viernes, 15 de julio de 2011

Cuando las palabras sobran y la danza se revela como el mejor lenguaje

Por Mercedes Tonelli de ¿Qué hay en Danza?

María Inés Ghiglione estudia en el Centro de Investigación y Experimentación en Video y Cine (CIEVYC) y está trabajando sobre su tesis. Marisa D´Alessandro es una reconocida bailarina y coreógrafa de nuestra ciudad. Se encontraron gracias a las nuevas tecnologías y juntas dieron vida a un trabajo de videodanza que se verá recién a fin de año en Capital Federal, en el que fusionaron de maravillas sus respectivas habilidades. A continuación, algunos detalles de la historia.

La génesis

María Inés tenía que preparar un corto como tesis para terminar sus estudios y sólo contaba con el esbozo de una idea. Sonaba en su mente una historia que girara en torno de lo que es la naturaleza humana, la progresiva pérdida de la inocencia y la permanente mutación de los roles que encarnamos los individuos. Una historia basada en una cacería, de esas en las que el cazador de un momento luego se transforma en presa y viceversa, en forma recurrente y sucesiva. Pero la cuestión era cómo contarla: la palabra, un guión tradicional con diálogos, aparecían como recursos demasiado comunes y poco originales, y en su impresión diluían la fuerza del planteo.

Fue así como, de repente, descubrió que la danza era el mejor lenguaje para expresarlo. Porque permitía mantener en abstracto expresiones que de otro modo se volverían muy triviales y porque además encerraba cierta mezcla de lo cultural con lo salvaje que ambientaba mejor la situación. Pero ella no tenía ningún vínculo con esta disciplina: no la practicaba, no tenía parientes, ni amigos ni compañeros que se dedicaran a ella, su único contacto con algo similar era su gusto por la comedia musical, ¿cómo dar con el conjunto adecuado?

Los primeros pasos

Vía facebook y un poco por casualidad se contactó con Marisa, quien le mostró algunos videos de sus creaciones anteriores. Conectaron enseguida, de entrada descubrieron que compartían los mismos códigos y se entendieron fácilmente. Así que hablaron de la idea y le terminaron de dar forma en conjunto; pulieron detalles del vestuario, los colores y la escenografía con la premisa de que menos era más y así llegaron a una adaptación del tema "the devil wouldn´t recognize you" de Madonna, sobre el cual Marisa crearía la coreografía. Una de las ideas fuerza era generar una estética de igualdad entre dos personajes, confundir sus identidades, pero sin que el planteo pudiera interpretarse como una denuncia de violencia de género.

El proceso

La elaboración tuvo dos fases distintas y separadas: una en La Plata a cargo de Marisa y otra en Capital, bajo el mando de María Inés. Aquí aparecieron las intérpretes Leonor Martorell y Malén Ramírez, y la maquilladora María Cluá, quien tuvo una participación vital en la selección de los colores que se terminaron utilizando. Allá, la organización del rodaje: producción, arte, fotografía, cámaras... Se encontraron dos veces y confirmaron la excelente simbiosis del equipo. María Inés vio los ensayos y quedó encantada con la interpretación de su idea; sólo pedía más gestualidad en las caras y la modificación de algunos detalles para que se luciera la filmación. Le daba un poco de miedo dirigir bailarinas, ya que nunca lo había hecho, pero conocía muy bien cuáles eran las necesidades de la cámara que debía respetar.

En marzo de este año se filmaron tres cuadros y el rodaje tuvo tres partes. Sólo contaban con tres cámaras así que tuvieron que repetir la interpretación "como mil veces" para encontrar las mejores tomas. La filmación se hizo en el Pasaje Dardo Rocha y se juntó mucho material, que todavía no está del todo editado. El corto dura aproximadamente cinco minutos, como el tema.

Impresiones

Retrospectivamente, María Inés piensa que fue una apuesta audaz porque no lo había hecho nunca, pero confirma que este fue el mejor lenguaje para expresar sus ideas. No se podía forzar otra solución.

Encuentra algunas diferencias entre trabajar con actores y con bailarines y explica que los actores son "más preguntones" y el trabajo se vuelve más tedioso, mientras que en el caso de los bailarines la cuestión pasaba por el equilibrio entre darles seguridad sin distraerlos, y entre opinar o hacer comentarios pero sin que pudieran interpretarse como una crítica al trabajo ajeno. ¡Y además ahora empezó a tomar clases de danza clásica y se entusiasmó con hacer otros proyectos similares!

Marisa, por su parte, está encantada y asegura que disfrutó mucho del proceso. Recuerda lo enriquecedor que fue para toda la gente que participó, contar con el aporte interdisciplinario de artistas que no venían de la misma formación. Tanto para ella como para las bailarinas fue un gran aprendizaje trabajar la danza desde la filmación, y recuerda que para María Inés fue una gran sorpresa ver cómo la danza podía tener perspectivas y abordajes tan alejados de lo que es un simple show o la estética del jazz, que eran su punto de referencia. El resto del equipo porteño, por su parte, no estaba tan seguro del éxito de la tarea al principio, sobre todo los responsables de la parte de arte y fotografía, pero después de ver los primeros ensayos se convencieron.

La experiencia contada por una de las protagonistas: el relato de Leonor Martorell

"Cuando Marisa nos contactó para hacer el corto la respuesta inmediata fue que sí. Yo estudio la carrera de danza contemporánea en La Plata y me oriento a la disciplina de un modo profesional, aunque por ahora sólo asumo el rol de bailarina-alumna. El material audiovisual me gusta mucho, así como el género relativamente nuevo de la videodanza. Es por todo esto que cuando Mari nos contactó, la propuesta me resultó muy interesante aún sin conocer el guión. Significaba la oportunidad de descubrir y aprender aunque sea un poco de lo cinematográfico.

El trabajo previo a la filmación fue leer el guión, montar la coregrafía. Luego de varios ensayos que tuvimos solas, Inés se acercó a presenciar algunos. Esos encuentros fueron muy ricos ya que pudo darnos una idea más completa de las características de los personajes y la relación entre ellos, ayudarnos a construirlos. Una de las grandes inquietudes que teníamos Malén y yo era el hecho de que si bien estudiamos danza desde niñas, no teníamos estudios de teatro, lo que en un principio nos parecía un obstáculo para la elaboración de estos personajes, pero con la ayuda de Inés y Mari pudimos desde el lenguaje que conocíamos, el de la danza, sentirnos cómodas y darle vida a los mismos. Fue así que luego de unos meses de ensayo se pautó la fecha de filmación.

Si bien ese día fue intenso, nos quedamos muy contentas por un lado, pero tristes por otro ¡porque queríamos más!

Pudimos dar cuenta de muchas diferencias entre bailar en una función tradicional y bailar para ser filmada. Una de ellas es el uso del tiempo, la obra de danza en vivo ocurre una vez, la composición en danza, al ser una disciplina escénica se piensa en función de un espectador y se pretende focalizar la mirada del mismo, es decir guiarla, llevarla a que atienda a ciertas imágenes,momentos, en vivo. Si bien creo que desde lo cinematográfico se busca también focalizar la mirada del espectador, la posibilidad de construir focos es más amplia, los medios son distintos, como así también los tiempos.

Este es un que apenas dura unos 5 minutos, pero que llevó un día de trabajo, tuvimos que repetir muchas veces la coreografía, incluso sólo fragmentos, y cada vez que lo hacíamos este foco se iba modificando, nos filmaban dede distintos ángulos, por momentos sólo los rostros, por momentos planos más generales de los cuerpos enteros, por momentos a una, por momentos a la otra. Creo que desde lo cinematográfico hay una variabilidad del tiempo y el espacio que en la danza en vivo no se pueden conseguir.

Algo que nos sorprendió fue la cantidad de gente que requiere la filmación y la modalidad de trabajo en equipo que fue súper eficiente y necesaria para lograrlo, un todo donde todas las piezas encastraban y funcionaban correctamnete para darle vida al corto.

Estoy ansiosa por ver el resultado final y espero que el logro sea un relato desde un lenguaje que ya no se puede reducir ni a cinematográfico, ni al de la danza, que tiene vida propia y que si bien está compuesto por distintos elementos, es uno de modo indisoluble."

Más información en www.quehayendanza.com.ar

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