Danilo era actor. Pero era uno de los más geniales, tumultuosos y políticamente incorrectos actores argentinos. Su talento era explosivo, retorcido, intolerante e insoportable. Peronista inclaudicable, trotskysta de sólida formación, cristiano convencido, Danilo no tenía límites. Los pocos años que pasó en Buenos Aires lo hicieron centro en las mesas de los amaneceres en el Pernambuco de la calle Corrientes de la década del 80.
Danilo tenía una amplia cultura, muy superior a la media entre sus colegas, estaba políticamente formado en la tradición del peronismo y de lo mejor de los escritos de León Trotsky. Era provocativamente gay y la experiencia vital, sin límites y sin claudicaciones, constituyó la materia prima de su arte.
Logró momentos culminantes en el escenario del teatro Alvear, junto a Alberto de Mendoza, interpretando a Juan Sombra, el demonio en la adaptación porteña del "Don Fausto" de Pedro Orgambide. La prensa comercial no pudo ignorar su perversa y ambigua interpretación, su infinita delgadez discepoleana, su maligna mirada, su voz meliflua y seductora.
Pasó noches y noches de hambre y wisky, en su intento de no entregar su arte al becerro de oro de la televisión y los bolos en las tiras. Sólo hizo lo que quiso. Cuando no pudo más, cuando la angustia, la soledad, el hambre y la enfermedad lo abatieron se volvió a su pueblo natal, Necochea, con su madre y sus amigos de la infancia.
Lo conocí cuando filmamos "Mirta de Liniers a Estambul". Después hicimos "Chorros" y la última vez que lo contraté fue para hacer un extraordinario y corrompido gerente gay de una disco, La Maga.
Danilo Devizia era intransigente, sensible e inadaptable.
Murió el 19 de julio de 2002 en Necochea. Fue uno de los más grandes actores argentinos: una especie de Klaus Kinsky rioplatense.
Julio Fernández Baraibar
Fuente: http://jfernandezbaraibar.blogspot.com/2007/04/danilo-devizia-ignoro-si-el-lector.html
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