Se siente pudorosa, pero está dispuesta a hacer desnudos si el guión lo requiere.
En charla con Estilo, la actriz que interpreta a la hija del personaje de Chávez en “El Puntero” explica el éxito del unitario.
sábado, 09 de julio de 2011
Llega al encuentro con Los Andes luciendo el rubio de Libertad, su personaje de “El Puntero”, una de las tiras más prestigiosas de los últimos tiempos.
Desde que saltó a la fama en aquella película que hablaba del Caso María Soledad, Belén Blanco acumuló gran cantidad de trabajos en cine, teatro y televisión.
Llegada de Europa desde hace menos de seis meses, la actriz reflexiona sobre su presente y pasado artísticos y contrapone la facilidad de recursos de países como España, versus a la creatividad argentina, entre otros temas.
-Estás nuevamente en la tele, en una tira de la que todo el mundo habla muy bien…
-Sí. Me parece que “El Puntero” está muy buena, que tiene una profundidad poco común en tele abierta. Desde lo personal, las situaciones que plantea son siempre muy interesantes para actuar. Daniel Varone trabaja de una forma súper copada e inusual para la televisión, en la que la improvisación tiene mucho lugar. Además, es un director que se toma tiempo para hacer las cosas y tiene espalada para contener al actor.
Trabajar en El Puntero, entonces, no consiste en pasar línea, sino que hay espacio para trabajar el personaje con más profundidad. Se trabajan transiciones, líneas distintas, se puede ir charlando prácticamente acerca de cada escena y, al mismo tiempo, él sabe muy bien siempre lo que quiere de cada una. Por otro lado, trabajando con Julio (Chávez) o con Luis (Luque) creo que soy mejor actriz. Quiero decir que trabajando con buenos actores mejoro, soy mejor actriz.
-¿Te gusta la improvisación?
-Claro, pero sin dejar de tener en cuenta que improvisar es un riesgo. Puede salir bien o no. A lo mejor, das toda una vuelta que no llega a dónde tiene que llegar y decís “¿Por qué no respeté el libro?”. Pero en otras oportunidades, cuando funciona bien, puede ser verdaderamente enriquecedor, muchas veces sale algo más verdadero, más cierto. Es como que el texto cobra otro valor, lo que decís tiene un trasfondo, lo decís por algo. Quizás uno de los mayores méritos de la improvisación sea que te obliga a estar más presente.
-Hay una línea o un perfil dentro de tu trabajo… Nunca hiciste cosas demasiado comerciales…
-Hice “El tiempo no para” que era una telenovela…
-Sí, pero no tan tradicional
-Cierto ¿Tenía un vuelo no? Yo no sé bien lo del perfil, pero sé que no soy prejuiciosa con la tele, ni con el cine comercial que, a veces, tiene cosas muy buenas. Por otro lado, este es un camino un poco azaroso: hice 14 películas de las cuales hay algunas que no se estrenaron. Fueron películas independientes, hechas con mucho esfuerzo, y bueno, vos a veces confiás en algo que al final no sucede. Y también hice cosas en televisión que fueron vistas por un montón de gente y podrían inscribirse en lo que se llama comercial y que me gustaron muchísimo, que creo que son muy buenas, como “Mujeres asesinas”, por darte un ejemplo.
-¿Hay directores de cine argentinos con los que te gustaría trabajar?
-Muchos, Lucrecia Martel me parece re grosa. Campanella, que está en otro plan completamente diferente, también me gusta dentro de eso que hace. Me gusta Lisandro Alonso, me gusta Mariano Llinás, Caetano, Trapero… Muchos. Martín Retjman me encanta, es un gran director, un genio. Y en teatro también hay muchos directores que me encantan como Federico León, por ejemplo.
-¿Te interesaría hacer humor? Siendo algo atípico en las mujeres…
-Hice una comedia con José María Muscari, “Cash”, y no la pasé mal, pero me gustaría hacer algo más nuestro. Un humor más cercano al grotesco o con cierto absurdo, me gusta mucho Griselda Gambaro, ponele. Creo que habría que rescatar un poco la dramaturgia argentina. No me interesa hacer una comedia americana tanto como sí me encantaría hacer algo de Florencio Sánchez. Tenemos un teatro muy bueno, creo que sería lindísimo hacer cosas en ese sentido, al menos para mí. Yo debuté en teatro a los 13 años con “Los Invertidos” de (José) González Castillo y fue una experiencia impresionante.
-¿Sos como buena parte de los actores que siempre hablan del teatro como el mejor lugar para actuar?
-Eso tiene que ver con la naturaleza de cada uno. Para mí, hay más que aprender en el camino del cine que en el del teatro. Me cuestan bastante algunas cosas relacionadas al cine por esto que tiene de manejar muchas variables al mismo tiempo, que es algo me presenta más desafío. El teatro, por supuesto, tiene un costado muy placentero relacionado más que nada con que “algo” está aconteciendo y que no va a suceder nunca más, y es muy mágico y hermoso. Pero en mi caso, el cine me propone un nivel de exigencia mayor.
-¿Qué estuviste haciendo en Europa?
-Primero estuve haciendo una película para Filmax, una productora que hace cine americano y tiene una sede en España. Luego volví para acá y me llamaron para una serie.
-¿En qué ciudades estuviste principalmente?
-Estuve en Barcelona, Madrid y París.
-¿Conociste un “Primer mundo” a nivel trabajo?
-La versión primer mundo de las cosas se nota en el nivel de vida. Pero en cuanto al trabajo hay que pensar que nosotros actuando hacemos algo que, si bien tiene una parte formal importante, necesita un costado espiritual: lo artístico no tiene que ver con tener recursos de superproducción. Lo que a mí me pasa acá es que, aunque los recursos son menores, veo una calidad artística importante. Me da la sensación de que Argentina es un primer mundo cultural, más allá del nivel de vida -en muchos casos malos- que tengamos. Con España, me pasó de ver buenos recursos a nivel económico pero no tanto a nivel creativo. En París, en cambio, es impresionante lo que sucede, hay de todo, es culturalmente muy activo.
-¿Te molesta hacer desnudos?
-Es una respuesta obvia, pero no me jode si son dramáticamente necesarios. Hice muchos, en París justamente estuve con una película en la que mi personaje exorciza un amor fallido con sexo y era muy necesario. Ahora, “Disputas” por ejemplo, no hice escenas ahí porque justo mi personaje no lo necesitaba, tenía otra clase de personalidad. Es decir que los hago si hace falta sobreponiéndome al pudor que me puede dar.
Nancy Giampaolo - Especial para Estilo
Fuente http://www.losandes.com.ar/notas/2011/7/9/belen-blanco-trabajando-buenos-actores-mejor-actriz-579604.asp
No hay comentarios.:
Publicar un comentario