domingo, 17 de julio de 2011

El canto me fascina

Oriana Favaro

Los espectadores habituales del Teatro Argentino suelen recibir gratas sorpresas al escuchar -en el caso de los cantantes- a jóvenes valores en los que se adivina un desarrollo artístico en crecimiento.

En este caso se trata de la soprano Oriana Favaro, quien desempeñó el papel de Corinna en la ópera “Il viaggio a Reims” los días 23 y 31 de julio. A sus muy jóvenes treinta y un años une armoniosa presencia física y segura personalidad. Decidida y estudiosa, la podemos imaginar concentrándose para tomar el impulso necesario y luego lanzarse a recorrer una trayectoria que, aunque demande gran trabajo, será apasionante.

Un breve repaso por su biografía nos dice que esta porteña es Licenciada en Historia del Arte de la UBA, que estudió piano con maestros particulares, perfeccionamiento vocal con Mónica Boffino, Nino Falzetti y el conocido platense Ricardo Ortale en el Instituto Superior de Arte del Colón -lugar donde prosigue sus estudios- y Repertorio con Susana Cardonnet. Además, que fue semifinalista en el Concurso Internacional de Canto Montserrat Caballé, llevado a cabo en Zaragoza, España. En el Festival Lírico de Montevideo fue finalista y ha sido seleccionada para participar en el Concurso Internacional de Canto Competizione dell’Opera en Bremen y Dresden, Alemania, en agosto de este año.

Interpretó roles en óperas cuya diversidad va desde “Dido y Eneas”, “Carmen”, “Rigoletto”, “Lady Macbeth de Msensk” hasta “Ainadamar” y otras obras inscriptas en el repertorio clásico y moderno. Incluso incursionó, en el rol de Hanna, en la famosa opereta “La viuda alegre”. El papel de Marie en “La fille du régiment”, en la Ópera de Bahía Blanca, se cuenta entre sus actuaciones.


Para conocer más a fondo a esta cantante

-Comenzaste estudiando piano e historia del arte, ¿cómo nació tu vocación o tu inclinación por el canto?

-Lo primero fue el piano, cuando era muy chiquita, tenía cinco años. Tengo una anécdota muy tierna de aquella época. Yo había escuchado en algún lado -no me preguntes dónde- “Para Elisa” y quedé hechizada. Entonces, le dije a mi mamá que quería estudiar piano para poder tocar esa pieza. Luego fueron muchos años de estudio, más que los de canto. Mi relación con el arte era fuerte. hice cerámicas, esculturas y de ahí el paso a la Historia del Arte. Y mientras estaba en el medio de esa carrera y terminando de tocar el piano, empecé mis estudios de canto. Para mí, fue algo que no tenía nada que ver con lo anterior porque el canto me fascina. Es la manera de comunicar que va conmigo.

-Para un cantante sus cuerdas vocales son su “instrumento” ¿cómo las cuidás?

-Siempre ando bien abrigada, si hace mucho frío taparme la nariz. En verano, tener la precaución de no dormir con el aire acondicionado. Ahora, tomar una bebida con hielo, todo bien en este aspecto. En realidad, son los cuidados más o menos normales de cualquier persona.

-¿Cuánto tiempo dedicás al canto con tu maestro Ricardo Ortale? ¿y en repertorio con Susana Cardonnet?

Depende de las épocas. Hay épocas en las que hay muchos ensayos, entonces el tiempo que no se puede dedicar, de manera formal, a la técnica vocal y al repertorio sí está presente esa dedicación en los ensayos. Hay gente que dice que hay que cantar y vocalizar todos los días. Yo canto y vocalizo cuando lo necesito y cuando tengo ganas.

-En la actualidad, ¿tu vida de cantante incluye o excluye tus otras actividades?

-Incluye muchísimo. La carrera de Historia del Arte me dio herramientas, a esta altura de mi vida, absolutamente invaluables. Cada ópera plantea un contexto histórico diferente con cuestiones sociales, económicas y políticas propias de ese momento. Todo eso el arte lo refleja siempre.

-Tus actuaciones fueron no solo en teatros sino en otros espacios, como el Museo de la Ciudad, el Museo Fernández Blanco o la Parroquia de la Rábida, por citar algunos. ¿Qué los diferencia de un teatro?

-La diferencia fundamental es el contacto con la primera fila de espectadores a un metro y medio o dos metros. Por lo tanto, es diferente la recepción y son diferentes los lujos que me puedo permitir en el momento de hacer un gesto. En un gran escenario, los gestos en la actuación deben ser hechos con “lupa” para que el espectador comprenda lo que está sucediendo. En cambio, en un lugar más chico la cercanía hace que la comunicación sea más sutil.


Oriana Favaro y su interpretación de Corinna

En “Il viaggio a Reims”, la ópera de Gioacchino Rossini, Oriana fue una brillante y conmovedora Corinna y se movió con soltura en el papel. En una de las dos arias que Oriana tuvo a su cargo, fue acompañada por el arpista Ramiro Enríquez y alcanzó momentos de bravura y delicadeza vocal, que se reflejaron en los aplausos del público. De todas maneras, para esta soprano el pasaje preferido de “Il viaggio a Reims” es el ensamble, único en el repertorio operístico, que es el gran pezzo concertado para catorce voces.

-En lo que se refiere a tus actuaciones ¿cuál de ellas considerás que fue la mejor, la que más te agradó, qué papel y qué obra?

-Es difícil, en parte porque no he hecho muchas cosas como para tener un abanico, digamos, de cuarenta óperas para evaluar. Pero una ópera en la que me agradó mucho participar fue en “Lady Macbeth of Mtsensk”, el año pasado en el Teatro Argentino. Me impactó, la música me encantó, me pareció espectacular. Yo nunca había escuchado a Shostákovich. Además, la puesta fue brillante.

(Un detalle de la importancia que para Oriana tuvo esta ópera es que su celular, al que la cortesía de su dueña no dejó sonar en toda la entrevista, tiene como música una parte de “Lady Macbeth of Mtsensk”).

-En la Ópera de Bahía Blanca, en “La fille du régiment” te toca interpretar a Marie. ¿Cómo es este personaje y cómo te ves interpretándolo?

-Es el primer Donizetti que hago y con el canto de este compositor me va bastante bien. “La fille du régiment” es una comedia y a mí me encanta este género. Me veo divirtiéndome. Por supuesto, me gusta mucho vocalmente.

-Y en el futuro, ¿qué roles te gustaría interpretar?

-Suelo encontrarle cosas buenas a todas las óperas en general. Aclaro que no soy una gran conocedora del repertorio operístico. Me gusta mucho el barroco, la comedia me fascina. Pero, al mismo tiempo, me gusta ver sangre en el escenario, la tragedia. Me apasionan los roles donde uno muere, donde los impulsos del ser humano llegan a un límite.

Esto que Oriana dice nos muestra -en su aparente contradicción- la faceta que todo artista debe poseer para que la entrega al personaje sea casi visceral. El futuro y su público la esperan.

Entrevista: Pampi Curuchaga

Fotos: Guillermo Genitti

Teatro Argentino

Un viaggio a Reims

(17,23,24,30, y 31 de julio 2011)

Esta ópera, que confirma el talento sin par del compositor de Pesaro para el género cómico, llegó a La Plata con dirección musical de Sergio Monterisi, régie de Emilio Sagi (repuesta por Elisabetta Courir) y un gran elenco de cantantes y la música de Gioacchino Rossini y libreto de Luigi Balocchi.

Se trata de la producción realizada originalmente para la edición 2001 del Rossini Opera Festival de Pesaro. La dirección musical le fue de Sergio Monterisi y la régie de Emilio Sagi fue repuesta por Elisabetta Courir. La escenografía estuvo a cargo de Daniel Bianco, el vestuario de Pepa Ojanguren y la iluminación de Daniel Conde.

Integraron el reparto Paula Almerares (17, 24 y 30) y Oriana Favaro (23 y 31) como Corinna, Nidia Palacios (17, 24 y 30) y Gabriela Cipriani Zec (23 y 31) como Marquesa Melibea, Marisú Pavón (17, 24 y 30) y Eleonora Sancho (23 y 31) como Condesa de Folleville, Victoria Gaeta (17, 24 y 30) y María Bugallo (23 y 31) como Madama Cortese, Francisco Brito (17, 24 y 30) y Santiago Bürgi (23 y 31) como Caballero Belfiore, Alessandro Luciano (17, 24 y 30) y Carlos Ullán (23 y 31) como Conde de Livenskof, Luis Gaeta (17, 24 y 30) y Norberto Marcos (23 y 31) como Barón Trombonok, Luciano Miotto (17, 24 y 30) y Alejandro Meerapfel (23 y 31) como Lord Sidney, Ricardo Seguel (17, 24 y 30) y Walter Schwartz (23 y 31) como Don Profondo, Leonardo Estévez (17, 24 y 30) y Ernesto Bauer (23 y 31) como Don Álvaro, Nicolás Zechi (17, 24 y 30) y Juan Pablo Labourdette (23 y 31) como Don Prudenzio, Santiago Ballerini como Don Luigino, María del Rocío Giordano (17, 24 y 30) y Patricia Deleo (23 y 31) como Delia, Lídice Robinson (17, 24 y 30) y Roxana Deviggiano (23 y 31) como Maddalena, Andrea Maragno Risoleo (17, 24 y 30) y María Luisa Merino Ronda (23 y 31) como Modestina, Francisco Bugallo como Zeffirino, Ricardo Crampton (17, 24 y 30) y Federico Demichelis (23 y 31) como Antonio y Maximiliano Agatiello como Gelsomino.


Il viaggio a Reims

Entre las más bellas y originales partituras de Rossini

Il viaggio a Reims, ossia L´albergo del Giglio d´oro (El viaje a Reims o El albergue del Lirio de Oro) se estrenó el 19 de junio de 1825. El libreto original de Luigi Balocchi narra el encuentro en un distinguido balneario de un grupo de personajes de distintas nacionalidades que se encaminan a Reims para asistir a la coronación de Carlos X. Entre ellos, una frívola condesa parisina obsesionada por la moda, una poetisa romana con afanes místicos, un anticuario italiano apasionado por las antigüedades, un presuntuoso almirante español, una coqueta viuda polaca, un militar alemán de aspecto marcial, un enamoradizo oficial francés, un coronel inglés con rango de Lord y un impetuoso general ruso. Se sucederán entonces diferentes enredos amorosos, episodios de amistad y numerosas situaciones cómicas Pero ese argumento fue apenas un pretexto para que Rossini produjera una de sus partituras más bellas y originales, que por añadidura le ofrece oportunidad de lucimiento a un infrecuente número de cantantes. Evidenciando su extraordinario dominio de la escritura polifónica, el compositor juega aquí con nada menos que tres sopranos, una contralto, dos tenores, cuatro barítonos y cuatro bajos, lo cual le permite incluir, además de arias, todo tipo de combinaciones, desde dúos, tríos, cuartetos y quintetos hasta concertantes para catorce voces.


10 puntos destacados

1- Fue la primera vez que esta ópera se produce en Sudamérica.

2- Se trata de una obra que se creyó perdida durante 150 años y que recién fue recuperada en 1984.

3- Es la última ópera de Rossini escrita en italiano, lo cual la convierte en una virtual cumbre del belcanto.

4- Incluye algunas de las melodías más bellas de Rossini, lo cual demuestra que el compositor italiano era y es ?mucho más que el creador de El barbero de Sevilla.

5- Es una de las pocas óperas -acaso la única- que reúne un elenco de 18 solistas con participación destacada. Esto incluye sopranos, tenores, bajos, barítonos y contraltos.

6- No sólo se convocó a un elenco de grandes cantantes sino a dos. Es decir que 36 cantantes de primer nivel participan de esta producción. Y la mayor parte de ellos son sudamericanos.

7- Además de tener grandes arias, dúos y hasta sextetos, todas de gran virtuosismo y dificultad, posee un ensamble único en el repertorio operístico: un gran pezzo concertato para 14 voces.

8- Fue una producción internacional del prestigioso director de escena español Emilio Sagi estrenada en el Festival Rossini de Pesaro, la ciudad natal del compositor.

9- La divertida escena final muestra a cada personaje cantando el himno o una canción tradicional de su país de origen.

10- Es una de las primeras óperas “contemporáneas”, ya que la acción original de la obra está situada en el día mismo de su estreno: de alguna manera, el público forma parte del argumento.

Fuente: http://www.aquilaplata.com/destacados/oriana.html

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