietra, Jorge Suárez y Victoria Almeyda. A esta altura del año, Daulte es el director con más obras en cartel.

Entre el 13 y el 26, se hizo la 26º edición de la Fiesta Nacional del Teatro en San Juan. 

Llegó a Buenos Aires un referente del teatro mundial: el francés Philippe Genty, creador del teatro objeto e indagador del universo onírico y surrealista. Genty presentó en el San Martín Viajeros inmóviles, un ejemplo de artistas completos que cantan, bailan y actúan en un caso de poesía hecha teatro. Les Luthiers presentó ¡Chist!, una antología con los mejores shows del grupo de 43 años de trayectoria por una única semana de funciones. Fuerza Bruta hizo el estreno mundial de Wayra Tour en el Luna Park, el primer espectáculo de la compañía que le ofrece al público la posibilidad de ver sus obras desde una butaca. Eduardo Rovner estrenó dos populares espectáculos en la Ciudad Cultural Konex, que escribió y dirigió: Sócrates, el encantador de almas y Te voy a matar mamá. Y Daulte estrenó Lluvia Constante, con dos famosos actores: Joaquín Furriel y Rodrigo de la Serna, un thriller policial que funcionó a sala llena y a partir de enero de 2012 sigue en cartel en Buenos Aires.

Fue uno de los meses más intensos para el teatro. El 23 se cumplieron 30 años de Teatro Abierto, el movimiento teatral en el cual autores y actores interpretaron textos que se referían a la libertad, la opresión, el miedo y la ausencia de sus amigos en plena dictadura militar. Teatro Abierto se inauguró el 28 de julio de 1981 en el Teatro del Picadero. Los artistas decidieron expresarse mientras el dictador Roberto Eduardo Viola dirigía el país. Muchos de los referentes de aquella época, Roberto “Tito” Cossa, Raúl Serrano y el actor Raúl Rizzo, entre otros, se reunieron en el pasaje Santos Discépolo, frente al Picadero, para recordar esa fecha con un festival en la calle.

En el Teatro Cervantes volvió Yepeto, una de las obras más conocidas de Tito Cossa, 24 años después del estreno de la puesta original, interpretada por Ulises Dumont. Ahora, Manuel Callau representó el papel del recordado actor. 

Alejandro Tantanian trajo una obra que pocas veces se hizo en el mundo: Blackbird, de David Harrower, una historia que narra el encuentro entre un hombre y una mujer, 15 años después de haber tenido una relación sexual cuando ella era menor. El grupo Catalinas Sur, de La Boca, cumplió 28 años y organizaron la cuarta edición del Festival Internacional de Títeres, que contó con espectáculos que llegaron desde Rusia, Irán, Kenia, Italia, España, México, Colombia, Perú, Ecuador, Brasil y Chile. Ala de criados, de Mauricio Kartún, cumplió 300 funciones. El espectáculo se estrenó en agosto de 2009 y para este mes, todavía no bajaba de cartel. Alcanzó tres temporadas, 300 funciones y 33 mil espectadores.

En la cartelera porteña se presentaron dos obras que hablaban sobre Eva Perón. Andrea Del Boca subió a escena por escenarios del interior del país con Eva y Victoria y Marta Avellaneda estrenó Yo elegí ser Evita.
En la sala Casacuberta del San Martín, Daniel Veronese presentó otro estreno muy esperado: Los hijos se han dormido, una versión de La Gaviota de Chejov, la tercera puesta que Veronese hace sobre el autor ruso. Y como si faltaran estrenos cargados de expectativas, Claudio Tolcachir presentó El viento en un violín, la tercera obra de su trilogía que él escribe y dirige y que incluye a La omisión de la familia Coleman y Tercer Cuerpo.

Se terminó de consolidar una “Hamletmanía” en Buenos Aires: al presentarse cuatro versiones del clásico. En total, las cuatro obras sumaron más de 20 mil espectadores. Durante el mes siguiente, se realizó la quinta versión en el FIBA, directo desde Alemania. Las puestas que estuvieron en cartel fueron: Hamlet de Juan Carlos Gené, con Mike Amigorena como el príncipe de Dinamarca (foto); Hamlet, la metamorfosis, la versión de Carlos Rivas, que ya venía desde 2010 y fue protagonizada por Gabriela Toscano; la pieza Hamlet x Hamlet, del actor, director y maestro Marcelo Savignone y Hamlet el señor de los cielos, de Rubén Pires.
El director Javier Daulte se volvió otro fenómeno. El artista que durante años dividió su vida entre la Argentina y España, presentó sus obras sólo en Buenos Aires. Por eso, estrenó siete espectáculos: Lluvia constante, Espejos circulares, Baraka y Proyecto Vestuarios en sus dos versiones, hombres y mujeres, Filosofía de Vida y 4D Óptico.

Se realizó la segunda edición del Festival Escena, el colectivo de artistas de teatro independiente. Gracias a la repercusión y movilización de este festival, los artistas lograron que la Legislatura aprobara una ley que reconociera la situación de estas salas de autogestión y cambiara las exigencias para la habilitación municipal. También se estrenó Filosofía de Vida, un texto del mexicano Juan Villoro, protagonizado por Alfredo Alcón, Claudia Lapacó y Rodolfo Bebán. Mientras disfrutó del éxito de estar en escena con dos grandes del teatro, Claudia Lapacó fue sorprendida con el ACE de Oro por su trayectoria y su trabajo en la obra Largo viaje de un día hacia la noche. También este mes, Raúl Serrano presentó un espectáculo: El viaje de Don Juan, inspirado en el clásico de Molière, luego de cuatro años de dedicarse exclusivamente a la docencia.

El hecho relevante fue la conclusión del FIBA (Festival Internacional de Buenos Aires), que terminó el 8 de octubre, luego de dos semanas de obras de danza y teatro reconocidas en el mundo y con una selección especial de lo mejor del teatro porteño y del interior del país. En total, 40 mil personas vieron algo de los 48 espectáculos que se presentaron, 14 internacionales y 34 nacionales. Entre las puestas de lujo, se pudieron ver dos obras del famoso director Peter Brook: Una flauta mágica y Warum Warum; ¡Te estoy mirando a los ojos, contexto social de ofuscación!, de René Pollesch y la obra de Heiner Goebbels, Eraritjaritjaka. La gran joya del FIBA fue Hamlet de Thomas Ostermeier. Una versión contemporánea de un texto escrito hace 400 años, con un registro audiovisual en vivo y la interpretación de uno de los mejores actores del momento: Lars Eidinger.

Además, se realizó un ciclo con obras del talentoso director Enrique Federman, se estrenó la versión teatral de La celebración, basada en la película, con actores famosos por la televisión, como Benjamín Vicuña, Gonzalo Valenzuela y Juana Viale. Además, fue el estreno del musical Un amor de novela, con Claribel Medina y Juan Darthes.

Llegó a Buenos Aires otra joya del teatro internacional, con la presentación de Neva, del chileno Guillermo Calderón. En el Cervantes se presentó un clásico de Discépolo, Mateo, con Roberto Carnaghi, en un alto momento expresivo de su carrera, en el rol principal. Pepe Cibrián fue declarado ciudadano ilustre. Y mientras se presenta una versión del clásico de Mauricio Kartun, Chau Misterix, el reconocido dramaturgo argentino estrenó en el San Martín Salomé de la chacra (foto), su último trabajo. El 30 de noviembre se celebró el día del teatro independiente y se cumplieron 81 años de la fundación del Teatro del Pueblo.

Comenzó la temporada de verano, con muchos espectáculos que se instalaron en Mar del Plata, Villa Carlos Paz y Buenos Aires. En la Costa se desarrolla una oferta teatral ecléctica, con textos clásicos de autores consagrados como Arthur Miller, piezas históricas basadas en la vida de Arturo Illia, obras sobre la dictadura, versiones teatrales sobre películas de Hitchcock, comedias muy probadas en Buenos Aires y los infaltables espectáculos de revista. Los mediáticos se instalan en Villa Carlos Paz y en Buenos Aires, el teatro comercial promete obras de calidad. <

Fuente: http://tiempo.infonews.com/notas/ano-de-festivales-clasicos-y-nuevos-talentos

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