martes, 7 de octubre de 2008

Cuando la desnudez es signo de valor escénico

Martes 07 de octubre de 2008 | Publicado en edición impresa

Angel Elizondo conjuga teatro y danza con mimo


Vestirse-desvestirse . Variaciones sobre un tema. Intérpretes: Compañía Argentina de Mimo (Eduardo Avendaño, Ana Carballo, Manuela de la Cruz, Julia Elizondo, Hugo Falcón, Lucas Maiz, Nuria Schneller). Ayudante de escena: Ximena Lanosa y Emilio Pinto. Vestuario: Lizy Tarasewicz. Iluminación: Diego Fasoleti. Escenografía: Luis Maresca y Manuela de la Cruz. Música original: Hernán Valencia. Dirección: Angel Elizondo con la colaboración del grupo. En Espacio Giesso, Cochabamba 370. Funciones: los sábados, a las 21. Duración: 60 minutos.
Nuestra opinion: buena

El espacio es despojado; por él deambularán diferentes personajes. Sus vestuarios, a veces, les marcarán una precisa identidad; sus desnudeces, en otras, posibilitarán calificarlos de acuerdo con el mundo en el que están inmersos, pero siempre habrá cierta intensidad en esas presencias, no porque aparezcan sin ropas, sino porque el mismo acto de estar desnudos resultará un signo de fuerte valor escénico.

El espectáculo está conformado por una serie de pequeñas situaciones en las que uno, dos o más intérpretes darán forma a realidades de las más diversas: la locura, la pasión, el desencuentro, el mundo familiar; por ahí aparecerá una sátira sobre un cuento infantil y, también, los intérpretes tendrán, en varios casos, su momento particular, en el que demostrarán sus capacidades físicas, sus verdaderos recursos dramáticos.

No puede decirse que ésta sea una experiencia exclusivamente de mimo tradicional. Como en todos los espectáculos de Angel Elizondo, el teatro, algo de la danza y la imagen se combinan para aportar fuertes referencias a la escena.

Vestirse-Desvestirse expone, en un muy buen trabajo de equipo, a unos actores con buenas capacidades para pasar de una situación a otra, de manera creativa y efectiva. Quizá muchos espectadores se queden con las ganas de que alguna situación en particular tenga más desarrollo. Pero, como en todo acto de vestirse y desvestirse, el momento es preciso, rápido y la apariencia se modifica inmediatamente. Un nuevo ser parecería mostrar un mundo renovado. De eso se trata.

Fuente: http://www.lanacion.com.ar/1056827-cuando-la-desnudez-es-signo-de-valor-escenico

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