domingo, 11 de junio de 2006

Juana Viale: de profesión, rebelde

Domingo 11 de junio de 2006 | Publicado en edición impresa

Nota de tapa

Tiene 24 años, una hija pequeña y un carácter fuerte que la ha enfrentado con su célebre familia y con la prensa. Independiente, mediática por destino, hoy busca un lugar propio en el mundo de la actuación

Por Mario Mactas

Juana, tranquila, en su departamento blanco, toma unos mates.

Juana y su estupenda sonrisa.

Estupenda toda.

Juana.

Hay bastantes plantas en casa de Juana.

La luz del día –muy amarilla, es extraño– pone a brillar la pared que está a espaldas de Juana; la luz hace una suerte de jugada de billar y va a ponerse sobre uno de los tatuajes.

A Juana le encantan los tatuajes.

Juana está ilustrada, dibujada, coloreada, impresa con dibujos que cifran significados que ha elegido una, dos, muchas veces.

Juana tiene 24 años y es famosa desde que nació.

Un destino.

Cuando Juana supo que el notable fotógrafo Diego Ortiz Mugica buscaba a alguien para un almanaque con desnudos, no lo pensó dos veces: fue a verlo.

–Quiero desnudarme para tu almanaque –dijo Juana.

Hecho.

Horas y horas de fotos. Horas y horas de Juana.

Carole Bouquet, la preciosa actriz, refinada, madura como puede estar madura una frutilla, la mujer de Gerard Depardieu –o se separaron, no sé, no importa aquí– pasó por Bariloche y compró uno de los desnudos de Juana.

No consta dónde lo colgó, para mirarla de tanto en tanto.

Juana mide un metro sesenta y ocho.

Alguien sale de alguna parte, se acerca y saluda como saluda alguien educado y cortés, y se larga a sus cosas: el objetivo es Juana.

Se trata de un tipo joven y barbado, de buen porte.

–Hola.

–Hola.

–Hasta luego.

Roza los labios de Juana, la boca de Juana que toma mate. Sale.

–Es Gonzalo. Gonzalo Valenzuela. No lo digas, que lo digo yo antes: Manguera.

–Manguera.

–Son chistes pavos.

Claro.

–Hablame de Gonzalo un poco, si no te importa. Es chileno, es actor, parece que liga un montón con chicas guapas como vos...

Es que Juana es muy guapa, no hace ninguna falta que nadie lo descubra.

–Es muy buena persona. Sensible y divertido. Culto, además.

–Diversas virtudes.

–Ciertamente. Tiene y dirige un centro cultural y un restaurante, en Chile, con teatro de vanguardia, en general.

–¿Lo querés muchísimo?

–Vamos bien, vamos bien.

–¿Duerme con vos?

–Generalmente.

–¿Dormís bien, o das vueltas y vueltas?

–No sólo duermo bien, sin ningún problema, sino que me levanto temprano. Siempre temprano. Por disciplina personal, porque no me gustaría levantarme con el día medio perdido. Pero también porque soy francamente diurna. Me van las horas de la mañana, cuando me siento optimista, con fuerza, con gran alegría de vivir. Es posible que mucha gente crea que me la paso en fiestas hasta la madrugada y duermo después todo el día. Nada de eso. Me encanta salir, me gusta divertirme, no te digo que no, pero las mañanas son el jugo de los días, son vitamínicas.

En papel de hija

Breve monólogo de Juana:

"Ambar es preciosa, y nos amamos a lo bestia. La maternidad me ha puesto en forma, con pausa, con todo lo que el afecto ilimitado junto con la responsabilidad pueden darle a alguien.

"Tengo una línea ascendente de colaboración: mamá, mi abuela. Mamá es naturalmente hábil con Ambar, cariñosa y alegre. Siempre colabora y apoya.

"Mamá.

"Siempre es difícil, estoy segura, la relación entre madre e hija, y nosotras no hemos sido la excepción. Difícil no quiere decir desagradable, insufrible. Quiere decir difícil. La cohabitación de dos mujeres, imaginate. Al mismo tiempo, son la madre y la hija, cada una con un papel en este mundo. Enfrentadas en una competencia, pero unidas. Raro.

"Muy raro.

"Sin embargo, atentas la una a la otra: cuando Mamá dijo que empezaba a salir con Marcos (Gastaldi), fui a verlo y le dije que tuviera buen cuidado de hacerla feliz, y que tenía que tratarla en todo momento con buen humor y sentido de la protección. Así, levantando el dedito. Una enana enojada.

"Siguen saltando chispas, pero esporádicas. Vivimos separadas, y no paramos de vernos.

"Escucho. No exactamente consejos, que me parecen inútiles: cada uno, su ruta.

"Escucho para ver cuándo aparece la gotita de experiencia: mirá que a mí me pasó lo mismo.

"Escucho, pero tomo distancia: mamá hizo siempre lo que quiso, y no responde a los modelos tradicionales. A lo mejor en eso somos más parecidas de lo que creemos.

"No se equivoquen, te lo digo, los que me consideran una rebelde permanente, en pie de guerra desde que me levanto hasta que me acuesto.

"En realidad, hago más o menos lo que hace todo el mundo, aunque sé que me ha tocado una circunstancia bastante especial; para qué voy a explicártelo si está a la vista."

Papá corazón

"Bueno, con papá las cosas son distintas, por supuesto. Papá [Ignacio Viale] es la línea de autoridad, el macho no machista, porque no lo es de ninguna manera. Es, sí, el hombro, el camino: andá hacia allá.

"Combatimos una barbaridad, hasta aceptarnos. Desde luego, la separación me dolió y me dio rabia. Sobre todo con la vieja.

"¿Será esa rivalidad y esa mezcla de amor y dificultad, de incomodidad, que se pone delante de dos mujeres que son madre e hija?

"Tal vez. En todo caso, voy a tratar de recordarlo en el futuro. Con Ambar.

"Hay algunas cosas, pienso, que cambian poco: a mamá, Nacho, mi hermano. A papá, yo. Y todos en armonía. Absolutamente.

"¿Querés un cigarrillo?"

Juana fuma.

Un mundo de hombres

–Vengo de hacer un casting.

Es decir, como corresponde: Juana es actriz. Buena actriz.

–¿Eso te tiene nerviosa?

–Algo nerviosa. Es bueno estar y hacer. Ojalá salga.

–¿Cómo empezó la historia que trajo a Ambar?

–Así: el día en que conocí a Juan [De Benedictis, músico hijo de músico: Piero] me acosté con él.

–Ah.

–Sí, fue de ese modo. Nos flechamos en el acto. Después, nada, poco entre nosotros. Y Ambar. O sea, fue un episodio estupendo.

–¿Vas siempre de ese modo, de frente total?

–No, esa vez fue así. Hay épocas en que estoy más en mi centro y no me interesa.

–¿El padre la ve, se ocupa?

–Bueno, sí. Más o menos. Me imagino que hace lo mejor que puede. No reprocho nada.

–¿Eras virgen?

–De ninguna manera.

–¿Cuándo habías dejado atrás tal, digamos, condición, Juana?

–A los quince.

–Juana, decime: ¿te han abandonado alguna vez?

Piensa, Juana.

–Sí, me han abandonado. Abandonado en forma, implacablemente.

–¿Y vos?

–En la desesperación completa.

–¿Qué hiciste?

–Lloré, grité, llamé un millón de veces, me arrodillé.

–Tremendo.

–Y más. Duró mucho.

–¿Cuánto?

–Meses. A veces, todavía viene una ráfaga.

–¿Quién te dejó?

–No importa.

–Bien.

–Mamá se puso a mi lado: dentro de quince días ni te vas a acordar. Era cierto. En alguna medida.

–Un par de piñas al ego pueden venir bien.

–Seguro.

Adultos, cocina, libros

Breve monólogo de Juana.

"Soy muy buena cocinera. Es que adoro meterme entre las cacerolas. Cocinar para algunos amigos, para Gonzalo, o simplemente para mí y comer mientras leo.

"Creo y cultivo la amistad. Valeria, hija de Marcos, es una gran amiga, si ibas a preguntar algo parecido.

"Leer es otra necesidad. No se trata de la premeditación ni del método: tenés que hacerlo para ser mejor, para abrir la cabeza. Se trata del placer de la lectura.

"Vos y el libro, el libro y vos: asociación perfecta, cerradita. Nadie entra. La historia va con vos, y vos con la historia. Llevo siempre un libro conmigo, para viajar, para esperar. Brooklyn Follies, de Paul Auster, en este momento.

"De manera que, acéptenlo, soy casi lo contrario de lo que se publica. Y no me importa. Detesto que me persigan y que me saquen fotos, y sobre todo no quiero que persigan y saquen fotos a Ambar. He conseguido un amparo en la Justicia. Mis padres no lo hicieron conmigo, porque ni siquiera se les ocurrió. En cierto modo es natural. Digo que no lo pensaron.

"En lo que concierne al que llamamos mundo adulto, quiero creer que son los grandes-grandes, los que vienen de vuelta, los que bajaron algunas banderas a la fuerza.

Me pone muy mal, respecto de ellos, que digan una cosa y hagan otra. No falla. Te enseñan, o tratan, unas cosas, y ellos mismos las traicionan. Y vos delante. Con el tiempo vas admitiéndolo. Pero eso te carga de cinismo, no sé si es bueno.

"No es una guerra: jóvenes y grandes. Tengo amigos grandes, viejos, a los que quiero.

"En todo caso, yo también miento. Poco. En ocasiones. Pero miento.

"¿Puedo irme?"

Limpia el mate, arregla todo, se va.


Tatuada

"Me hice el primer tatuaje a los catorce años: una pendeja. Fue una tormenta, un lío con papá. Creo que tenía razón. El, papá. Iba demasiado rápido. De todos modos, seguí adelante, dibujándome el cuerpo. Empecinada. Tal vez se trate de que no quiero crecer del todo."

"Tatuajes tengo ocho. Dos tribales, un símbolo indio de Canadá, un pez, varias figuras que sugieren más que expresan."

"Tuve un piercing en la lengua. Estaba todo el día con la boca cerrada, en casa. Lo ocultaba."

"Papá se enojó. Pero recién ahora lo entiendo. Ahora, papá es mi mejor amigo. Todos los tatuajes me los hizo El Chino. Es el único que puede meter la mano sin objeciones."

Fuente: http://www.lanacion.com.ar/812810-juana-viale-de-profesion-rebelde

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